Revancha de Portugal

Portugal se tom¨® la revancha. En 1988 perdi¨® el t¨ªtulo ante Espa?a en el campo madrile?o de Vallecas y ayer trunc¨® el cuarto t¨ªtulo continental de la categor¨ªa que los jugadores que dirige Juan Santisteban esperaban colocar en las vitrinas de la Federaci¨®n Espa?ola, despu¨¦s de que lo consiguieran en 1986, 1988 y 1991. Espa?a no s¨®lo cosech¨® su ¨²nica, derrota del torneo, sino qu¨¦ rubric¨® su despedida con el agrio sabor de dos jugadores expulsados.Los dos equipos utilizaron los 40 primeros minutos, la primera parte, para tantearse. El juego result¨® embarullado

m¨¢s ingenuo de los esperado para jugadores de esa edad. Portugal, con tres atacantes, fue m¨¢s incisiva, pero Espa?a impuso el control y ritmo, dominio en que destac¨® Colsa, que a los 28 minutos, protagoniz¨® una de las mejores jugadas. de, este primer periodo. Avanz¨® con fuerza y velocidad desde el centro del campo portugu¨¦s, en l¨ªnea directa hacia la porter¨ªa de Marcio, y, al llegar al borde de su ¨¢rea, lanz¨® un duro disparo que el guardameta luso desvi¨® a c¨®rner.

Se enfrentaron la mejor defensa del campeonato, Espa?a, -un s¨®lo gol en contra hasta entonces-, contra el ataque: m¨¢s destacado, Portugal. Esta. circunstancia condicion¨® la evoluci¨®n del juego en si primera fase. Apenas existieron ocasiones de peligro por parte de los dos equipos, aunque la ocasi¨®n m¨¢s clara para desnivelar el tanteador correspondi¨® a Espa?a; en las botas de Ib¨¢n, en el ¨²ltimo suspiro del primer tiempo. Su remate sali¨® desviado. El colegiado belga, por otro lado, dej¨® sin sancionar un penalti a favor del conjunto espa?ol, a los 20 minutos, al ser desplazado Bermejo dentro del ¨¢rea portuguesa.

Portugal, al iniciar la segunda parte, se inclin¨® por un ataque descarado. Intensific¨® su presi¨®n y, apenas, transcurridos sus primeros minutos, Ferr¨®n evit¨® el primer tanto, con Moso ya superado. A los nueve minutos de este tiempo, una mala salida del portero espa?ol, permiti¨® a Zeferino ratificar su condici¨®n d¨¦ m¨¢ximo goleador del torneo.

El tanto portugu¨¦s hundi¨® al equipo espa?ol, que ya no levant¨® cabeza. Zeferino, jugador del Oporto, minutos despu¨¦s de su gol, goz¨® de otra clara ocasi¨®n, s¨®lo ante Moso, que esta vez acert¨®. Los ataques portugueses se sucedieron y el portero espa?ol logr¨® desviar con el pie un disparo de Hip¨®lito con vitola de gol, pero un nuevo fallo de Moso sentenci¨® el resultado definitivo. Despu¨¦s llegaron las expulsiones, un desagradable broche para cerrar un torneo en el que Espa?a no hab¨ªa conocido la derrota.