Ambulatorios europeos para ni?os llorones
Son muchos los padres que viven al borde del ataque de nervios por el llanto de sus beb¨¦s, que les priva del sue?o en la noche y les irrita durante el d¨ªa. Atribuyen las l¨¢grimas a los c¨®licos infantiles, al hambre insaciable o a pa?ales constantemente mojados. "Desgraciadamente, en nuestra cultura se interpreta el llanto s¨®lo como la expresi¨®n de enfermedad", dice Franz Paky, el m¨¦dico jefe del ambulatorio para ni?os llorones en la ciudad de M?dling, a 20 kil¨®metros de Viena. "El llanto es un problema de comunicaci¨®n entre padres e' hijos", asegura el pediatra, que m¨¢s que atender a los lactantes improvisa terapias para los desesperados progenitores, "muchas veces en el l¨ªmite de la agresi¨®n".El ambulatorio, el segundo de este tipo en Europa, fue creado para "prevenir la violencia familiar". Seg¨²n Paky, "gentes normales con ni?os normales llegan a la violencia porque los lactantes no se adaptan al medio ambiente, entonces lloran y son maltratados". "El llanto es unaforma de comunicaci¨®n, la ¨²nica que tiene un beb¨¦, y hay que aceptarla como una expresi¨®n positiva", dice.
Hasta los tres meses, un 90% de los lactantes lloran un promedio de una hora y media diaria. Los prematuros "son los gritones cl¨¢sicos" y llegan a llorar hasta cuatro horas y la peor fase es entre las, 17.00 y las 23.00.
Reglas de oro
La mejor forma de prevenir es "comunicarse de cualquier for¨ªna, especialmente despu¨¦s de las cornidas". La recomendaci¨®n para disminuir el llanto cr¨®nico es dejar al beb¨¦ una hora por la tarde al cuidado de alg¨²n familiar o persona encargada. "No estar permanentemente con el ni?o" es la regla de oro. Todo lo que recuerde a los reci¨¦n nacidos el embarazo "es el para¨ªso", asegura Paky, que aconseja la f¨®rmula m¨¢gica de las abuelas: tomarlos en brazos, mecerlos y ba?arlos en agua tibia (contacto fisico-ritmo-agua). En 12 semanas termina la etapa m¨¢s dif¨ªcil y el beb¨¦ se tranquiliza.
Pero, generalmente, se pierde el control de la situaci¨®n cuando los padres reaccionan con p¨¢nico. Primero hay dolor, preocupaci¨®n, impotencia y termina en"una agresi¨®n u hostilidad contenida o manifiesta", asegura el pediatra.
Cuanto m¨¢s peque?os son los ni?os, "reciben con m¨¢s intensidad las emociones del medio ambiente y perciben el rechazo. Entonces es irreversible,llora y termina en el hospital".
En centros pedi¨¢tricos comunes "se abandona a los padres" despu¨¦s de constatar con ex¨¢menes cl¨ªnicos que los beb¨¦s llorones no tienen ninguna enfermedad. En M?dling se habla con ellos, se les consuela y se les da fuerza. En los peores casos se deja al beb¨¦ interno y la madre se va a dormir a su casa o a una habitaci¨®n especialmente habilitada en el hospital. Internar al reci¨¦n nacido durante algunos d¨ªas les positivo porque desaparece la tensi¨®n y termina la mala conciencia por haber generado agresiones contra el lactante".
Edith Huebrner, la enfermera jefe, asegura que "la presi¨®n sobre la mujer, considerada como una m¨¢quina de consuelo y tranquilizante, es enorme". En el ambulatorio son atendidas y escuchadas: se habla de la historia personal, se describe el embarazo, si el beb¨¦ fue planificado o no. Se aclaran las perspectivas que ten¨ªan antes del nacimiento,, si quer¨ªan una ni?a o un ni?o. Huebmer dice que las madres que entran en la consulta "sin reservas emocionales ni paciencia, se recuperan despu¨¦s de hablar con los m¨¦dicos, y dejan de sentirse solas" en los avatares de la crianza.
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