El tama?o y el peso de la investigaci¨®n
En su ensayo Lo peque?o es hermoso, el economista Schumacher vino a contestar las aparentes excelencias de los macrosistemas defendiendo modelos de escala reducida, m¨¢s operativos en muchos sentidos por muchas razones. Una productividad excesiva puede acabar siendo contraproductiva, el crecimiento exagerado puede entorpecer un desarrollo adecuado y disminuir las posibilidades de adaptaci¨®n. El concepto de la eficacia -y la belleza- de las escalas peque?as se ha extendido a otros campos como la psicolog¨ªa, la historia, el urbanismo o la biolog¨ªa. La reciente popularizaci¨®n del mundo de los dinosaurios, por lo dem¨¢s una moda tambi¨¦n desmesurada, nos recuerda que el exceso de tama?o puede conducir a la extinci¨®n.Vemos, sin embargo, que las macroestructuras se van imponiendo a todos los niveles. Tambi¨¦n en el campo de la investigaci¨®n. Se percibe claramente la tendencia a potenciar grupos de gran tama?o y que disponen ya de considerable financiaci¨®n. Desde luego, hay razones de sentido com¨²n en est¨¢ estrategia. Una financiaci¨®n considerable ya disponible puede ser un indicador de la calidad del grupo, y los grupos grandes a menudo han incrementado su tama?o por razones ligadas a la calidad de la investigaci¨®n que generan, que act¨²a de efecto atractor en un proceso contingente.
Conviene, sin embargo, alguna reflexi¨®n. Una de ellas puede ser que primar grupos grandes podr¨ªa propiciar la uni¨®n artificial de grupos menores sin otro inter¨¦s en com¨²n que pretender beneficiarse de la coyuntura, con el riesgo evidente de que la calidad no sea proporcional al tama?o del grupo. Otra reflexi¨®n es que se corre el riesgo, m¨¢s grave, de pasar por alto la investigaci¨®n de calidad generada por grupos cuyo tama?o y financiaci¨®n ¨®ptimos no son necesariamente grandes. Un grupo reducido, con. las conexiones adecuadas que le permitan abordar los aspectos colaterales a la l¨ªnea de investigaci¨®n que persigue, es mucho m¨¢s ¨¢gil a la hora de adaptarse a nuevas situaciones, pol¨ªticas, sociales o cient¨ªficas, intr¨ªnsecamente cambiantes, pero que ahora cambian a mayor velocidad y a veces de manera traum¨¢tica.
Los dinosaurios s¨®lo sobrevivieron 165 millones de a?os, y no superaron la cat¨¢strofe de finales del cret¨¢cico. La humilde Lingula, un branqui¨®podo marino, se ha mantenido en la Tierra desde el nacimiento de la vida multicelular, a principios del paleozoico, hace 600 millones de a?os, hasta ahora. El origen de las cucarachas se remonta a m¨¢s de 300 millones de a?os, y ah¨ª siguen, m¨¢s vigorosas y eficaces que nunca, despu¨¦s de superar las extinciones en masa de finales del p¨¦rmico, del tri¨¢sico y del cret¨¢cico.
Pero ?cu¨¢l es el tama?o ¨®ptimo de un grupo de investigaci¨®n? La respuesta depende de muchos factores, particularmente tem¨¢ticos. Una respuesta posible, aunque ciertamente elusiva, podr¨ªa plantearse en t¨¦rminos de eficacia. El tama?o ¨®ptimo ser¨ªa el m¨¢s eficaz, el que permitiera generar resultados de m¨¢xima calidad con los recursos apropiados al tema y al tama?o del grupo.
Esto nos lleva a la clave de la cuesti¨®n. Y es que el primer par¨¢metro a medir deber¨ªa ser la calidad de la investigaci¨®n, independientemente del tama?o del grupo. En todo caso, el tama?o puede ser un factor de correcci¨®n. Algo as¨ª como calcular el peso espec¨ªfico dividiendo el peso de los resultados del grupo por el volumen (tama?o, dinero) del mismo. Un par¨¢metro m¨¢s objetivo dentro de lo que cabe.
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