La polic¨ªa se enfrenta con los cocaleros bolivianos en el Chapare
, Cocaleros de la Amazonia boliviana y mineros en el Potos¨ª chocaron con batallones de la polic¨ªa rural en los caminos del Chapare y amenazan con convertirlos cultivos en mataderos si el Gobierno aprovecha el Estado de sitio para erradicar por la fuerza los sembrados con hoja de coca y cumplir as¨ª con los plazos impuestos por Estados Unidos. Los m¨¢s violentos en este verde y exuberante campo de batalla, re moto y antiguo, a 700 kil¨®metros de La Paz, lanzaban cartuchos de dinamita con honda y hab¨ªa mujeres y ancianos que dispara ban flechas y lanzas contra las tropas, empleadas a fondo con gases lacrim¨®genos y balines.
Cerca de cien campesinos fueron detenidos, otros resultaron heridos y los cuerpos de seguridad sufrieron varias bajas en los fuertes enfrentamientos desencadenados este fin de semana cuan do t¨¦cnicos del Instituto Geogr¨¢fico Militar quisieron registrar para el catastro los per¨ªmetros de cinco chacos. Cientos de cocaleros bloquearon las sendas de acceso a los campos, alertaron a otros y entraron en colisi¨®n con los pelones que escoltaban a los ingenieros castrenses.
"Vinieron en cinco camionetas y tres caimanes (camiones) y nos dispararon con gases. Nos hemos defendido con piedras y palos" aseguraba un campesino, "?Qu¨¦ nos queda si abandonamos la coca. Los cultivos alternativos no sirven". El teniente coronel Luis Caballero, en uniforme de campa?a, tambi¨¦n argumentaba defensa propia. El jefe policial dijo que "la multitud se hallaba enardecida y en estado de ebriedad".
El plan de EE UU
El Estado de sitio impuesto por el Gobierno de Gonzalo S¨¢nchez de Lozada pacific¨® la capital boliviana, pero, en el tr¨®pico, los campesinos se agrupan en comit¨¦s clandestinos y amenazan desde el monte con resistir hasta la muerte. En Cochabamba, a 200 kil¨®metros del Chapare, uno de sus portavoces afirmaba a este enviado que "el Gobierno, como no puede cumplir con EE UU y necesita manos libres para otras tareas, decret¨® el Estado de sitio. Quieren erradicar los cultivos militarmente. El Ej¨¦rcito ya est¨¢ en la zona".
Lo niega el ministro de Gobierno, Carlos S¨¢nchez de Berza¨ªn, quien destaca la voluntariedad del programa de erradicaci¨®n. "Los campesinos saben muy bien que la hoja de coca se convierte despu¨¦s en coca¨ªna".
A las tres semanas de haber sido puesto en marcha el plan de eliminar los cultivos, m¨¢s de 300 hect¨¢reas de plantaciones han sido cortadas y el Ejecutivo, sometido a fuertes presiones norteamericanas, conf¨ªa en cumplir con la meta de 600 hect¨¢reas al mes.
No hay ning¨²n entusiasmo por el plan entre los cocaleros y sus silencios y comentarios junto a los sembrados de la discordia son suficientemente elocuentes: a la fuerza ahorcan y ni el caf¨¦, ni el palmiteo o las bananas pueden competir con los ingresos con el cultivo del arbusto sentenciado.
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