Chirac y Jospin propugnan una Francia 'm¨¢s social'
Chirac y Jospin defendieron ayer, cada uno con su acento -liberal populista o socialdem¨®crata-, la idea de una Francia m¨¢s social .La discusi¨®n de pol¨ªtica econ¨®mica, en particular el empleo, se llev¨® la parte del le¨®n del debate. Y los detalles. Ambos fueron muy concretos en las medidas que propugnaban, pero menos convincentes en las recetas para financiarlas.
"Debemos convertir el empleo en el coraz¨®n de las preocupaciones pol¨ªticas de los dirigentes", abri¨® fuego el gaullista. ?C¨®mo?. De manera que "den ox¨ªgeno a quienes invierten y trabajan", los 2,4 millones de peque?os empresarios. Y con nuevos instrumentos como el Contrato Iniciativa Empleo (CIE), un contrato de inserci¨®n de dos a?os para los j¨®venes que suprimir¨ªa las cargas sociales y primar¨ªa con 2.000 francos mensuales (48.000 pesetas) a los nuevos empleados.Chirac absorbi¨® las ideas de Jacques Delors sobre el fomento de los empleos de proximidad (en servicios sociales, barrios ... ), y sin estar en contra de la reducci¨®n del tiempo de trabajo, hizo m¨¢s hincapi¨¦ en los contratos a tiempo parcial. "Gastamos demasiado dinero en subsidiar desempleados, que deber¨ªamos dedicar a crear empleos", dijo.
Jospin hizo acto de contrici¨®n, porque "el paro ha progresado tanto bajo la derecha y con la izquierda", que privilegi¨® el saneamiento de las finanzas p¨²blicas y empresariales y la modemizaci¨®n del aparato productivo, y "no supimos resolver el paro", que hoy afecta a 3,3 millones de franceses. El socialista preconiz¨® "una lucha econ¨®mica contra el desempleo y no s¨®lo su tratamiento social", con su plan expl¨ªcitamente delorsiano que "crear¨ªa 600.000 empleos anuales" y reducir¨ªa el paro en 300.000 anuales: mantener el crecimiento econ¨®mico pero afianz¨¢ndolo en la demanda interna; reducir el tiempo de trabajo de 39 a 37 horas semanales para 1997; disminuir los costes indirectos y lanzar un "programa voluntarista" mediante la vivienda social, los empleos de proximidad, ligados al medioambiente y a las tareas humanitarias.Educado rifirrafe ,
Y lleg¨® el, educado, rifirrafe. Chirac acus¨¦ a su rival de que su propuesta de ecotasa resume el mal end¨¦mico socialista, "repartir lo que existe en vez de crear nueva riqueza", lo que pone en riesgo el crecimiento. Jospin critic¨® al gaullista porque su "¨²nica medida concreta", el CIE, es un remedo del Contrato de Retorno que invent¨® su adl¨¢ter Martine Aubry y fue suprimido por los conservadores en 1993. Chirac contraatac¨® con que las 37 horas no crear¨¢n empleo; y Jospin se ampar¨® en las 35 horas de los metal¨²rgicos alemanes.
Las ideas m¨¢s novedosas surgieron con la radiograf¨ªa de la reducci¨®n de costes sociales. El socialdem¨®crata propon¨ªa que la reducci¨®n se concentrara en "los salarios m¨¢s bajos", cercanos al m¨ªnimo, mediante una franquicia de 5.000 francos (120.000 pesetas). "Pero con eso, tendr¨¢ que aumentar los costes de los salarios m¨¢s altos, de los cuadros licenciados, que son quienes hacen crecer la econom¨ªa" protestaba el alcalde de Par¨ªs. "S¨ª, pero la reducci¨®n de un 10% de los salarios bajos se financia con un aumento de s¨®lo el 1,4% de los altos, algo absorbible", defend¨ªa el socialista. Y su contendiente dejaba en la ambig¨¹edad la financiaci¨®n del proyecto -compartido- de disminuir las cargas sociales, si ser¨ªa a cargo de un aumento del IVA o del Impuesto de Sociedades.
La pasi¨®n social de los aspirantes se complet¨® con las similares propuestas de aumentos salariales. Tanto Chirac como Jospin precisaron poco c¨®mo los costear¨ªan las empresas. Y mientras Jospin alertaba sobre la necesidad de aumentos moderados para no reverdecer la inflaci¨®n, Chirac record¨® que el tir¨®n del consumo no pod¨ªa hacerse a costa de paralizar la lucha contra, el d¨¦ficit y la deuda.
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