La dif¨ªcil reconciliaci¨®n nacional
Ni las leyes de Obediencia Debida y Punto Final dictadas por el Gobierno de Ra¨²l Alfons¨ªn, ni el posterior indulto concedido a la Junta Militar por el presidente Carlos Menem lograron la ansiada reconciliaci¨®n nacional porque la no admisi¨®n del horror causado, la intransigencia, o el temor a un nuevo golpe de apretarse el dogal, impidieron el olvido, el perd¨®n o siquiera el di¨¢logo.Ha dicho el general Mart¨ªn Antonio Balza que en la historia de todos los pueblos, a¨²n los m¨¢s cultos, existen ¨¦pocas duras, oscuras y casi inexplicables. Argentina no fue ajena a ese destino y aunque la mayor¨ªa de su sociedad, con muchas conciencias todav¨ªa insomnes, prefiri¨® olvidar aquel trance, quienes perdieron hijos, padres, esposos o amigos en los calabozos de las tres armas no parecen estar dispuestos a ello sin recibir antes satisfacciones y una tumba donde honrar a los muertos a¨²n no encontrados.
El espanto provocado por la confesi¨®n del marino Scilingo, que torpemente trat¨® de descalificar Menem acusando de "facineroso" a quien revel¨® la existencia y calendario de los vuelos de la muerte, conmocion¨® y fue ya imposible detener la posterior controversia sobre las razones y consecuencias de una espiral de violencia que comenz¨® en la turbulenta d¨¦cada de los setenta.
Oficialmente, todo concluy¨® cuando el pa¨ªs recuper¨® la democracia y la clemencia gubernativa eximi¨® de toda responsabilidad penal al triunvirato salvador y los verdugos a sus ¨®rdenes. No ha sido as¨ª. El mensaje del jefe militar, quien asegur¨® que lo ten¨ªa pensado para el acto del 29 de mayo, D¨ªa del Ej¨¦rcito, no hace sino confirmar que el enfrentamiento entre argentinos, p¨²blico o larvado a¨²n existe, y que las pol¨ªticas que intentaron la concordia enfriando o retrasando las reclamaciones de las v¨ªctimas a sus victimarios fracasaron. "Es ingenuo intentar encontrar un s¨®lo culpable de uno u otro lado", ha subrayado el general, para quien a¨²n no ha llegado el momento de la verdadera reconciliaci¨®n. "Quienes en ese trance doloroso perdieron a los suyos, en cualquier posici¨®n y bajo cualquiercircunstancia,. necesitar¨¢n generaciones para aliviar la p¨¦rdida, para encontrarle sentido a la reconciliaci¨®n sincera".
El Papel de la Iglesia
La Iglesia cat¨®lica, en el ojo del hurac¨¢n por el distanciamiento de su jerarqu¨ªa durante los desmanes, piensa tambi¨¦n que ¨²nicamente el di¨¢logo y la razonada admisi¨®n de las propias responsabilidades facilitar¨¢ el hermanamiento nacional y pacificar¨¢ a sus pastores, no pocos de los cuales, con b¨¢culo algunos, fueron tolerantes o activos c¨®mplices de la represi¨®n.
La Conferencia Episcopal ha entrado de lleno en la pol¨¦mica despu¨¦s de que Scilingo y sobrevivientes de la dictadura recordasen los retiros en que capellanes castrenses reconfortaban a la oficialidad encargada de aplicar la picana o de empujar al oc¨¦ano a los prisioneros de la ESMA (Escuela Mec¨¢nica de la Armada). El vicepresidente de la Conferencia, obispo Bianchi Di Carcano, piensa que las reclamaciones de los deudos son tan leg¨ªtimas como la existencia de una convivencia de justos y pecadores entre la feligres¨ªa y el sacerdocio. "La Iglesia es justa, pero tambi¨¦n alberga en s¨ª a pecadores". En coincidencia con amplios sectores de la Iglesia, asegura que nunca se la consult¨® sobre la forma de eliminar a detenidos durante la dictadura y que ser¨ªa "una l¨¢stima que se la condenara diciendo que ha sido c¨®mplice de la situaci¨®n".
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