Se parti¨® la camisa

El gesto fue tal vez un poco exagerado, aunque no tanto si se tienen en cuenta las circunstancias. Jos¨¦ Soto se rasg¨® o, m¨¢s bien, se desaboton¨® literalmente su blanca camisa, al finalizar su balada A mi Ray, un tema sentido dedicado al desaparecido m¨²sico flamenco madrile?o, que se inclu¨ªa en su pen¨²ltimo ¨¢lbum en solitario, Motivos. Pero el motivo de la comparecencia de Sorderita en la sala Universal Sur, no muy ?olgada de p¨²blico, era la presentaci¨®n de su nuevo trabajo.Para la ocasi¨®n, el joven jerezano de 33 a?os se vino con un conjunto numeroso en el que aparecen nombres importantes del flamenco y del pop que supieron arroparlo profesionalmente. Gracias a ellas y a ellos, Jos¨¦ Soto realiz¨® una exhibici¨®n satisfactoria 'de su gran capacidad comunicativa y animadora, que ha contrarrestado el inconveniente de una voz que no se puede considerar ciertamente poderosa.

Una voz que son¨® esta vez con fuerza y nervio y con m¨¢s gancho del que ha quedado grabado, en el reciente disco. Se aprecia un regreso saludable a las fuentes del flamenco m¨¢s tradicionales.

Intensa carrera

Jos¨¦ Soto acab¨® su actuaci¨®n con dos bises arrancados con justicia. Hab¨ªa comenzado en un tono de frialdad que fue superando a base de tes¨®n y entrega, hasta convertirlo en atm¨®sfera calurosa, a pesar de la ausencia de masas; pero, entre la fiel concurrencia, un Paco de Luc¨ªa siempre atento y afectuoso con los j¨®venes talentos. Y sin duda que Sorderita lo es, como lo demostr¨® y lo ha demostrado a lo largo de su intensa carrera de letrista, compositor e int¨¦rprete. Una carrera no desprovista de grandes obst¨¢culos, e incluso de traves¨ªa del desierto, como la iniciada hace tres a?os con su baja del grupo Ketama.

La guitarra de Pepe Habichuela -siempre un lujo- contribuy¨® a enriquecer el concierto a pecho descubierto de Jos¨¦ Soto, que consolida su camino en solitario, para el que se abren hermosas perspectivas.