EI Gobierno argentino hace p¨²blica su propia lista de 545 desaparecidos durante la dictadura militar

A la espera de que decidan publicarlas quienes las redactaron en las mazmorras de la Escuela de Mec¨¢nica de la Armada (ESMA) -los propios verdugos- y a un mes y medio de las elecciones generales, el Gobierno argentino difundi¨® ayer sus listas al objeto de amortiguar la violenta reanudaci¨®n de la controversia sobre la desaparici¨®n de detenidos durante la ¨²ltima dictadura militar. El Ministerio del Interior dio a conocer 545 nombres ausentes en la relaci¨®n de 9.000 recogidos por la. Comisi¨®n Nacional sobre Personas Desaparecidas (Conadep). En realidad, son ¨²nicamente nuevos los nombres de 295, porque los restantes fueron ya publicados en 1992 por un diario bonaerense.El nuevo listado fue elaborado a partir de los h¨¢beas corpus presentados en los juzgados por los familiares, pero no incluye el lugar ni circunstancias de las desapariciones, insistente reclamaci¨®n de los deudos.

El desencadenamiento de la pol¨¦mica comenz¨® a principios de mes, cuando el ex capit¨¢n de corbeta Adolfo Scilingo confes¨® haber formado parte de una sistem¨¢tica operaci¨®n de asesinato de detenidos y desaparici¨®n de sus cuerpos: despu¨¦s de ser narcotizados se les arroj¨® al mar desde aviones de la Marina. Scilingo integr¨® la tripulaci¨®n de dos vuelos y fue uno de los oficiales que en esas dos ocasiones empuj¨® al oc¨¦ano Atl¨¢ntico o al r¨ªo de la Plata a unas treinta personas desnudas, interrogadas previamente en la ESMA.

La documentaci¨®n conocida ahora y las declaraciones de Albano Harguindeguy, ministro del Interior de 1976 a 1981 con la Junta Militar presidida por el general Videla, insisten en la tesis de que el material comprometedor fue destruido. Un parte cursado a todos los jefes de polic¨ªa del pa¨ªs en 1983, a 15 d¨ªas de la investidura presidencial de Ra¨²l Alfons¨ªn, exig¨ªa la inmediata devoluci¨®n al comando militar de toda la documentaci¨®n secreta "relativa a la lucha contra la subversi¨®n" para procederse a su incineraci¨®n. No hay constancia de que la orden fuera cumplida.

El general Harguindeguy asegur¨® a una revista que no existen listas militares. "Si la gente actuaba por izquierda no iban a ser tan est¨²pidos de dejar las pruebas". Harguindeguy admiti¨® que "fue un error hacer lo que se hizo". "Si hubi¨¦ramos actuado con la ley, Ias cosas hubieran sido diferentes para nosotros. Confieso que no estuve de acuerdo, pero tuve que subordinarme". La aplicaci¨®n de la legalidad fue un asunto sometido a intensa discusi¨®n del mando.