Derecho a la dignidad
?D¨®nde tenemos guardada la sensibilidad? ?Para qu¨¦ ocasiones la reservamos? Estas son algunas de las preguntas que me hago a diario cuando enciendo la televisi¨®n o leo un peri¨®dico. Sencillamente no puedo explicarme como somos capaces de observar (de manera m¨¢s o menos indolente) tanta miseria, tanta guerra, tanta deshonestidad, tanta sangre...Los medios de comunicaci¨®n de un pa¨ªs democr¨¢tico tienen la posibilidad y la obligaci¨®n de mostrarnos, de manera objetiva, lo que ocurre en el mundo.. La verdad es que en el mundo existen muchas atrocidades, ?pero hacia d¨®nde vamos?, ?d¨®nde est¨¢ el l¨ªmite? Miro con asombro c¨®mo las im¨¢genes de la guerra en Chechenia o en Bosnia, olas del conflicto entre turcos y kurdos, se convierten en algo cotidiano. Miles de hogares espa?oles contemplan durante el. almuerzo o la cena escenas de tragedia, de muerte y de miedo. He utilizado la palabra escenas, como hacen a menudo los medios de comunicaci¨®n; no deja de ser curioso que se use esta palabra que alude al mundo del arte dram¨¢tico. Ciertamente, contemplamos la desgracia del mundo como si fuera ciencia-ficci¨®n.
Escalofriantes fotograf¨ªas de soldados, mujeres y ni?os asesinados ilustran las p¨¢ginas de los peri¨®dicos, estamos ya tan acostumbrados que las pasamos sin m¨¢s. Pocas veces pensamos que esos cuerpos magullados tienen o han tenido una vida no muy diferente a la nuestra, que han tenido una historia personal y han acabado siendo protagonistas de macabras fotograf¨ªas que dan la vuelta al mundo y que son contempladas por millones de personas cada ma?ana. Me pregunto si tenemos derecho a mirar esas im¨¢genes, y a hacerlo adem¨¢s de manera mec¨¢nica y cotidiana. ?No es la dignidad un derecho de todas las mujeres y de todos los hombres? ?Son dignas las im¨¢genes de esas matanzas de cuerpos an¨®nimos? ?Qu¨¦ pensar¨ªamos si uno de nuestros familiares fuera el protagonista de esas im¨¢genes?.-
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