Los abogados de los grapos se sienten "coaccionados" por la presencia de un polic¨ªa
Un hecho ins¨®lito se produjo ayer en la Audiencia Nacional. Los abogados de los grapos que est¨¢n siendo juzgados por diversos delitos, entre ellos un atentado con explosivos y un intento de secuestro afirmaron sent¨ªrse "coaccionados" por la presencia en la sala de un polic¨ªa armado. El presidente del tribunal, para evitar un recurso de casaci¨®n, les inst¨® a que se pronunciaran sobre si ejerc¨ªan sus defensas "con plena libertad", porque suspender¨ªa el juicio de no ser as¨ª. La pugna dial¨¦ctica fue intensa. Finalmente, los letrados cedieron y dijeron que "s¨ª", aunque, en palabras de Francisca Villalba, s¨®lo porque no hay que arredrarse "ni con una pistola en la cabeza".
, La segunda sesi¨®n de la vista oral contra diez presuntos miembros de los GRAPO -uno, Fernando Silva, en rebeld¨ªa, y dos, Pedro Luis Cuadrado e Isabel Santamar¨ªa, fallecidos en 1993 durante su asalto a un furg¨®n blindado de Prosegur en Zaragoza- discurr¨ªa de acuerdo con la primera.Como Laureano Ortega, Guillermo V¨¢zquez, Olga Oliveira y Mar¨ªa Jes¨²s Romero en ella, Jes¨²s Cela y Javier Calcerrada hab¨ªan reconocido su pertenencia a esa organizaci¨®n, de car¨¢cter terrorista. Tambi¨¦n hab¨ªan negado que pueda atribu¨ªrsele la autor¨ªa de la amenaza de muerte -"un montaje pol¨ªcial", seg¨²n su compa?era Encarnaci¨®n Le¨®n- recibida por los vecinos de un inmueble de Madrid citados para declarar el pr¨®ximo viernes, ocultos a la vista de los procesados y el p¨²blico, como testigos."Es denigrante", lleg¨® a c¨¢lificar Cela a un pasqu¨ªn que la Direcci¨®n General de la Polic¨ªa, en un informe del pasado d¨ªa 10, tampoco considera que haya sido redactado por los GRAPO: por ejemplo, se alude a los Grupos Revolucionarios Antifascistas Primero de Octubre en vez de a los Grupos de Resistencia ( ... ) como ser¨ªa lo exacto, se usa la frase "viva el GRAPO" y no la correcta "vivan los GRAPO" y se recurre a la expresi¨®n "viva el internacionalismo proletario" cuando "no son internacionalistas".
Cela hab¨ªa admitido en tono grave que poseyo un arma, que particip¨® en un atentado con explosivos contra una factor¨ªa de Repsol en Tarragona y que se hizo pasar por operario de la compa?¨ªa del gas, pero no que se pretendiera secuestrar en Madrid al empresario Alejandro G¨®mez Dur¨¢n: "S¨®lo quer¨ªamos entrar en su piso y llevarnos los 2.000 millones de pesetas que, cre¨ªamos que guardaba en ¨¦l".
En cambio, Calcerrada, que, a diferencia de los dem¨¢s, acept¨® contestar las cuestiones planteadas por el fiscal -solicita m¨¢s de 300 a?os de prisi¨®n en total para ellos- incluso hab¨ªa sido capaz de ironizar y causar cierta hilaridad. "Mi misi¨®n s¨®lo era informativa. Ten¨ªa que hacer un plano de su casa
[la de G¨®mez Dur¨¢n] y lo hice. ?C¨®mo? Comprender¨¢n que no d¨¦ detalles. Secretos de un trabajo profesional", vino a decir tras reiterar que nunca tuvo armamento.Fue justamente despu¨¦s, mientras alegaba que no estaba en sus "cabales" al realizar su declaraci¨®n inicial porque se le someti¨® "a cinco d¨ªas de torturas" tras su detenci¨®n, cuando su abogado, Juan Manuel Ruiz, interrumpi¨® sus preguntas para espetar: "No puedo continuar la defensa porque me siento coaccionado por la presencia de un polic¨ªa armado en la sala". Sus colegas, Villalba, Juan Manuel Olarieta y Endika Zulueta, secundaron su protesta. Estupefacto, su presidente, Jos¨¦ Antonio Jim¨¦nez-Alfara, decidi¨® que el tribunal se retirase a deliberar sobre ella.
Cerca de tres cuartos de hora m¨¢s tarde, Jim¨¦nez-Alfaro confirm¨® que el agente seguir¨¢ en la sala "por seguridad". De inmediato, para evitar un posible recurso de casaci¨®n por incumplimiento de las garant¨ªas procesales, inst¨® a los cuatro letrados a que se manifestasen con claridad sobre si ejerc¨ªan su labor "con plena libertad" porque suspender¨ªa el juicio de no ser as¨ª.
La pugna dial¨¦ctica fue intensa. Aqu¨¦llos se resist¨ªan a pronunciarse con el simple "s¨ª" o
no" que se les ped¨ªa. Uno habl¨®. de que se les pon¨ªa "en un callej¨®n sin salida". Otro, de que sufr¨ªan "una intimidaci¨®n subjetiva como la de los vecinos supuestamente amenazados". Al cabo, fueron cediendo. "Yo no me arredro ni con una pistola en la cabeza", concluy¨® Villalba.
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