Bar?a y Madrid acotan el legado de Sabonis
El equipo azulgrana anul¨® al lituano y se medir¨¢ en la final al Unicaja de M¨¢laga
El Barcelona puso coto al legado de Sabonis. El lituano tiene un pie en la NBA y dejar¨¢ un testamento para los anales en el baoncelsto espa?ol. El Barcelona no le permiti¨® ayer que lo rubricara. Para ello hubiera tenido que estar en mejores condiciones f¨ªsicas y, sobre todo, rodeado por un equipo que no pedaleara a pi?¨®n-fijo. De hecho, el Madrid contribuy¨® lo suyo a ponerle l¨ªmites a la herencia de Sabonis. Se encomend¨® tanto a ¨¦l que acab¨® por dejarlo s¨®lo ante un Barcelona especializado en labores de acoso y derribo.Todo empez¨® al rev¨¦s de como acab¨®. El humo -el intento por calentar el ambiente y condicionar a los ¨¢rbitros- se evapor¨® con el baloncesto acad¨¦mico y demoledor perge?ado por Obradovic, un astuto conocedor de batallas decisivas. El Barcelona se embot¨® y el inicio de partido qued¨® en fr¨¢nqu¨ªa para el Madrid: 12-23. Sabonis hab¨ªa obtenido la mitad de los puntos de los suyos y hab¨ªa cargado con tres faltas a Peplowski. Su equipo, fiado a la capacidad atacante del lituano y a su intimidaci¨®n en defensa encontr¨® sus mejores vibraciones. Fue implacable. Lento la mayor parte de las veces, pero seguro. Dio brillo y esplendor al mecanismo que desballesta al Barcelona: movimientos sincronizados y certeros y canastas sobre el tiempo l¨ªmite. Montero no se encontr¨® a gusto con el tim¨®n del Barcelona. A¨ªto Garc¨ªa Reneses se empecin¨® en que los suyos mantuvieran un ritmo fren¨¦tico, el que tanto da?o hace al Madrid, pero siempre a condici¨®n de que no chirr¨ªe como hizo ayer con siete p¨¦rdidas de posesi¨®n del bal¨®n y una selecci¨®n de tiro nefasta: la primera canasta del Barcelona tard¨® cinco minutos en llegar: 4-12.
Pero el Barcelona cambi¨® de base, logr¨® enlazar tres o cuatro canastas ag¨®nicas, a duras penas. Suficente para arrancar. S¨®lo eso y el Madrid se vino abajo. Sabonis no tuvo reparos en hacer visible su desespero tras ceder en malas condiciones a Arlauckas. Fue su primer s¨ªntoma de debilidad. El Barcelona no esper¨®. Fue cruel. Surgi¨® entonces el miedo esc¨¦nico. Ese es el legado que Sabonis no ha podido dejar. Un equipo, si es realmente bueno, tiene que demostrarlo sea donde sea. La asignatura sigue pendiente en el baloncesto espa?ol. Durante los 12 a?os que se cumplen bajo el actual sistema de competici¨®n no hay equipo que haya roto la dictadura del ganador de la primera fase. El factor campo siempre ha sido decisivo. Ayer tambi¨¦n. El Madrid fall¨® siete de sus 12 primeros tiros libres y encaj¨® un parcial de 12-0 (se pas¨® de 14-25 a 26-25). Fue el principio del fin.
Henry y Santos no alimentaron el juego exterior. El banquillo madridista no aport¨® nada. El Barcelona empez¨® a marcar diferencias tras el descanso (35-33) y tras dos minutos y medio de zozobra en los que nadie anot¨®, Fern¨¢ndez meti¨® un triple (47-42) y el Madrid empez¨® a bajar los brazos. Sabonis qued¨® inerme. No supo qu¨¦ hacer. Lanz¨® y fall¨®. Pero su equipo continu¨® girando en torno a ¨¦l. El Barcelona tambi¨¦n porque s¨®lo ¨¦l pod¨ªa hacerle da?o. Y no hubo mucho m¨¢s. El Madrid denot¨® su escasa convicci¨®n ante la mala segunda parte de Sabonis -15 puntos en el primer tiempo y s¨®lo 5 en los minutos de la basura- y el Barcelona enton¨® victoria siete minutos antes de un final (58-46) en el que remat¨® su superioridad en el rebote: 41 capturas por 28. El resto fue prescindible, s¨®lo una larga fiesta del Bar?a que regal¨® dos canastas a Epi para locura de su p¨²blico.
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