Argentina destrona a Brasil

Argentina destron¨® al tricampe¨®n Brasil, con la misma con tundencia que acab¨® con el fa voritismo de Espa?a y tambi¨¦n con el buen f¨²tbol ofensivo de Camer¨²n. El progreso del equipo que prepara Jos¨¦ N¨¦stor Pekerman ha sido impecable: su f¨²tbol, que ha tenido el mejor aroma de la tradici¨®n argentina, ha ido de menos a m¨¢s a medida que aumentaban las dificultades y ha acabado por ganar un trofeo que le era esquivo desde que en la edici¨®n de 1979 lo levantaron Maradona y Ram¨®n D¨ªaz, integrantes de un equipo inolvidable que contaba tambi¨¦n con Barbas y Calder¨®n. La revancha de Argentina ante Brasil, campe¨®n en el duelo de 1983, no admiti¨® r¨¦plica. El oficio, el sentido t¨¢ctico del juego, la homogeneidad y el manejo del partido estuvieron siempre del bando argentino. Jug¨® siempre a bloque y, adem¨¢s, tuvo a los jugadores determinantes en sus filas: Biagini, Coyette, Ibagaza y Guerrero.Las individualidades (Caio, Reinaldo, Glaucio, Luizao, Ze El¨ªas...) parec¨ªan tener nombre brasile?o, pero el grupo de Jairo Leal siempre jug¨® a contracorriente. No supo crear ocasiones de gol (se quej¨® de un posible penalti a Ze Elias) y acab¨® desquiciado (C¨¦sar fue expulsado en el minuto 78) ante la homogeneidad argentina.

La defensa que mont¨® Pekerman en este Mundial no ha podido ser replicada por ning¨²n ataque. Los argentinos, adem¨¢s, siempre se han encontrado con el marcador a favor en la fase decisiva, y nadie mejor que un equipo maduro y disciplinado como ellos, para administrar un gol de ventaja.

Brasil estuvo inc¨®modo en el campo desde el inicio del partido. No encontr¨® un buen orientador del juego y, adem¨¢s, sus jugadores resolutivos fracasaron ante la veteran¨ªa de la zaga contraria.