Xavier Valls expone en Madrid las pinturas que le alab¨® Giacometti

Xavier Valls (Barcelona, 1923) vive en Par¨ªs desde hace 46 a?os. Se fue con una beca para seis meses y, fascinado por los color es del Sena, se qued¨® all¨ª para siempre. Esta tarde inaugura en la galer¨ªa Juan Gris, de Madrid (Villanueva, 22). No fue s¨®lo Alberto Giacometti quien insisti¨® a Xavier Valls para que siguiera haciendo lo que hac¨ªa. Tambi¨¦n lo hicieron Balthus y Luis Fern¨¢ndez. "Hubo un momento en los a?os sesenta en que pens¨¦ que estaba perdiendo el tiempo con el realismo y estuve tentado de pasarme al abstracto. Pero mis amigos me dijeron: 'T¨², sigue a lo tuyo', y eso me dio un gran apoyo moral. Siempre les estar¨¦ agradecido".

, Y sigui¨® el consejo, evidentemente, Quien ha visto una vez un cuadro de Xavier Valls reconocer¨¢ cualquier otra obra salida de sus manos., "No tiene nada de raro", dice el pintor, "el verdadero artista hace lo mismo a lo largo de su vida. Picasso es siempre el mismo, pese a las apariencias en contra". Pero en el, caso de Valls no se trata de apariencias sino de evidencias. Algo parecido a lo que ocurre con Morandi, con el que siempre le comparan los cr¨ªticos: "Me parece un honor, pero no veo en qu¨¦ se basan. Lo que pasa es que cuando los cr¨ªticos ven un bodeg¨®n con unos cacharros ya dicen que es un Morandi". Tampoco acepta la etiqueta de noucentista "que nos ponen a todos los de mi generaci¨®n". No quiere decir con ello que se sienta insultado, aclara, pero puesto a buscar influencias, en su pintura las encuentra en V¨¢zquez D¨ªaz "porque lo suyo era un cubismo pasado por una criba y para m¨ª siempre fue un maestro."Tampoco se siente Valls como pintor mediterr¨¢neo, por m¨¢s mediterr¨¢neos que sean sus or¨ªgenes y primeras vivencias. "Mir¨¢bamaos mucho hacia afuera, a la pintura francesa concretamente. En Par¨ªs descubr¨ª una luz m¨¢s profunda y m¨¢s ¨ªntima que la luz del Mediterr¨¢neo".

Otras circuntancias, admite, le animaron a dejar su barrio y su casa natal de Horta, su vida de hijo de la burgues¨ªa catalana acomodada. "Me pareci¨® que en Par¨ªs se respiraba mejor". Sinti¨® p¨¢nico, asegura, cuando descubri¨® "tal cantidad de cosas sobre la pintura de las que apenas si ten¨ªa noticia a trav¨¦s de publicaciones y revistas". "Par¨ªs me encant¨®. Era una ciudad m¨¢s grande, con menos capillitas. Siempre he dicho que prefiero ser el pez peque?o en Par¨ªs que el pez grande en Barcelona".

Una afirmaci¨®n que no ser¨ªa justo malinterpretar. Porque, asegura el pintor, "nunca cort¨¦ con mi pa¨ªs, ni con los amigos de mi pa¨ªs ni con los intelectuales de mi pa¨ªs. Uno es espa?ol y adem¨¢s catal¨¢n y no renuncia. Pero llevo viviendo en Par¨ªs toda una vida y eso tambi¨¦n cuenta. Soy un poco de todas partes y de ninguna, que es el drama del que se marcha".

A estas alturas de su vida ya ha elegido, tambi¨¦n en el arte. "Me quedo con , Zurbar¨¢n, con Piero della Francesca, con Murillo... y tambi¨¦n con Sempere y con Carmen Laffon y Anto?ito L¨®pez. Los encuentro mucho m¨¢s modernos que a los que colocan unos trapos o una escoba en un rinc¨®n y dicen que eso es arte.