Clinton propone dedicar 1.000 nuevos polic¨ªas a luchar contra el terrorismo
El presidente norteamericano, Bill Clinton, con un liderazgo claramente revitalizado por su actuaci¨®n tras el atentado de Oklahoma, propuso ayer a los principales dirigentes del Congreso contratar a 1.000 nuevos polic¨ªas para luchar contra el terro rismo. Clinton convoc¨® un encuentro en la Casa Blanca con los l¨ªderes parlamentarios, incluidas las m¨¢ximas figuras republicanas, en medio de un intenso debate nacional sobre si los m¨¢s extremistas cr¨ªticos del Gobierno han creado el ambiente propicio para una acci¨®n como la de Oklahoma.
, El presidente de EE UU quiere aprovechar la conmoci¨®n causada por el bombazo de Oklahoma para sacar adelante una ley antiterrorista que da nuevos poderes a la polic¨ªa, as¨ª como para defender su anterior legislaci¨®n, que proh¨ªbe ciertas armas de fuego y a la que hasta ahora se opon¨ªan los republicanos. La Casa Blanca difundi¨® anoche que la propuesta de Clinton incluye dedicar aproximadamente 1.000 nuevos polic¨ªas a la represi¨®n del terrorismo. Adem¨¢s, en casos muy especiales, el Ej¨¦rcito estar¨ªa autorizado a colaborar en la lucha contra el terrorismo.El panorama pol¨ªtico norteamericano se ha visto considerablemente modificado como consecuencia de la explosi¨®n, que ya ha dejado cerca de un centenar de cad¨¢veres y 150 desaparecidos. La popularidad del presidente ha subido seis puntos en una semana, y rebasa ya la cota del 50%, que pocas veces ha conocido a lo largo de su mandato.
El mensaje conservador, cuya similitud con el de las milicias paramilitares descubiertas en los ¨²ltimos d¨ªas es innegable, se ha visto silenciado. Y los principales dirigentes republicanos, el presidente de la C¨¢mara de Representantes, Newt Gingrich, y el l¨ªder del Senado, Robert Dole, han respaldado al presidente en su actuaci¨®n reciente. "Ninguno ?le nosotros deber¨ªa hablar mientras se est¨¢n rescatando los cad¨¢veres", dijo ayer Dole. "No creo que podamos tolerar o apoyar de ninguna forma a gente que est¨¢ promoviendo el asesinato de norteamericanos", declar¨® Gingrich.
Lo que los republicanos s¨ª han hecho es advertir a Clinton que cese en sus cr¨ªticas a ciertos medios de comunicaci¨®n y que no trate de sacar provecho partidista de esta nueva situaci¨®n. El presidente asegur¨® en un discurso pronunciado el mi¨¦rcoles que "¨¦ste no es un problema de partidos pol¨ªticos, es un problema de filosof¨ªa pol¨ªtica". "Si vemos abusos de la libertad de expresi¨®n en este pa¨ªs, tanto si proceden de la derecha como de la izquierda, tanto de los medios de comunicaci¨®n como de personas que hablan por su cuenta, deber¨ªamos levantarnos y decir 'No, no creemos en propagar la violencia, no creemos en propagar el odio y la divisi¨®n", afirm¨®.
Esa posici¨®n ha sido fuertemente contestada por los conductores de los programas de radio de gran audiencia, que se han convertido en un veh¨ªculo de promoci¨®n de las ideas ultraconservadoras. El m¨¢s famoso de esos comentaristas, Rush Limbaugh, asegur¨® ayer que "no existe absolutamente ninguna conexi¨®n entre un grupo de locos y el conservadurismo", y pidi¨® una reacci¨®n popular contra el presidente. "Cualquiera que est¨¦ tratando de utilizar Oklahoma con fines pol¨ªticos deber¨ªa ganarse las iras de la poblaci¨®n", manifest¨® Limbaugh.
El sector que Limbaugh y esas emisoras de radio representan han advertido que el plan antiterrorista de Clinton, que le da al FBI derecho a escuchar conversaciones telef¨®nicas y a investigar actividades privadas de sospechosos de promover el terrorismo, amenaza los principios constitucionales. Algunas organizaciones de derechos civiles se han quejado tambi¨¦n de una legislaci¨®n de esas caracter¨ªsticas porque en su d¨ªa podr¨ªa ser utilizada indiscriminadamente. Varios comentaristas de los medios de comunicaci¨®n de m¨¢s prestigio han respaldado, sin embargo, a Clinton.
Esos medios est¨¢n manejando con gran cuidado la informaci¨®n relativa a las implicaciones del atentado de Oklahoma, y s¨®lo recogen de forma muy limitada, por ejemplo, las manifestaciones de los miembros de las milicias paramilitares, que est¨¢n tratando de implicar al Ej¨¦rcito en sus actividades y que llegan a acusar a la Casa Blanca de la matanza.
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