UGT un sindicato de todos
El secretario general de la Uni¨®n General de Trabajadores pasa repaso a los factores y circunstancias que, seg¨²n ¨¦l, han llevado a la actual crisis del sindicato y motivado la convocatoria de un congreso extraordinario
El proceso de desestabilizaci¨®n emprendido contra la Comisi¨®n Ejecutiva Confederal elegida en el 360 Congreso de la Uni¨®n General de Trabajadores culminar¨¢ con un congreso extraordinario que todos (algunos con m¨¢s sinceridad que otros) en el sindicato lamentan. ?C¨®mo hemos llegado a la actual situaci¨®n? Creo que determinados responsables de federaciones y uniones que son quienes han provocado la crisis, han partido de un derecho que nadie puede negarles: el de estar en desacuerdo con esa comisi¨®n ejecutiva. Lo dem¨¢s es rechazable. Desde la utilizaci¨®n de imputaciones faltas de base para encubrir lo que es una lisa y llana apetencia de poder personal, hasta el reclamo, reiterativo, de un pluralismo y una tolerancia que no practican. Las apetencias desmedidas, y extempor¨¢neas, no son nuevas en las organizaciones sociales, pero s¨ª es llamativo que las maniobras para obtenerlas no se detengan ante una situaci¨®n compleja para el sindicato y compleja tambi¨¦n para nuestro pa¨ªs.Lo cierto es que no ha habido ninguna contestaci¨®n de fondo a la pol¨ªtica sindical que hemos realizado en estos meses. La actuaci¨®n de la Comisi¨®n Ejecutiva Confederal ha sido escrupulosamente democr¨¢tica, buscando la participaci¨®n
de todos y respetando los estatutos. Hemos convocado varios consejos confederales, en los que se ha informado y tratado de todas las cuestiones con total libertad, estimulando la participaci¨®n y sin excluir a nadie. Y como es natural, hemos velado por el respeto a las normas internas, limit¨¢ndonos a aplicar los estatutos cuando, como en el conflicto de la FSP, se pretend¨ªa ingnorarlos o vulnerarlos.
No pod¨ªamos aceptar comportamientos como los mantenidos por tres miembros de la propia CEC, que han violado las normas de un funcionamiento democr¨¢tico.
Debo insistir en que hemos estado trabajando plenamente en la l¨ªnea de las resoluciones del 360 congreso, apoyados siempre por la mayor¨ªa del sindicato.
Ante la situaci¨®n creada, en el congreso del pr¨®ximo 29 de abril huiremos de las declaraciones rimbombantes y de las frases hechas para decirles a los afiliados y afiliadas a la Uni¨®n General de Trabajadores, y a la sociedad en su conjunto, lo que, a nuestro juicio, corresponde hacer en la hora actual, a la vez dif¨ªcil y apasionante, del sindicalismo. Que es b¨¢sicamente llevar a la pr¨¢ctica las citadas resoluciones con las que todos estamos comprometidos. Es decir, seguir abordando aspectos como una pol¨ªtica sindical basada en la unidad de mercado y la solidaridad, el impulso a una pol¨ªtica industrial activa para lograr un crecimiento sostenido, el reparto del empleo, el desarrollo territorial y la defensa del Estado de bienestar, hoy seriamente amenazado por los planteamientos neoliberales.
La negociaci¨®n colectiva se ha convertido en el pilar central de las relaciones laborales. En ampliar su cobertura, potenciarla y adaptarla a la realidad de las empresas, los sindicatos nos jugamos gran parte de nuestro futuro. En este sentido, es clave para la acci¨®n sindical lograr la articulaci¨®n partiendo de convenios estatales sectoriales.
Cuesti¨®n esencial es, asimismo, la defensa de un marco ¨²nico de relaciones laborales como elemento central de las propuestas de la Uni¨®n General de Trabajadores. Los marcos aut¨®nomos de relaciones laborales -que se apoyan desde posiciones nacionalistas por razones explicables, pero que tambi¨¦n se comparten desde otras posiciones por pura frivolidad- significar¨ªan una ruptura del principio de solidaridad entre todos los trabajadores y trabajadoras de Espa?a, de los que s¨®lo pueden derivarse perjuicios para la mayor¨ªa.
