Asombroso

Vuelvo a Madrid tras unas semanas y me encuentro el centro donde vivo (especialmente las esquinas y lugares que se ven m¨¢s) sembrado de unos mamotretos de hierro, de varias formas y tama?os, que resultan ser soportes publicitarios.?Nadie reacciona?

Leo en EL PA?S que ha sido la propia empresa publicitaria la que ha elegido el emplazamiento de los anuncios que explotar¨¢ durante a?os.

Un concejal que decide que tiene que adornar Madrid, un Ayuntamiento que no para de hacer mil obritas innecesarias y relamidas en las zonas que m¨¢s se ven, en lugar de mejorar la vivienda, el empleo y los servicios sociales en los barrios, un alcalde agobiado por el d¨¦ficit, para el que cualquier mill¨®n es bueno, una empresa de publicidad que se estar¨¢ frotando las manos.

Con ser todo asombroso, asombra m¨¢s la pasividad ciudadana, la total dejaci¨®n de lo p¨²blico, de lo que es de todos, el espacio, las aceras, el derecho a continaur mirando el paseo de los ¨¢rboles de la Cuesta de Moyano sin toparnos con el ¨²ltimo anuncio de un coche.

?Es tan dif¨ªcil darse cuenta de que mientras m¨¢s hastiados e indiferentes nos mostremos, m¨¢s rid¨ªcula e injustamente, utilizar¨¢ el poder quien lo tiene?-