Un disparo mata a un hombre que medi¨® en una ri?a
Jos¨¦ Luis Pat¨®n, de 28 a?os, casado y con un beb¨¦ de seis meses, muri¨® cuando intentaba poner paz. Era un instalador de tel¨¦fonos vecino de Carabanchel y muri¨® el pasado 3 de enero a causa del disparo que recibi¨® en el cuello ocho d¨ªas antes mientras apaciguaba una reyerta entre un amigo y un - desconocido. Seg¨²n las investigaciones policiales, apret¨® el gatillo Alberto Laurado Ruiz, un hombre con 10 antecedentes policiales por robo. El pasado jueves era detenido' el presunto homicida en la glorieta de Embajadores.El crimen ocurri¨® en la calle de Mariano Vela, del distrito de Usera. Eran las once de la noche del d¨ªa 27 de diciembre. La v¨ªctima y su amigo Miguel beb¨ªan en un pub de la calle M¨¢ximo Carazo, a la vuelta de la esquina. Celebraban el nacimiento de un sobrino de Miguel. ?ste discuti¨® con un hombre en el interior del bar. Seg¨²n las investigaciones, aqu¨¦l le abofete¨® por culpa de una silla.
Los dos se desafiaron. Las copas envalentonaron sus ¨¢nimos. Salieron a la calle. El presunto homicida sali¨® -con un arma escondida- despu¨¦s de su oponente. Jos¨¦ Luis Pat¨®n, detr4s de los dos, intentaba calmarlos. Luego sonaron dos tiros. Jos¨¦ Luis cay¨® abatido; yac¨ªa con un disparo en el cuello. A su amigo Miguel los disparos le ahuyentaron. El pistolero tambi¨¦n se espant¨®.
No hubo testigos. Miguel, seg¨²n la polic¨ªa, hab¨ªa bebido tanto que sufri¨® una amnesia y no record¨® el episodio sangriento. Jos¨¦ Luis Pat¨®n fue ingresado en el hospital Doce de Octubre. Su estado era cr¨ªtico. El proyectil le hab¨ªa destrozado la tr¨¢quea, la laringe y las v¨¦rtebras cervicales. Su agon¨ªa se acab¨® el tercer d¨ªa de este a?o.
Durante todos los d¨ªas que precedieron a su muerte, Yolanda, su esposa, le preguntaba sobre lo ocurrido en la calle de Usera. Jos¨¦ Luis s¨®lo pod¨ªa mover la cabeza en se?al de afirmaci¨®n o negaci¨®n.
PASA A LA P?GINA 3
"Por mucho que est¨¦ en la c¨¢rcel, el asesino de mi marido no pagar¨¢ lo que ha hecho"
VIENE DE LA P?GINA 1Los funcionarios de la comisar¨ªa de Usera iniciaron la investigaci¨®n del crimen cargados de dudas. El ¨²nico testigo de los disparos, Miguel, segu¨ªa sin recordar nada. Su amnesia era total. Ese d¨ªa estaba totalmente embrigado, seg¨²n la investigaci¨®n. Al mismo tiempo, todos los clientes del pub de la calle de M¨¢ximo Cerezo no aportaron pruebas en. sus primeras declaraciones. Seg¨²n la polic¨ªa, los hipot¨¦ticos testigos, acobardados, no identificaron a los implicados en la reyerta.
Agon¨ªa en el hospital
Durante los d¨ªas de angustia en el hospital, Jos¨¦ Luis aclar¨® con sus gestos a su esposa varias inc¨®gnitas. "?l s¨®lo contestaba s¨ª 0 no. No pod¨ªa hablar. S¨®lo vocalizaba. Pero asent¨ªa cuando le preguntaba si intent¨® mediar en la pelea", asegura Yolanda.
Con paciencia en aquellos momentos dif¨ªciles, su mujer comprendi¨® que no conoc¨ªa a su agresor y que ¨¦l no estaba metido en la trifulca. "Mi marido era temperamental, pero no provocador ni agresivo", a?ade Yolanda.
Seg¨²n los familiares de la v¨ªctima, el d¨ªa de los disparos, Jos¨¦ Luis y Miguel visitaron tres bares. Los parientes reconocen que los dos bebieron. En uno de ellos, Jos¨¦ Luis coment¨® a Miguel que ya era tarde y que deber¨ªan volver a casa.
Cuando tomaban la ¨²ltima copa se desat¨® la tragedia. Seg¨²n la polic¨ªa, el presunto homicida peg¨® a Miguel por motivos intrascendentes. La afrenta sobrevino por una silla en la que se iban a sentar. La polic¨ªa piensa que el supuesto homicida les amenaz¨® con pegarles dos tiros dentro del local. Luego les invit¨® a salir fuera. A continuaci¨®n llegaron los disparos.
Seg¨²n, la viuda de Jos¨¦ Luis, la actitud de Miguel no fue la de un buen amigo: "Huy¨®, se fue corriendo. Si hubiera sido al rev¨¦s, mi marido no se habr¨ªa marchado. ?l no hubiera a9tuado de esa forma porque su car¨¢cter era bondadoso. Todos le conoc¨ªan y ¨¦l daba la vida por cualquier amigo". Las sucesivas investigaciones policiales fueron descubriendo los pasos previos del d¨ªa del crimen. Jos¨¦ Luis y su amigo comieron juntos. El primero se olvid¨® la chaqueta en casa de Miguel. ?ste se la llev¨® a media tarde, y en el camino se enter¨® de que hab¨ªa nacido su sobrino. Se pas¨® por el hospital para conocer al beb¨¦ y luego convenci¨® a Jos¨¦ Luis para celebrar el acontecimiento. Los dos brindaron' en dos bares hasta llegar al pub donde se gest¨® la afrenta.
Despu¨¦s del suceso y de las reticencias iniciales, algunos testigos vencieron su temor y declararon ante los agentes. Estaban asustados por las posibles represalias que podr¨ªa tomar el supuesto homicida, al que todos conoc¨ªan.
Clientes del bar
El testimonio de los clientes del pub fue decisivo. Gracias a su relato, los investigadores comenzaron a cercar al posible autor de los disparos contra Jos¨¦ Luis Pat¨®n. Hace una semana, los agentes identificaron al supuesto criminal. Se trataba de Alberto Laurado Ruiz. Reside en la calle del Cristo de la Victoria (Usera). A ¨²ltima hora de la tarde del jueves era arrestado en la glorieta de Embajadores.
El detenido tiene 10 antecedentes policiales. Fue detenido por ¨²ltima vez en 1989, acusado de un robo con fuerza.
El apresamiento del presunto homicida de Jos¨¦ Luis ha aliviado ligeramente el dolor de la familia. "No han tardado mucho en dar con ¨¦l", afirma Yolanda. No obstante, considera que, aunque reciba un castido duro, no va a pagar el crimen. "Por mucho que est¨¦ en la c¨¢rcel, el asesino de mi marido no va a pagar lo que ha hecho".
Yolanda y Jos¨¦ Luis se casaron hace un a?o. Se conoc¨ªan desde los 15. "Llev¨¢bamos media vida juntos, hab¨ªamos luchado mucho, y ahora, mira...", comentaba ayer con una l¨¢grima en los ojos. Su beb¨¦, de seis meses, ajeno a la tragedia, agitaba un sonajero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.