Suspenso en bravura
Concurso/ Sanchez, Galindo, Posada
Concurso de ganader¨ªas. Toros de
Juan Pedro Domecq, Benigno V¨¢zquez, Boh¨®rquez, Pereda, Ib¨¢n y Pe?ajara, muy bien presentados y de juego desigual, todos flojos excepto 3? y 5?. El premio al mejor toro qued¨® desierto.
S¨¢nchez Puerto: metisaca saliendo perseguido y bajonazo (silencio); estocada tendida trasera (silencio).
Ra¨²l Galindo: dos pinchazos sin soltar, estocada tendida, dos descabellos y se echa el toro (silencio); aviso antes de entrar a matar, estocada desprendida (pitos). Antonio Posada: dos pinchazos sin soltar, metisaca baj¨ªsimo y cinco descabellos (silencio); bajonazo (silencio).
Plaza de Las Ventas, 2 de mayo. 4? de la miniferia de la Comunidad. Lleno
Descastadas infamias con astas, bochornosas afrenta! a la vieja historia de sus divisas, animales con sangre de horchata en sus venas. Con cualquiera de semejantes expresiones se pueden calificar a cuatro de los morlacos que ayer llevaron a la ruina, como es habitual, la corrida concurso del 2 de mayo. En conjunto, un mayoritario fiasco, un supenso en bravura del que s¨®lo se salvaron los dos galafates de encaste Contreras: Saltillo, de Baltasar Ib¨¢n, y Arbolario, de Pe?ajara, ¨¦ste por los pelos.Claro que era f¨¢cil adelantar la cr¨®nica de este fracaso anunciado, porque la mitad de los bichos ten¨ªan hierro o procedencia Domecq, grandes derrotados este a?o en Valencia y Sevilla; un seguro de mansedumbre y flojera. Precisamente por eso, porque "pertenecen a ganader¨ªas de reconocido prestigio en el orbe taurino", como rezaba el programa oficial, que adem¨¢s a?ad¨ªa "cuyos propietarios tratar¨¢n de incrementarlo con el juego que den sus reses en el coso vente?o". Para morirse de risa.
Siguiendo con la jarana, el primer toro, de Juan Pedro Domecq, un cinque?o colorao floj¨ªsimo, llevaba de nombre Farruco. El segundo, de Pablo Benigno V¨¢zquez -procedencia Jandilla-, era igual y tambi¨¦n lleg¨® a la muleta qued¨¢ndose corto y a la defensiva. Por ello, sus respectivos matadores, S¨¢nchez Puerto y Ra¨²l Galindo, se limitaron a intentar un lucimiento imposible y matar los, mal, eso s¨ª. Como ocurri¨® a Antonio Posada con el tercero, de Boh¨®rquez, con m¨¢s fuerza pero tambi¨¦n una mayor mansedumbre que rozaba el descastamiento total.
El negro list¨®n cuarto, de Pereda -procedencia Juan Pedro Domecq- no desmereci¨®. S¨®lo sirvi¨® para que el aburrido p¨²blico se pusiera en pie con dos sensacionales pares de banderillas de Luis Carlos Aranda, que sali¨® andando guapamente despu¨¦s de colocar los rehiletes en todo lo alto. El oasis de bravura lleg¨® con el quinto, de Baltasar Ib¨¢n, un bravo cornal¨®n en cuyas perchas pod¨ªa colgar la ropa todo un regimiento y que tom¨® tres varas con codiciosa entrega. Mas Galindo, posiblemente por su escasez de experiencia y contratos, no se acopl¨® salvo en detalles.
En su encimista labor, la pa?osa sali¨® hecha un rebu?o de cada suerte y por los aires en dos desarmes. El que cerr¨® plaza, de Pe?ajara, un impresionante colorao veleto, tambi¨¦n tom¨® tres varas bien administradas por Pimpi hijo, pero el defecto de su escasez de fuerzas le hizo agotarse y su posible buen juego se diluy¨®.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.