Los recortes presupuestarios, amenazan el mantenimiento de la vida cultural de Berlin
Quejas y protestas quienes se sienten abandonados por el Gobierno
Durante los a?os de la Rep¨²blica de Bonn, y de la difunta Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA) Berl¨ªn, tanto en el Este como en el Oeste, Berl¨ªn hab¨ªa sido una isla y un escaparate para mostrar lo mejor de la cultura de ambos lados al precio que fuese ¨®peras y teatros, orquestas, congresos y festivales, a un lado y al otro del muro, serv¨ªan para mostrar la superioridad de cada sistema pol¨ªtico. Esta cultura subvencionada cre¨® una situaci¨®n un tanto irreal. Ahora, los recortes presupuestarlos ponen en peligro el mantenimiento al nivel adecuado de algunas instituciones de Berl¨ªn.
Tras la ca¨ªda del muro y la reunificaci¨®n alemana se aprob¨® la capitalidad definitiva de Berl¨ªn. Muchos creyeron, con una fuerte dosis de ingenuidad, que a partir de ese momento la vida cultural florecer¨ªa mucho m¨¢s con la integraci¨®n de los dos Berlines. Una especie, de apoteosis, algo parecido a sumar las medallas ol¨ªmpicas de la Rep¨²blica Federal de Alemania a las de la RDA. Esta cuenta de la lechera no result¨® ni en las medallas ol¨ªmpicas, ni en la cultura. M¨¢s bien, lo contrario.Berl¨ªn sufre cada vez m¨¢s las penurias presupuestarias y la capitalidad no ha servido para compensar los descensos de subvenciones. Los periodistas asistentes a la Berlinale, el festival de cine, experimentan ya desde hace tiempo los recortes. La Berlinale cobra hasta los programas con la ficha t¨¦cnica de las pel¨ªculas. El festival de teatro, que se celebra este mes en Berl¨ªn, ha conseguido, a duras penas y a base de sablazos a toda clase de posibles mecenas, completar el programa de las representaciones previstas.
En realidad Berl¨ªn no atraviesa una situaci¨®n objetiva diferente a la de otras grandes ciudades de Alemania, pero la percepci¨®n subjetiva de los recortes en el presupuesto cultural les hace sentirse m¨¢s v¨ªctimas, sobre todo cuando las expectativas se hab¨ªan disparado como consecuencia de la reunificaci¨®n. y la capitalidad. Un folleto Berl¨ªn resumido, editado por el Gobierno berlin¨¦s, presenta un gr¨¢fico con las cantidades destinadas a la cultura por habitante en diferentes ciudades alemanas. Esta especie de renta per capita cultural alcanza los 611 marcos anuales (55.000 pesetas) en Francfort; 344 marcos (31.000 pesetas) en Stuttgart y s¨®lo 283 marcos (25.500 pesetas) en Berl¨ªn. Esta comparaci¨®n encierra una falacia estad¨ªstica. Si se tiene en cuenta que Berl¨ªn tiene 3,5 millones de habitantes, frente a los 630.000 de Francfort o los 570.000 de Stuttgart, la comparaci¨®n entre las cantidades absolutas dedicadas a la cultura resultar¨ªa abrumadora a favor de la capital.
Ciudad hambrienta
Un folleto del ministerio federal del Interior, uno de los organismos encargados de subvencionar la cultura berlinesa, registra con pomposo orgullo: "Berl¨ªn est¨¢ hambrienta de cultura: 30 grandes teatros y 540 grupos teatrales reciben cada a?o 3,2 millones de visitantes. Esto es la mitad de los que acuden una temporada a todos los partidos de la Bundesliga". La ignorancia futbol¨ªstica del autor del folleto le lleva a cometer un error. Unos nueve millones acuden a la Bundesliga. Los 3,2 millones que van al teatro cada ano en Berl¨ªn ser¨ªan algo m¨¢s de un tercio, pero esto no reduce un ¨¢pice la importancia del teatro en Berl¨ªn. La relaci¨®n del folleto ministerial contin¨²a con los 16 millones que visitan los museos y palacios, los 12 millones que van cada a?o al cine y los 44 kil¨®metros de libros que prestan las bibliotecas p¨²blicas de la capital.
