Refugiados hutus toman 500 ni?os como rehenes para protegerse de los tutsis
Unos 2.000 hutus irreductibles que se niegan a abandonar el escenario de la matanza, el campo de Kibeho, han tomado como rehenes, seg¨²n la Unicef, a unos 500 ni?os para protegerse de nuevos ataques del Ej¨¦rcito tutsi, que les rodea. Ahora, con algunos de los cuerpos de los muertos a¨²n arracimados en espera de un entierro digno, el Gobierno de Kigali, de mayor¨ªa tutsi, se afana en recuperar el cr¨¦dito internacional perdido.
En el campo de la muerte a¨²n quedan refugiados, unos 2.000 seg¨²n la ONU. El Gobierno de Kigali, controlado por los tutsis, acusa a unos 200 de estos refugiados de parapetarse en el hospital de Kibeho. El ministro de Interior, Seth Sendashoga, dice que algunos est¨¢n armados. El ministro reconoce que el problema es que tienen miedo a salir y ser asesinados. Los refugiados quieren un salvoconducto para abandonar el campo y poder huir a la vecina Zaire. El vicepresidente de Ruanda y jefe militar, Paul Kagame, de 38 a?os, neg¨® tal posibilidad. Kagame dijo que su Gobierno no tomar¨ªa acciones militares contra ellos. "En contraremos un medio de resolver el problema".La semana pasada, el Ej¨¦rcito Patri¨®tico Ruand¨¦s, de mayor¨ªa tutsi, ametrall¨® durante m¨¢s de una hora y media a miles de civiles indefensos, a los que pretend¨ªan expulsa del campo. Fuentes de la ONU, presentes en Ruanda, establecieron en 2.000 el n¨²mero de muertos.
"No hemos sido correctamente interpretados", asegur¨® ayer Sendashoga. "Nos han juzgado antes de que los hechos pudier¨¢n ser comprobados". El ministro confirm¨® la creaci¨®n de una comisi¨®n investigadora. "Si se llegara a la conclusi¨®n de que el desalojo pudo llevarse a cabo sin tanta violencia, el Gobierno perseguir¨¢ a los culpables".
Sendashoga dijo que los [m¨¢s de 50.000] desplazados hutus de Kibeho prosiguen su viaje de regreso a sus comunidades. Entre este ¨¦xodo se encuentran 1.000 ni?os no acompa?ados, t¨¦rmino empleado por Unicef para definir a un ni?o que casi con toda seguridad es hu¨¦rfano. Unicef se encarga de su cuidado. La mayor¨ªa, menores de cinco a?os, padecen disenter¨ªa, desnutrici¨®n e infecciones respiratorias agudas.
Mientras, en el campo de Kibeho, cascos azules australianos y zambianos llevan a cabo los enterramientos. "Siento verg¨¹enza de que no hici¨¦ramos nada", dice uno de ellos. "Fuimos entrenados para defender a la sociedad y aqu¨ª fracasamos en defender a esta gente", a?ade otro.
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