Centenares de investigadores ven esfumarse el sue?o de una carrera cient¨ªfica en Espa?a
Expertos formados en el extranjero buscan contratos renovables para 'reinsertarse'
Despu¨¦s de licenciarse en un ¨¢rea cient¨ªfica y haberse formado, en su mayor parte en prestigiosas instituciones del extranjero -doctorado y a?os posteriores-, varios centenares de investigadores espa?oles, con una media de 30 a?os, se vienen acogiendo desde hace tres a?os a contratos de reincorporaci¨®n en Espa?a. Ahora empiezan a vencer estos contratos renovables, y los investigadores aseguran que el sue?o de que en Espa?a exista una carrera cient¨ªfica se esfuma una vez m¨¢s. Por si fuera poco, en dos a?os, colegas europeos tendr¨¢n acceso a las plazas espa?olas.
En el Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia (MEC), estas quejas sorprenden y hasta duelen porque el programa de reincorporaci¨®n de doctores y tecn¨®logos -cuyo objetivo final es evitar la fuga de cerebros- est¨¢ considerado como uno de los de mayor ¨¦xito dentro de sus objetivos limitados. "Nunca hemos pensado que este programa fuera la soluci¨®n para acercar nuestro n¨²mero de investigadores a la media europea", afirma Roberto Fern¨¢ndez de Caleya, director general de Pol¨ªtica Cient¨ªfica.El n¨²mero de investigadores y el porcentaje de producto interior bruto dedicado a la investigaci¨®n y desarrollo en Espa?a todav¨ªa est¨¢n muy por debajo de la media europea, y ¨¦sa es la base de las quejas de los investigadores contratados. "Si Espa?a quiere desarrollarse tiene que seguir invirtiendo cada vez m¨¢s en ciencia y el n¨²mero de plazas fijas en las universidades y en los organismos p¨²blicos de investigaci¨®n es insuficiente", afirma uno de los contratados, que renunci¨® a seguir en el Reino Unido para volver a Espa?a.
El ¨²ltimo ladrillo
Sus compa?eros ya fijos se solidarizan: "Nunca se ha puesto el ¨²ltimo ladrillo del edificio, nunca se ha definido una carrera cient¨ªfica en Espa?a de modo que los investigadores, a su vuelta del extranjero, tengan un sistema normal de evaluaci¨®n de sus actividades y de reincorporaci¨®n a la tarea cient¨ªfica espa?ola", afirman. Del. lado oficial recuerdan que el Estado no puede acoger a todos los cient¨ªficos que se forman y que lo que est¨¢ fallando en Espa?a es la oferta de la empresa privada, que apenas solicita estos profesionales muy cualificados, fruto del gran esfuerzo en formaci¨®n de los ¨²ltimos 10 a?os.
Los contratos de reincorporaci¨®n reemplazaron hace tres a?os a las becas de reincorporaci¨®n, con la ventaja de una mayor protecci¨®n laboral para los contratados, una, vieja aspiraci¨®n de los becarios. Pero muchos vieron en esta iniciativa, secundada tambi¨¦n por el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) y otros organismos como el Ciemat, la llegada del tenure track system vigente en los pa¨ªses con mayor nivel cient¨ªfico. ?ste es un sistema que combina con tratos sucesivos obtenidos tras evaluaciones y plazas fijas o semifijas frente al tradicional m¨¦todo espa?ol de las oposiciones y la plaza vitalicia.
Pero los contratos del MEC -500 hasta el momento- son por un m¨¢ximo de 36 meses, no renovables, lo que permite la ley para un contrato por obra y servicio, y ligados a un proyecto concreto para el que ya haya fondos. Durante ese tiempo el aspirante a reinsertado, que ha debido superar una evaluaci¨®n para obtener el contrato, se debe "buscar la vida", y muchos lo han hecho, aseguran en el ministerio. De la primera hornada de contratos, el 58% no los ha renovado porque ha encontrado otro medio de vida, muchos de ellos en la universidad, donde ha habido una notable oferta de plazas. El problema parece estar en las siguientes hornadas. "Los investigadores tienen que optar a todo lo que salga, no pueden esperar que estos contratos, que no existen en otros pa¨ªses europeos, sean una soluci¨®n definitiva", dice Fern¨¢ndez de Caleya.
En los pr¨®ximos a?os, por otra parte, hay dos factores que van a cambiar, aunque nadie sabe cu¨¢nto, el panorama: el acceso de investigadores europeos a las plazas espa?olas y la demanda de las universidades privadas. El CSIC ya ha ofrecido este a?o plazas en Europa, pero la falta de tiempo para que el MEC convalide los t¨ªtulos ha impedido por ahora el acceso de los europeos.
Un requisito suprimido
A las protestas de algunos de los contratados, el ministerio ha respondido con propuestas de mejora del sistema, como suprimir el requisito de que quede al menos un a?o de contrato para poder renovarlo a caballo de un nuevo proyecto; este requisito ha hecho que algunos de los contratados ya est¨¦n en la calle a pesar de que no han pasado tres a?os. Tambi¨¦n se va a informar a todos los contratados de las convocatorias de plazas de investigador que les puedan interesar y se van a proponer incentivos para que accedan m¨¢s f¨¢cilmente a la empresa privada o se integren en proyectos cient¨ªficos grandes. En el proyecto de reforma de la LRU que estudia el Congreso se propone que los contratados tengan prioridad para ser profesores ayudantes.
En cuanto al CSIC, con 120 contratados, se prev¨¦ que puedan concursar a otro contrato de tres a?os m¨¢ximo en un nuevo proyecto de investigaci¨®n. Pero, por ahora, la carrera cient¨ªfica seguir¨¢ esperando.
Dos casos en el aire
El neurocient¨ªfico Gonzalo ?lvarez Bolado, de 35 a?os, se licenci¨® en Medicina por Valladolid, en 1983 y realiz¨® la tesis doctoral en el Instituto Cajal del CSIC (Madrid), donde ahora ha vuelto. Luego estuvo en Suiza y de all¨ª pas¨®, a Estados Unidos "por que hay que ir". A los tres a?os de disfrutar de becas esta dounidenses se le acab¨® el visado, ya que Estados Unidos cuida que los investigadores extranjeros no quiten puestos de trabajo fijo a los nacionales. Ahora tiene el futuro ligado a un proyecto que termina en julio de 1997 y luego no sabe qu¨¦ har¨¢. La posibilidad de optar a una plaza fija en el CSIC la ve dif¨ªcil: "Se presentan 30 personas para cada plaza y muchos de ellos son ya investigadores de prestigio en el extranjero".En la universidad, argumenta, "no estamos a la cola, todo el mundo sabe que las plazas que salen est¨¢n pr¨¢cticamente adjudicadas a gente de la casa". Y las empresas en Espa?a ofertan podo y "rellenan huecos muy concretos, normalmente lo que necesitan no es muy atractivo para los investigadores".
El caso de Jos¨¦ Pablo Lara Mu?oz, de 31 a?os, es de final feliz. Desde 1994 es profesor titular (plaza vitalicia) de Fisiolog¨ªa en la Facultad de Medicina de M¨¢laga, el mismo centro donde realiz¨® a finales de los ochenta su tesis doctoral y donde volvi¨® en 1992 con un contrato de reincorporaci¨®n que no complet¨®. Por medio estuvo dos a?os en el Royal Free Hospital de Londres.
Lara asegura que hubiera optado a una plaza en cualquier otro centro y que con la actual estructura de personal resulta muy dif¨ªcil disponer de investigadores estables suficientes para garantizar la continuidad de los proyectos.
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