T¨ªmidos revolucionarios

(...) Las huestes de Newt Gingrich en la C¨¢mara de Representantes de EE UU est¨¢n a punto de rebasar el l¨ªmite de los 100 d¨ªas fijado por ellos mismos para conseguir la votaci¨®n sobre los 10 puntos o propuestas de reformas contenidas en el programa Contrato con Am¨¦rica. De una forma sorprendente y con admirable disciplina, parece que se han puesto de acuerdo para reformar el Congreso estadounidense (...). Pero a excepci¨®n de la reforma relativa a la disminuci¨®n de los programas sociales, de los cuales los republicanos de Gingrich quieren eliminar una buena parte de la seguridad social establecida para los m¨¢s necesitados, esas reformas son menos un asalto al Gobierno que un respetable remiendo de una. estructura de poder que los mismos republicanos han descubierto, de repente, querer preservar (...). En realidad, el ardor de los republicanos en la defensa de sus reformas responde a la necesidad de espect¨¢culo Es probable que el fracaso de la enmienda sobre el presupuesto en el Senado el pasado mes de marzo, el primer traspi¨¦ para el ¨¦xito del Contrato, pueda ser seguido por otros (...). La pol¨ªtica fiscal ser¨¢ la causa del ¨¦xito o el fracaso de la revoluci¨®n republicana (...). Pero al final los republicanos deber¨¢n enfrentarse a un hecho dif¨ªcil de digerir: formar parte tanto del Gobierno como de la revoluci¨®n es un ejercicio de equilibrio para el que incluso los elefantes pueden estar poco capacitados.8 de abril