Bio¨¦tica y zapateado
Mil diputados de 135 pa¨ªses llenaron el teatro de la Zarzuela el viernes
?Es posible ofrecer una funci¨®n ante 135 pa¨ªses como p¨²blico? Como los parlamentos representan a los Estados, la res puesta es que s¨ª, tal y como se demostr¨® el pasado viernes por la noche en el teatro de la Zarzuela. Pr¨¢cticamente la totalidad de las butacas estaban ocupadas el viernes por represen tantes parlamentarios de 135 pa¨ªses distintos. En total, hab¨ªa unos mil diputados que durante esta semana han participado en Madrid en la 93? Conferencia Interparlamentaria, el organismo internacional m¨¢s antiguo del mundo, que se re¨²ne dos veces al a?o.
El encargado de amenizar la velada a tan insignes visitantes fue el Ballet Nacional Espa?ol, por deseo del presidente de las Cortes, F¨¦lix Pons, tambi¨¦n presente en la representaci¨®n. "Asisti¨® a una de las funciones que la compa?¨ªa ofreci¨® en septiembre y le gust¨® much¨ªsimo", explicaba antes de empezar el acto Victoria Eugenia, una de las tres directoras de esta formaci¨®n. As¨ª que, despu¨¦s de horas y horas de discusiones sobre b¨ªo¨¦tica y cat¨¢strofes naturales, los dos puntos que figuraban en el orden del d¨ªa de este encuentro, qu¨¦ mejor obsequio para los parlamentarios que una buena dosis de baile espa?ol, flamenco incluido.
Los comentarios y reacciones de todos estos parlamentarios demostraron el acierto de la elecci¨®n.
Un diputado polaco esperaba a su mujer en el vest¨ªbulo del teatro durante el intermedio. Ella hab¨ªa tenido que ir al lava bo para secarse las l¨¢grimas que precipit¨® la emoci¨®n vivida en el patio de butacas. ' "Es nuestro primer contacto con la danza espa?ola. Lo esper¨¢bamos con ansia. El pueblo polaco se parece al pueblo espa?ol: somos rom¨¢nticos", dec¨ªa el diputado polaco mientras mi raba de reojo si volv¨ªa su mujer. "Qu¨¦ gran pasi¨®n, qu¨¦ sensualidad. Las mujeres son mujeres, y los hombres, masculinos", coment¨® la esposa polaca a trompicones poco despu¨¦s.
"Impresionante". Dec¨ªa un representante de Nueva Zelanda en el intermedio refiri¨¦ndose a lo que acababa de ver: cuatro n¨²meros que inclu¨ªan zapateados, casta?uelas, baile con zapatillas, incluso un torero bailando con su capote. "Esto es ¨²nico. Estupenda la compenetraci¨®n de la m¨²sica con los movimientos y el vestuario", opinaban una suiza y un paquistan¨ª que tomaban juntos una copa en el descanso. "Es maravilloso comprobar c¨®mo se desarrolla la tradici¨®n de un pueblo", se?alaba un diputado sueco. Y todos esperaban con ansia la segunda parte porque sab¨ªan que con ella llegaba el flamenco.
El p¨²blico hab¨ªa convertido el. teatro en una muestra de elegancia internacional: saris de seda brillante, turbantes, mantos africanos, t¨²nicas ¨¢rabes, joyas de todo tipo... Y los japoneses llegaron con c¨¢maras de foto y de v¨ªdeo que no dudron en usar con flash para llevarse un recuerdo del espect¨¢culo, aunque normalmente este teatro no permite utilizar flashes durante las. representaciones.
El propio teatro luc¨ªa una gran moqueta roja que sal¨ªa hasta la calle y se hab¨ªan instalado m¨¢s plantas y flores de lo habitual. Agentes de seguridad, azafatas, camareros, perros polic¨ªas y Cruz Roja compart¨ªan el espacio con los invitados. El criterio para sentar al p¨²blico en sus butacas fue "el riguroso orden de petici¨®n".
,El Ballet Nacional Espa?ol interpret¨® una sucesi¨®n de bailes flamencos en la segunda parte. Y el p¨²blico no se contuvo: gritos, silbidos, aplausos y destellos y m¨¢s destellos que proven¨ªan de todas partes. "Es lo m¨¢s gratificante que he visto nunca", comentaba una diputada holandesa al finalizar el acto.
Las referencias a las diferencias entre el baile espa?ol y el de otros pueblos eran constantes. Y hubo alguno que se aprendi¨® de memoria el nombre de los artistas. "Es una gran demostraci¨®n de c¨®mo se puede: llegar a hablar con el cuerpo. Todo en estas danzas tiene un significado", explicaba un parlamentario finland¨¦s, copa en mano. Un diputado kuwait¨ª que charlaba con una rub¨ªsima parlamentaria de Namibia comentaba que ya hab¨ªa visto flamenco en Miami. "Pero esta experiencia ha sido mucho mejor", dec¨ªa. Y alud¨ªa a ciertas similitudes con la danza ¨¢rabe.
Los cinco continentes, metidos en la Zarzuela, s¨®lo ten¨ªan frases de admiraci¨®n cuando termin¨® la funci¨®n. Zapateados y casta?uelas, c¨®mo no, fueron los que m¨¢s llamaron la atenci¨®n de estos diputados que ayer se marcharon de Madrid.
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