Garz¨®n tiene prisa

ASOMBRA VER con qu¨¦ rotundidad el juez Garz¨®n considera a Luis Rold¨¢n perjudicado y v¨ªctima de la falsificaci¨®n de los llamados papeles de Laos. El juez de la Audiencia Nacional, al que otras instancias judiciales cuestionan la competencia para investigar este asunto, da consistencia a esa hip¨®tesis sin haber escuchado al que considera principal urdidor del enga?o, Francisco Paesa.Garz¨®n ha llegado a la conclusi¨®n de que Rold¨¢n "no particip¨® ni en la gestaci¨®n ni en la elaboraci¨®n de esos documentos" en virtud, b¨¢sicamente, del testimonio del propio ex pr¨®fugo y sin haber constatado "la exacta participaci¨®n de Paesa, por encontrarse ¨¦ste en paradero desconocido". Curiosa instrucci¨®n, que permite a alguien pasar tan f¨¢cilmente de acusado a acusador, de presunto delincuente a v¨ªctima del delito. Por mucho que se trate de sumarios diferentes, no deja de ser llamativo que s¨®lo un d¨ªa despu¨¦s de este sorprendente pronunciamiento el juez haya citado a Rold¨¢n como testigo en el caso GAL para que declare sobre el uso de fondos reservados.

Garz¨®n se ha lanzado por esta senda sin cumplir el b¨¢sico requisito procesal de preguntar a la otra parte. Pero adem¨¢s tampoco parece haber tenido en cuenta las especiales y oscuras relaciones de Rold¨¢n con Paesa cuando el primero era director de la Guardia Civil, y el segundo, privilegiado confidente y colaborador de los servicios de informaci¨®n. La sinton¨ªa entre ambos fue suficiente para que planearan negocios juntos y para que Paesa fuera asesor econ¨®mico de Rold¨¢n. Es dif¨ªcil determinar qui¨¦n enga?a a qui¨¦n en estas relaciones dominadas por los intereses, las sospechas y el doble juego y, sobre todo, presuponer buena fe -requisito b¨¢sico para el enga?o- por parte del perjudicado Rold¨¢n.

Si los papeles de Laos fueron confeccionados para usarlos en el extranjero y Rold¨¢n fue v¨ªctima del enga?o, como anticipa Garz¨®n, se sabe cu¨¢l ser¨¢ su respuesta a la demanda de inhibici¨®n que se le hace. No la aceptar¨¢ argumentando que un delito cometido por espa?ol fuera de Espa?a es competencia de la Audiencia Nacional. Garz¨®n no s¨®lo se da argumentos a s¨ª mismo para el momento en que deba pronunciarse formalmente sobre la inhibici¨®n que le plantea la juez Tard¨®n (titular del juzgado competente, seg¨²n la Audiencia Provincial de Madrid, para investigar este caso). Condiciona adem¨¢s de cierta manera la futura respuesta de la Sala Segunda del Supremo en el supuesto de que le corresponda dirimir el conflicto.

La prisa de Garz¨®n por asegurar su competencia sobre el caso, a costa de otorgar a Rold¨¢n la condici¨®n de "perjudicado" y de ofrecerle amparo para que ejerza acciones legales, no va a incidir, en todo caso, en la normal tramitaci¨®n, de la causa por siete delitos que se sigue contra el antiguo director de la Guardia Civil. Tampoco le otorga a ¨¦ste garant¨ªa de quedar impune de esos delitos. Pero adem¨¢s, aburre tener que insistir en algo tan, evidente, el caso Laos, la f¨®rmula utilizada para detener a un pr¨®fugo de la justicia fuertemente protegido por servicios paralelos, no es otra cosa que un asunto marginal. Por mucho que el juez que nos ocupa se empe?e en ponerlo en primer t¨¦rmino. No cuestiona la legalidad ni la validez de la captura ni condiciona su encausamiento por los delitos de que se le acusa.

En la puesta a disposici¨®n judicial de Rold¨¢n no se ha vulnerado, que se sepa, ning¨²n derecho. Por ello, el extra?o rodeo del caso Laos cada vez parece m¨¢s. el intento de desviar la atenci¨®n del caso Rold¨¢n. En beneficio de ¨¦ste. Y todo ello despu¨¦s de comprobarse c¨®mo otros delincuentes, ya condenados, gozan de ins¨®lita libertad y privilegios gracias a las peculiares f¨®rmulas de Garz¨®n de interpretar el papel de inculpados, v¨ªctimas y acusadores en las causas que instruye.