Negro como el flet¨¢n
EL ACUERDO entre Canad¨¢ y la Uni¨®n Europea que pone fin al conflicto revelado por la captura del congelador espa?ol Estai, hace cinco semanas, no puede considerarse bueno para los intereses espa?oles. El ministro canadiense de Pesca ha sintetizado el resultado diciendo que su pa¨ªs podr¨¢ capturar el triple que en 1994, mientras que la Uni¨®n Europea (UE) ver¨¢ reducida su cuota a un quinto de lo pescado en la zona el pasado a?o. La realidad es algo m¨¢s matizada, pero resulta dif¨ªcil saber si, como ha manifestado el Gobierno espa?ol, se trata del "¨²nico acuerdo posible": la UE no ha llegado verdaderamente a forzar la mano de su interlocutor con medidas comparables a las que ¨¦ste hab¨ªa puesto sobre la mesa. Lo cierto es que fue Canad¨¢ el que provoc¨® el conflicto, recurriendo a m¨¦todos ilegales, con la intenci¨®n de forzar una negociaci¨®n. Esa negociaci¨®n se ha producido en los t¨¦rminos planteados por ese pa¨ªs, y ¨¦sa es su victoria.Para anot¨¢rsela, Canad¨¢ ha practicado una pol¨ªtica de hechos consumados. Extendi¨® de hecho su zona de exclusi¨®n m¨¢s all¨¢ de las 200 millas, y se arrog¨® el derecho a capturar los buques que faenaran en esas aguas. Forz¨® as¨ª una negociaci¨®n en la que s¨®lo cede renunciando a aquello que hab¨ªa impuesto de manera unilateral y abusiva. Eso permite a la otra parte, en este caso la UE, decir que ha conseguido "restablecer el derecho internacional": el fuero. Si adem¨¢s las pretensiones canadienses son desmesuradas (pasar del 12% al 60% del total de capturas autorizadas) se garantiza tambi¨¦n el huevo: un aumento sustancial, incluso cediendo algo en la negociaci¨®n. Frente a esa estrategia, la UE no ha sido capaz de articular una presi¨®n econ¨®mica eficaz. Algo que no parec¨ªa imposible a la vista de una balanza comercial netamente favorable a Canad¨¢, que exporta a los pa¨ªses de la UE por un valor de 300 millones de ecus, mientras que sus importaciones no superan los 26 millones.
En ese aspecto, la negociaci¨®n ha puesto de relieve que el peso de los socios ib¨¦ricos en la Europa de los Quince es insuficiente para forzar una amenaza seria de los principales pa¨ªses de la Uni¨®n en ese terreno: el ¨²nico que podr¨ªa inquietar a Ottawa. Porque lo de exigir visados a los turistas canadienses o la insinuaci¨®n de medidas a¨²n m¨¢s terribles ha debido inquietar al ministro Tobin y sus secuaces tanto como al capit¨¢n Garfio y los suyos las amenazas de Peter Pan.
El ministro Atienza argumenta que el acuerdo ser¨¢ mejor valorado con el tiempo, y defiende que lo importante es el porcentaje -ese 41% garantizado a la flota comunitaria; en la pr¨¢ctica, ib¨¦rica- y no la cifra total de capturas. Lo primero est¨¢ por ver, aun que tal vez acabe teniendo raz¨®n: cada vez, son mayo res las exigencias de los pa¨ªses en cuyas aguas, o sus inmediaciones, faena la flota espa?ola. Y respecto a las cifras, es cierto que se ha hecho mucha demagogia. La reducci¨®n del total de capturas autorizadas de 63.000 toneladas a 27.000, aprobada a fines de 1994 por el organismo internacional competente, ya supo ?¨ªa recortar dr¨¢sticamente las posibilidades de la flota espa?ola. Por tanto, la comparaci¨®n no hay que hacerla con las 45.000 toneladas de 1994, sino con las capturas posibles a partir de 1995 y que en. el mejor de los casos no superar¨ªan las 17.000 toneladas. Y con el l¨ªmite absurdo de 3.500 toneladas que pretend¨ªa atribuir a la UE la Organizaci¨®n. de Pesca del Atl¨¢ntico Norte (NAFO), y cuya no aceptaci¨®n por Espa?a y Portugal provoc¨® la escalada canadiense.
Por eso, una vez que se apaguen los ecos de las comprensibles pero poco realistas bravatas escuchadas ayer, el sector har¨ªa bien en prepararse para un porvenir que, si es cierto que se presenta bastante negro, ya lo estaba antes de que los canadienses apresasen el Estai. Porque el problema de fondo es que Espa?a tiene una de las flotas mayores del mundo, pero el 70% de lo que pesca procede de aguas exteriores. Y por eso es un pa¨ªs tan interesado como el que m¨¢s en una regula ci¨®n que evite el agotamiento de los recursos.
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