Todo esto tiene un precio y as¨ª lo resaltan los peri¨®dicos, berlineses m¨¢s o menos agraviados por Bonn. El Berliner Zeitung publica una p¨¢gina entera con el t¨ªtulo La cultura de la capital tiene un precio. Un subt¨ªtulo lleva el expresivo lema Administradores de la escasez. Este peri¨®dico lanza el concepto de faros culturales, para definir aquellos organismos que por su papel relevante, de faro, tienen que conservarse a cualquier precio.
El diario izquierdista alternativo Die Tageszeitung tambi¨¦n ha dedicado una p¨¢gina, en defensa de una de las instituciones en peligro de desaparici¨®n, por los recortes del prestipuesto para cultura en Berl¨ªn: la casa de las culturas. Bajo el t¨ªtulo 'Kulturkampf en el barrio de Gobierno, recoge el peri¨®dico que, para 1995, en vez de los 128 millones de marcos (11.500 millones de pesetas) que hab¨ªa pedido como necesarios el senador (ministro) de Cultura de Berl¨ªn, Bonn s¨®lo aprob¨® 28 millones de marcos (2.520 millones de pesetas). Ante esta situaci¨®n es evidente que no queda m¨¢s remedio que ahorrar y replantearse muchos puntos de la financiaci¨®n de la cultura, no s¨®lo en Berl¨ªn, sino en Alemania.
En ocasiones se ha llegado a situaciones que rozan lo grotesco. En. Francfort en la temporada 1990 / 91 cada entrada a la ¨®pera recib¨ªa una subvenci¨®n de 411 marcos (37.000 pesetas). Esto provoc¨® que un concejal de Los Verdes preguntase si no saldr¨ªa m¨¢s barato a la ciudad pagar un viaje a La Scala de Mil¨¢n a los aficionados, antes que sostener una ¨®pera propia.
Los faros de la cultura
El Berliner Zeitung menciona nueve faros de la cultura en Berl¨ªn, que tienen que sostenerse a toda costa por su papel relevante. La Orquesta Filarm¨®nica (Oeste), con una subvenci¨®n de 2.286 millones de pesetas. La Orquesta Sinf¨®nica (Este), 2.547 millones de pesetas. La ¨®pera estatal de Unter den Linden (Este), con 8.172 millones de pesetas de subvenci¨®n. La Deutsche Oper, la ¨®pera alemana en el Oeste, 7.632 millones de pesetas. Los dos grandes teatros del Este: el Berliner Ensemble de Bertolt Brecht, que recibe 2.097 millones de pesetas, y el Deutsches Theater, con 3.222 millones de pesetas. El m¨¢s famoso teatro del Oeste, la Schaub¨¹hne, percibe 2.196 millones de pesetas. Quedan todav¨ªa la Academia Europea del cine, que requiere una subvenci¨®n todav¨ªa sin aclarar de s¨®lo 64 millones de pesetas y el coloquio literario de Berl¨ªn, que se lleva la irrisoria suma de 76 millones de pesetas.Los llamados faros requieren por tanto un total de 28.29 6 millones de pesetas, que representan un 28% del total del presupuesto para cultura de la capital, que asciende a 99.000 millones de pesetas. Despu¨¦s de los faros vendr¨ªa la llamada lista regresiva de proyectos culturales, que se deber¨ªan subvencionar con arreglo a esa clasificaci¨®n de mayor a menor importancia. En la segunda l¨ªnea figurar¨ªa la Casa de las Culturas del Mundo, por la que lucha el izquierdista Die Tageszetung por considerar que se trata de uno de los focos de atracci¨®n donde se refleja la mezcla de culturas que significa hoy Berl¨ªn.
El Berfiner Zeitung se pronuncia por poner fin a la hip¨®crita declaraci¨®n de la importancia de la cultura en Berl¨ªn y afrontar la realidad, para poder planificar y tomar decisiones que pueden incluso significar cierres.
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