Cada vez peor
"Madrid, mejor cada d¨ªa" es la leyenda que el Ayuntamiento va colocando en, el nuevo mobiliario urbano. Al rev¨¦s te lo digo, para que me entiendas: Madrid, cada vez peor. Y en progresi¨®n acelerada adem¨¢s, pues la regidur¨ªa consistorial -bella r¨²brica est¨¢ tupiendo las aceras del eufem¨ªsticamente llama do mobiliario urbano, que en realidad es un. mont¨®n -de bultos y armatostes, molestos y entorpecedores, sin utilidad alguna, salvo, quiz¨¢, la cremat¨ªstica, en beneficio del irresponsable tupidor. Al rev¨¦s te lo digo, para que me entiendas. Inca paz de acabar con ese caos circulatorio, trampa saducea, vil ratonera, donde caen aprisionados los auto movilistas-d¨ªa a d¨ªa, todos los d¨ªas del a?o sin soluci¨®n de continuidad, traslada a los viandantes el sin vivir de Madrid y les llena de obst¨¢culos las aceras, para que sepan lo que vale un peine. Aqu¨ª no se salva nadie. "Madrid, mejor cada d¨ªa". No me diga, se?or guardia. "Es un insulto a la inteligencia de los ciudadanos", ha calificado la leyenda triunfalista del Ayuntamiento el anterior alcalde, Juan Barranco. No le falta raz¨®n, evidentemente; mas durante su mandato, Madrid tampoco fue mejor porque lo llen¨® de verbenas. Mobiliario urbano contra verbenas. La historia de las alcald¨ªas madrile?as ser¨¢ motivo de perplejidad y regodeo cuando la lean las generaciones venideras.
El actual alcalde, epigramatorio y mueblista, apunta que los cachivaches acaso valgan de soporte en la pr¨®xima consulta electoral -a celebrar en mayo, si el tiempo no lo impide-, mientras teme el alcalde anterior, cr¨ªtico y verbenero, que ose utilizarlos aqu¨¦l para la exclusiva propaganda de su partido, llamado popular.
Podr¨ªa ser, aunque el partido, del alcalde. anterior, llamado socialista, ya viene haciendo algo parecido, si bien se mira. Prensa, radio y televisi¨®n difunden una campa?a destinada a que todo el mundo pague los impuestos, y en tanto finge demostrar cu¨¢ntos bienes reporta al com¨²n cumplir con estas obligaciones ciudadanas, lo que en realidad hace, es difundir un selecto muestrario de realizaciones del Gobierno socialista: se han hecho tantas carreteras, tantas intervenciones quir¨²rgicas. Triunfalismo y demagogia, aprovechando la feliz circunstancia de que el Pisuerga pasa por Valladolid. Igualito que el antiguo r¨¦gimen cuando llegaba el 18 de Julio.
"Madrecita, que me quede como estoy" imploraba el asendereado impedido del chiste, a la Virgen de Lourdes. Y tal cual, los madrile?os. Porque cada vez que estos ediles -y alguno anterior, y otros que hubo en tiempos de dictadura- tienen una idea y meten mano a la ciudad, montan la desconcatenaci¨®n de los exorcismos.
Coger el coche e ir a cualquier lado: atascos; pasear por las aceras: tropezones; transportes p¨²blicos: hacinamiento. Los poderes p¨²blicos le han perdido el respeto a la ciudadan¨ªa y campan por sus fueros. No se descarta, sin embargo, que la ciudadan¨ªa se haya perdido el respeto a s¨ª misma, y ¨¦se ser¨ªa el origen de todos los problemas.
Nuestros antepasados no eran tan ingenuos ni tan resignados. Aparec¨ªa con sus monsergas y sus abusos un alcalde mueblista o verbenero -no digamos si eran las altas esferas, sospechosas de soborno, hurto o prevaricaci¨®n-, y la gente se echaba a la calle. Por menos ca¨ªan Gobiernos y se disolv¨ªan las Cortes; por un poco m¨¢s (tampoco mucho) estuvieron a punto de destronar, a Isabel II y hasta ped¨ªan un cambio de dinast¨ªa.
Los tiempos han cambiado, naturalmente, y ahora los madrile?os s¨®lo se echan a la calle en alegre manifestaci¨®n a impulsos de consignas y campa?as. O sea, lo que manden: un d¨ªa para que nadie pise las florecillas del campo, otro para reivindicar las ca?adas de la trashumancia. Y as¨ª nos tienen entretenidos.
Le digo a usted, se?or guardia...
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