Amores que matan

El profesional (Leon / TheProfessional).

Direcci¨®n y gui¨®n: Luc Besson.

Fotograf¨ªa: Thierry Arbogast. M¨²sica: Eric Serra. Producci¨®n: Gaumont Les Filmes du Dauphin, FranciaEE UU, 1994. Int¨¦rpretes: Jean Rerio, Gary Old¨ªnan, Natalie Poriman, Danny Aiello, Peter Appel. Estreno en

Madrid: Amaya, Aluche, Alcal¨¢ multicines, Burgocentro multicines Real Cinema, Juan de Austria, Luna.

La infancia inocente como terrible perturbaci¨®n en la vida de los adultos, como premonitorio anticipo de la muerte es el tema de numerosos filmes de la historia del cine.La apuesta de Besson consiste en hacer cre¨ªble esa historia imposible entre una casi-ni?a y un asesino a sueldo eficiente, concienzudo, pero tambi¨¦n visiblemente corto de luces. O dicho de otra manera, como en toda historia de amor marcada por un signo tr¨¢gico, aqu¨ª tambi¨¦n se trata de crear una atm¨®sfera de arrebatado lirismo que arrastre al espectador hacia la identificaci¨®n Con unos personajes en el l¨ªmite, s¨®lo que a partir de elementos que a prior? distancian m¨¢s que acercan a los personajes.

Le ayuda a llevar su apuesta hasta el final, y no poco, la excelente caracterizaci¨®n que obtienen tanto Reno como, sobre todo, la extraordinaria ni?a Natalie Portman, debutante absoluta, una mezcla explosiva de Lolita y de ni?a desvalida, de n¨ªnfula turbadora y de despampanante aprendiz de amante. Menos importante se antoja la estricta trama criminal, excesivamente mec¨¢nica y que, como en Nikita, parece s¨®lo al servicio del lucimiento de la violencia, la m¨¢xima especialidad del autor cuando se aleja unos metros de la orilla de los oc¨¦anos de El gran azul o de Atlantis. Y en todo caso, Besson se apoya con convicci¨®n en dos g¨¦neros mayores, el thriller y el melodrama, e incluso se permite algunos gui?os divertidos al espectador, casi con aire de comedia. En este sentido, resulta casi sarc¨¢stico que Gary Oldman, tan histri¨®n aqu¨ª como suele cuando no lo atan en corto, afirme que Beethoven le inspira antes de lanzarse a matar a quien se le ponga delante... justamente ¨¦l, que viene de ser Beethoven en la m¨¢s que olvidable, pat¨¦tica biograf¨ªa del genial sordo que firm¨® Bernard Rose, otro a apuntar en la cuenta del olvido.