Una flota cautiva
Rabat impone cada cuatro a?os m¨¢s limitaciones a la pesca
El acuerdo con Marruecos constituye una necesidad imperiosa para la pesca en Espa?a. La flota de Andaluc¨ªa, y parte de la de Levante, Galicia y Canarias tiene escasas posibilidades de adaptar su actual estructura a otros caladeros. De las pesquer¨ªas en aguas de Marruecos y del viejo banco sahariano depende la actividad de unos 650 barcos espa?oles que, en su mayor parte, no podr¨ªan acudir a otras aguas.
A diferencia de la situaci¨®n de los grandes barcos congeladores expulsados de diferentes caladeros -Namibia, Boston, Noruega o NAFO- que se reubican en otras zonas o para otras pesquer¨ªas, en el caso de Marruecos, se trata de una flota cautiva de la que dependen casi 10.000 trabajadores embarcados y cinco veces m¨¢s de empleos indirectos en tierra.
Esta situaci¨®n es conocida por las autoridades de Marruecos, que han utilizado tradicionalmente el acuerdo de pesca como un instrumento permanente contra la Administraci¨®n espa?ola -actualmente, tambi¨¦n contra la comunitaria-, para sacar el m¨¢ximo beneficio econ¨®mico y, adem¨¢s, presionar en Bruselas en defensa de sus intereses pol¨ªticos ante la Uni¨®n Europea.
En el cap¨ªtulo econ¨®mico, Marruecos trata de lograr el m¨¢ximo de ingresos por faenar en sus aguas. El actual acuerdo supone el pago anual por parte de la Uni¨®n Europea de 13.200 millones de pesetas, a los que se suman otros 2.400 millones pagados por los armadores en concepto de canon. En el acuerdo anterior, de 1988, el compromiso ten¨ªa un coste para la Uni¨®n Europea de 9.150 millones de pesetas.
En el conjunto del sector de la pesca en Espa?a, el acuerdo con Marruecos supone en torno al 18% de todas las capturas, aunque su valor econ¨®mico es menor a ese porcentaje por las especies que se capturan. De las aproximadamente 185.000 toneladas que se obtienen en esas aguas, m¨¢s de la mitad, 107.000 toneladas, corresponden a la sardina. Del resto de las especies captura das destacan las 37.000 toneladas de pulpo, m¨¢s de 8.000 toneladas de merluza y casi 4.000 toneladas de especies como at¨²n y choco.
Cuatro puntos
Las negociaciones para la firma de acuerdos pesqueros con Marruecos han constituido tradicionalmente, antes y despu¨¦s del ingreso de Espa?a en la Uni¨®n Europea, una ocasi¨®n para la Administraci¨®n marroqu¨ª para endurecer el acceso a su caladero. Tradicionalmente tambi¨¦n, a Marruecos le ha gustado el espect¨¢culo y ha tratado de no firmar los acuerdos en las fechas previstas y obligar al amarre de las flotas.
En las negociaciones para la renovaci¨®n de los acuerdos pesqueros, las autoridades de Marruecos hist¨®ricamente han hecho especial incidencia en cuatro puntos: reducci¨®n de capturas por razones ecol¨®gicas, aumento del control, m¨¢s apoyos financieros y mayor empleo para tripulaciones de ese pa¨ªs.
Marruecos plantea en cada nuevo acuerdo la necesidad de reducir el esfuerzo pesquero. En este caladero no existe Total Admisible de Capturas o cuotas de pesca, por lo que la limitaci¨®n de capturas se hace en base a limitar el potencial de los barcos en la zona (lo que supone eliminar barcos) o el periodo de pesca. La Uni¨®n Europea asume esa pretensi¨®n de Marruecos de preservar sus. caladeros, pero advierte que solamente es asumible ese planteamiento en base a datos t¨¦cnicos, y siempre que lo que deja de pescar la flota comunitaria no se venda a las flotas de otros pa¨ªses.
En esta misma l¨ªnea de reducir las capturas o poner dificultades a la pesca, Marruecos ha prohibido el uso de redes de monofilamento desde 1993, utilizadas por la flota espa?ola. Tambi¨¦n ha endurecido sus condiciones en otros aspectos como las zonas de pesca y los periodos de veda. Exige en cada acuerdo que los barcos operen a m¨¢s millas de la plataforma continental. Cuando hace ocho a?os no exist¨ªan las llamadas "vedas o paradas biol¨®gicas", en este momento, la mayor parte de las pesquer¨ªas est¨¢n obligadas a unas paradas ' de dos meses y en algunos casos de tres, periodo en el que la flota debe permanecer amarrada. Marruecos quiere tambi¨¦n m¨¢s control y exige la inspecci¨®n de los barcos en sus puertos.
En base a su caladero, la Administraci¨®n de Rabat se plantea tambi¨¦n lograr m¨¢s empleo para su poblaci¨®n pesquera, as¨ª como la posibilidad de conseguir puestos de trabajo indirectos en tierra. En el caso de los tripulantes embarcados, se ha pasado de no llevar ninguno o un tripulante marroqu¨ª, a tener que contratar hasta tres por barcos de gran tonelaje. En lo que afecta al empleo en tierra, Marruecos pretende, adem¨¢s de cr¨¦ditos, m¨¢s inversiones en la industria en ese pa¨ªs y que el pescado se transforme en sus f¨¢bricas.
Marruecos ha hecho del acuerdo pesquero uno de los ejes en sus reivindicaciones frente a la UE, y hasta ahora lo ha conseguido. Pero tiene un punto d¨¦bil: la mayor parte de sus pesquer¨ªas tienen el mercado comunitario como destino final, en muchos casos a trav¨¦s de Espa?a. De forma que de nada le valdr¨ªa guardar sus pesquer¨ªas si no tiene mercado en Europa. Y este punto d¨¦bil no ha sido suficientemente utilizado en su contra en las negociaciones, seg¨²n la opini¨®n del sector pesquero espa?ol.
Balanza negativa
En el caso de los productos de la pesca, el conjunto de las balanzas comerciales con el resto de los pa¨ªses es en casi todos los casos fuertemente negativa para Espa?a, como lo refleja el hecho de que la balanza total no llegue a una cobertura del 30%. Sin embargo, en ning¨²n caso ese desajuste llega a los niveles de Marruecos, donde el saldo negativo en contra de Espa?a es pr¨¢cticamente del 100%.
Por razones de vecindad, Espana ha sido siempre un importante comprador de productos de la pesca de Marruecos. Y esas mayores ventas se corresponden con el desarrollo de los diferentes acuerdos pesqueros con Marruecos por los que el sector de ese pa¨ªs tuvo facilidades crediticias para construir barcos, ayudas para formaci¨®n de pescadores, fondos para investigaci¨®n y cierto desarrollo de su industria.
En 1991 las importaciones espa?olas de productos de la pesca ascendieron a 60.000 toneladas por un valor de 13.670 millones de pesetas, mientras las ventas eran pr¨¢cticamente cero. Tres a?os m¨¢s tarde, las exportaciones de productos de la pesca de Marruecos han crecido m¨¢s del 50% para pasar a 109.359 toneladas, con un valor superior a los 22.000 millones de pesetas, mientras las exportaciones espa?olas fueron de 418 toneladas por valor de 103 millones de pesetas.
Este desequilibrio comercial es una de las bazas que, seg¨²n el sector espa?ol, deber¨ªa manejar la UE en las negociaciones.
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