Aire fresco en pantalla
La audiencia de los documentales crece, pero no la produccion espa?ola: tres series ahora, frente a 19 en los ochenta
Cada d¨ªa son m¨¢s los que abren la ventana cat¨®dica para que por ella entre tambi¨¦n una bocanada de aire fresco. Aunque, en buena medida, desterrados a la periferia del centro del d¨ªa o a los matinales, los documentales gustan. Y siempre gustaron. De ah¨ª que su marginaci¨®n tenga ribetes de torpeza. Cuando est¨¢ demostrado, en otros pa¨ªses al menos, que una buena serie de naturaleza puede competir en la mejor franja horaria con cualquier otro g¨¦nero televisivo.Hoy, adem¨¢s, por el atrac¨®n y empacho de nosotros mismos, los documentales relajan, informan sin opini¨®n y hasta sensibilizan. No es despreciable el porcentaje de abonados a Canal + que buscan, ante todo, la espl¨¦ndida factura de los naturalismos que ofrece. Lenta, pero sin tropiezos, la situaci¨®n mejora, y eso tras el batacazo del ¨²ltimo lustro en cuanto a producci¨®n propia se refiere.
Llevamos casi tres a?os con un magn¨ªfico porcentaje de audiencia en La 2. Aunque el horario descarta a buena parte de los empleados y a la casi totalidad de la poblaci¨®n estudiantil, cuando ¨¦sta deber¨ªa ser la principal receptora de esta forma de entretenimiento educativo, se han registrado m¨¢ximos de audiencia de hasta 2,5 millones de espectadores, como sucedi¨® el pasado 18 de enero con un reportaje de Survival sobre la sequ¨ªa. Rondar los dos millones es una norma para casi todos los documentales que se emiten a la hora de comer, lo que supone casi un 20% del share en esa franja.
La naturaleza en im¨¢genes est¨¢ recibiendo el mismo trato que la real. Queda sometida a parcelaci¨®n. Esto equivale a la creaci¨®n de reservas. Es acotar eliminar la sorpresa, la posibilidad de que la azotea que sostienen nuestros hombros se ventil¨¦ sin previo aviso. En consecuencia, resulta imposible acceder a las mayor¨ªas.
En cualquier caso, siguiendo, a La 2 y a Canal +, autores y, auton¨®micas han enarbolado la, cien veces ca¨ªda ense?a del ya. hace 15 a?os ausente F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente. Ni una sola, ha dejado de acometer la producci¨®n de una o varias series de su propia realidad ambiental; se ha coproducido incluso con la BBC. Hubo un tiempo, por cierto, en que llegamos a hacer programas en directo sobre la naturaleza con los equipos de la Natural History Unit de la televisi¨®n p¨²blica del Reino Unido.
Experiencias internacionales
Las mismas auton¨®micas hasta se han lanzado a experiencias internacionales dign¨ªsimas, como la Mediterr¨¤nia de TV-3. Muchas, como la televisi¨®n gallega, Telemadrid, Canal Sur o Canal 9, han descrito todas sus ¨¢reas protegidas y especies de fauna y flora. Euskal Telebista espera hacerlo. Y todas, invariablemente, programan producciones ajenas. Poco, muy poco, en definitiva, porque apenas nos permite llegar al reparador oasis en medio del ¨¢rido panorama, si a producci¨®n propia nos referimos.
Porque resulta escasamente explicable el casi abandono de un g¨¦nero consolidado, que permiti¨® la presencia de productos de televisi¨®n espa?oles en medio mundo, con reposiciones frecuentes incluso en el ¨¢mbito anglosaj¨®n, el m¨¢s exigente. L¨¢stima que un genero que si no ha dado dinero, pero tampoco p¨¦rdidas, como casi todo lo dem¨¢s, haya desaparecido pr¨¢cticamente de los presupuestos de la producci¨®n de la televisi¨®n p¨²blica y sea tan m¨ªnimo en todas las dem¨¢s.
Hemos pasado de 19 series producidas en la d¨¦cada de los ochenta, que comienza precisamente con la muerte de F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente, a tan s¨®lo tres en los cinco a?os de la de los noventa.
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