En la misma l¨ªnea se est¨¢ configurando a la Uni¨®n General de Trabajadores como una confederaci¨®n de federaciones estatales, fortaleciendo con ello la estructura profesional para una acci¨®n sindical m¨¢s eficaz y actuando como instrumento vertebrador en la nueva realidad del Estado de las autonom¨ªas. Esto implica, desde luego, descartar cualquier planteamiento de fraccionar territorialmente al sindicato, que suscitar¨ªa un rechazo generalizado en la organizaci¨®n.
Nuestra acci¨®n sindical est¨¢ pegada al terreno reforzando la conexi¨®n con nuestros cuadros y afiliados. ?sta es la ¨²nica forma de incrementar la afiliaci¨®n, tarea pendiente que tiene el sindicalismo espa?ol y para lo cual tenemos que ser sensibles a las nuevas realidades del mundo del trabajo, como son: las mayores demandas de autonom¨ªa individual, la participaci¨®n determinante de la mujer, las nuevas profesiones o la conciencia medioambiental. Seguramente, quienes constantemente dan lecciones sobre modelos sindicales reforazar¨¢n su legitimaci¨®n para hacerlo si consiguen resolver este problema.
La unidad de acci¨®n de UGT y CC OO es un activo de los trabajadores. Ha dado buenos resultados en la pr¨¢ctica permiti¨¦ndonos lograr acuerdos y mejoras que nunca podr¨ªan haberse obtenido con el anterior clima de enfrentamiento. En el ¨²ltimo a?o ha hecho posible que encaremos con criterios comunes aspectos tan fundamentales como la posici¨®n sindical frente a la reforma laboral, la nueva estrategia de la negociaci¨®n colectiva, la sustituci¨®n de las ordenanzas laborales y la posici¨®n ante el clima de crispaci¨®n pol¨ªtica. Si las cr¨ªticas infundadas son siempre rechazables, cuando se cuestiona la unidad de acci¨®n -aspecto fundamental de las relaciones intersindicales- sin dar alternativa, se incurre, adem¨¢s, en irresponsabilidad frente a los trabajadores porque dif¨ªcilmente podremos afrontar los retos que tenemos planteados actuando de una manera aislada.
Y seguimos manteniendo la autonom¨ªa de la UGT. La discusi¨®n en torno a si es conveniente o no que el sindicato sea totalmente independiente de los partidos pol¨ªticos tiene un fuerte componente de bizantismo. Como recordaba Mathias Hinterscheld, la idea del sindicato-correa de transmisi¨®n, formulada por determinados te¨®ricos, nunca fue en la pr¨¢ctica aceptada por los trabajadores. S¨®lo ha sido posible imponerla en los Estados no democr¨¢ticos.
Estoy seguro, en cualquier caso, de que si se planteara una vuelta atr¨¢s en esta materia (y debo recordar, en lo referente a las relaciones UGT-PSOE, que tambi¨¦n ¨¦ste ¨²ltimo se ha pronunciado de manera expl¨ªcita en favor de la autonom¨ªa del sindicato) se pondr¨ªa de manifiesto la desaparici¨®n de lo! afiliados a UGT.
En definitiva, asistiremos al congreso del 29 de abril con disposici¨®n plena a aceptar los resultados. Sin reclamar mayor¨ªas naturales (terminolog¨ªa pol¨ªtica y ajena al sindicalismo), sino talante democr¨¢tico. Con una voluntad firme de seriedad y de coherencia, poniendo como ¨²nico objetivo el que justifica la existencia de la Uni¨®n General de Trabajadores: la defensa de los intereses de los trabajadores y trabajadoras. Y proponiendo, en suma, que el sindicato siga cumpliendo, en esta era de cambio vertiginoso, el papel que le ha dado un lugar en la historia de Espa?a.
C¨¢ndido M¨¦ndez es secretario general de la Uni¨®n General de Trabajadores (UGT).
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