El comisario Ramos chamulla romam¨ª
El jefe de polic¨ªa de Burgos publica una reedici¨®n actualizada sobre la jerga del hampa
Otros compa?eros recurren a la tradici¨®n familiar, la vocaci¨®n, el af¨¢n de servicio al pueblo y diversos conceptos m¨¢s o menos rimbombantes. Pero ¨¦l no. Jes¨²s Garc¨ªa Ramos, de 46 a?os, comisario provincial de Burgos, explica con sencillez que se hizo polic¨ªa "por las pel¨ªculas polic¨ªacas", para emular a sus h¨¦roes del celuloide,Garc¨ªa Ramos, que fue jefe de la comisar¨ªa madrile?a de Fuencarral antes de ser nombrado hace unos meses responsable de la polic¨ªa de Burgos, tiene tambi¨¦n el t¨ªtulo de profesor de EGB y licenciado en Filolog¨ªa. Quiz¨¢ eso explica su afici¨®n a analizar y recopilar el lenguaje de drogatas, talegarios manguis, chelis y otros espec¨ªmenes del hampa.
Este comisario afable y de talante progresista ya public¨® hace cuatro a?os una primera edici¨®n de Lenguajes marginales. An¨¢lisis y vocabulario. Ahora ha visto la luz una segunda edici¨®n con las innovaciones ling¨¹¨ªsticas que se han producido en "el oscuro mundo de la marginaci¨®n". Y, muy en su l¨ªnea, Garc¨ªa Ramos resalta en el pr¨®logo del libro la "valiosa ayuda" que le han prestado "los delincuentes profesionales, drogadictos y mendigos". Nunca ha ocultado su amistad con gitanos, quinquis y gentes de mal vivir, cuyo lenguaje secreto chamulla con tanta soltura que a veces ha sido confundido con uno de aqu¨¦llos.
Gracias a Garc¨ªa Ramos, uno se entera que una brija es una pulsera de oro, que una burraca es una prostituta, que un cabestro es un travestido, que. una mar¨ªa es una caja fuerte, que un quinaor es un ladr¨®n, que un buchard¨® es un disparo, que un pesta?¨ª es un polic¨ªa o que un pulpo es un artilugio carcelario que resulta de unir dos cucharas y un cable que, conectado a la red el¨¦ctrica, sirve para calentar el agua.
"El hecho de que la lengua gitana sea hablada por un pueblo marginado y perseguido (raz¨®n por la que parte de su l¨¦xico ha sido adoptado por los delincuentes) no implica que deba ser despreciada, sino todo lo contrario: hay que investigar la con gran respeto y admiraci¨®n", escribe el comisario.
Los quinquis o mercheros son un clan que guarda celosamente su lenguaje y para ello recurre con frecuencia a hablar en perfecto castellano, aunque con un doble sentido. Si un quinqui dice: "He salido del hospital y el m¨¦dico dice que mientras dure la convalecencia evite la reca¨ªda para no agravar la enfermedad", lo m¨¢s probable es que en realidad est¨¦ indicando: "He salido de la c¨¢rcel y el juez dice que durante la libertad provisional evite la reincidencia porque se agravar¨ªa la condena".
El pasado viernes, Garc¨ªa Ramos inici¨® la presentaci¨®n de su libro leyendo esta nota de prensa: "Un pringao ha abroncao en la gobi un burreo del tocomocho. Al parecer, en la gara de pavas fue abordado por dos manuses, uno hac¨ªa de toquero y el otro de larguero. Mediante la milonga y la exhibici¨®n de la pampa consiguieron tangar al mopri y palmarle trescientos costales con el culechi ful". Lo que en cristiano significa: "una persona ha denunciado en comisar¨ªa un timo del tocomocho del que fue v¨ªctima en una estaci¨®n, donde dos hombres le sacaron 300.000 pesetas mediante un d¨¦cimo de loter¨ªa falso".
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