El susto de los usuarios
Los enfermos vivieron la jornada con resignaci¨®n y alivio
Los pacientes, internos o externos, no las ten¨ªan ayer todas consigo. Se ve¨ªan de antemano abandonados a su suerte, pese a las promesas de la Administraci¨®n y de la CESM de que las urgencias funcionar¨ªan al 100% y de que el trato m¨¦dico ser¨ªa exquisito. Pero, salvo quienes esperaban ser operados de algo no urgente y al fin no pasaron por el quir¨®fano, los enfermos no tuvieron grandes complicaciones en la primera jornada de huelga.
Los pacientes del Ram¨®n y Cajal de Madrid, hac¨ªan ayer m¨¢s honor que nunca a su condici¨®n. "Comprendemos las razones de los m¨¦dicos", era la t¨®nica, "pero tambi¨¦n nosotros tenemos las nuestras", a?ad¨ªan. Hab¨ªa historias para todos los gustos, y sobre todo un especial contento por poder cont¨¢rselas a los periodistas, que como una repentina r¨¢faga de viento se hab¨ªan metido hasta las salas de espera e incluso en los pasillos de urgencias y traumatolog¨ªa, atestados de camillas como cualquier otro d¨ªa. "Ven¨ªa a que me dieran fecha en cirug¨ªa digestiva", dec¨ªa Josefa Rebollo, "y me han dicho que hasta el d¨ªa 22 no puedo operarme". Su marido, V¨ªctor Sanz, hac¨ªa visibles esfuerzos por tom¨¢rselo con m¨¢s calma, y aprovechaba la presencia de bol¨ªgrafos, micr¨®fonos y c¨¢maras para pedir en voz alta a los m¨¦dicos: "Tienen que darse cuenta de que a nosotros nos parece bien que ellos reclamen 100.000 pesetas m¨¢s al mes, pero la verdad es que a los jubilados, tras 40 a?os de trabajo, nos queda una miseria".En un rellano de ascensores, Dulce Mart¨ªnez manifestaba su nerviosismo y relataba que hab¨ªa venido al hospital convencida de que iban a operarle de un quiste en una mano. "Me han retrasado la visita al quir¨®fano hasta junio", dec¨ªa, intentando dominar, el enfado y mostrarse resignada.
Otros pacientes, sin embargo, viv¨ªan la jornada bajo el signo de la normalidad absoluta, o casi. "Al principio me han dicho que no se sab¨ªa si habr¨ªa consulta, pero luego s¨ª la ha habido", dec¨ªa Catalina Redondo.
Y Antonio Ramos, en pijama y apoyado en muletas, tras autodefinirse con humor como "paciente, seg¨²n parece", puntualizaba que ¨¦l hab¨ªa visto en su habitaci¨®n y en los pasillos, "un d¨ªa normal. A m¨ª me han tratado como siempre, Y no he visto que a nadie le pasara nada fuera de lo que pasa siempre aqu¨ª". En las consultas externas del hospital La Paz todas las personas preguntadas por este peri¨®dico aseguraron tambi¨¦n haber sido atendidas ayer con entera normalidad. Sin embargo los representantes sindicales de los huelguistas afirmaban al respecto: t¨¦cnicamente han sido recibidos en consulta aquellos pacientes que llegaban desplazados desde fuera de Madrid" . En el Doce de Octubre no hab¨ªa demoras en las consultas. "Casi le puedo decir que esto est¨¢ hoy funcionando, mejor, porque mucha gente no ha vendo al hospital, y el hueco se nota mucho", afirmaba una paciente de digestivo. Las consultas de cirug¨ªa tor¨¢cica, digestivo, alergolog¨ªa atendieron a todos sus pacientes; tambi¨¦n se practicaron todos los an¨¢lisis previstos.
Discrepancias
No obstante esa normalidad contrastaba con los, datos proporcionados por los m¨¦dicos: en traumatolog¨ªa, por ejemplo, afirmaban haber atendido tan s¨®lo a 10 pacientes de los 80 citados, y ello por ser enfermos urgentes o desplazados.
En cuanto a los quir¨®fanos, hab¨ªa discrepancias notables: mientras la direcci¨®n del Doce de Octubre afirmaba que hab¨ªan funcionado casi al 100%, fuentes m¨¦dicas indicaban que casi se hab¨ªan paralizado. Seg¨²n pudo comprobar este peri¨®dico, neurocirug¨ªa funcion¨®, con normalidad, mientras que en cirug¨ªa tor¨¢cica se suspendieron las dos intervenciones programadas.
En el hospital Cl¨ªnico de Madrid, el ambiente tampoco parec¨ªa inhabitual. "Me han hecho la revisi¨®n postoperator¨ªa como estaba previsto", dijo Valent¨ªn del Moral, intervenido de cataratas la, semana pasada.
Lo incierto de la situaci¨®n y de su futuro desarrollo sellaban ayer muchos labios. Si la inmensa mayor¨ªa de los m¨¦dicos callaba o no quer¨ªa decir su nombre, lo mismo suced¨ªa con no pocos pacientes o familiares. "Puede usted decir que le dije que la esperanza es lo ¨²ltimo que se pierde", confiaba un hombre de bast¨®n en el Ram¨®n y Cajal, "pero no diga mi nombre". Dif¨ªcil, porque previamente hab¨ªa dejado claro que iba a darlo.
Paciencia de paciente
"Me iban a operar hoy, y ni he desayunado ni nada" explicaba Rosa Hem¨¢ndez, el brazo derecho en cabestrillo por rotura de codo. "Llevo ya aqu¨ª 15 d¨ªas esperando, y hoy ha venido el cirujano y me ha dicho que, como la huelga hab¨ªa empezado, casi era seguro que no me operaran hoy. Y ya no s¨¦ cu¨¢ndo me tocar¨¢". Y Rosa sale en bata al pasillo a contarle su peripecia a quien pase.En la habitaci¨®n de al lado, Casimira Garrido se preparaba para derrochar la mejor de las paciencias : "Yo todav¨ªa no tengo fecha de operaci¨®n. Pero imag¨ªnese el fastidio: me doy cuenta de que si a esa se?ora (por Rosa Hern¨¢ndez), estando a punto, se la han retrasado, a m¨ª, ya ni se sabe".
"?Que si vamos a notar, la huelga? Ya la estamos notando: nos sobrecarga de trabajo" explicaba una auxiliar de enfermer¨ªa. "Preparamos el preoperatorio de los enfermos y resulta que es para nada, porque ahora no les operan".
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