Croacia quiere olvidar el horror
S¨®lo un pu?ado de personas celebr¨® en el campo de exterminio de Jasenovac el fin de la era nazi
La flor de hormig¨®n de 30 metros de altura con los p¨¦talos abiertos que se eleva sobre la verde planicie de Jasenovac, en Croacia estaba ayer extra?amente sola. A diferencia de otros lugares de Europa que conmemoraban multitudinariamente el 50, aniversario de la victoria aliada sobre la barbarie nazi, en Jasenovac s¨®lo un pu?ado de personas se concentr¨® ante el gigantesco monumento erigido en 1955 en memoria de los cientos de miles de inocentes asesinados por el r¨¦gimen t¨ªtere croata impuesto por Hitler.
El medio siglo transcurrido, sin embargo, no ha conseguido cerrar el c¨ªrculo del horror en los Balcanes. El Tribunal de La Haya sobre cr¨ªmenes de guerra en la antigua Yugoslavia decid¨ªa ayer investigar las atrocidades cometidas por los croatas, esta vez de Bosnia, contra los musulmanes. Los serbios siguen siendo el indisputado blanco del tribunal internacional, pero ya no son los ¨²nicos genocidas de la regi¨®n.
El fiscal jefe del Tribunal de la Haya, el juez surafricano Richard Goldstone, ha pedido al Gobierno bosnio que detenga su propia investigaci¨®n sobre el asesinato de m¨¢s de un centenar de civiles musulmanes a manos de los milicias croatas en una zona de Bosnia central, cerca de Zenica, hace dos a?os. Quiere hacerse cargo de un caso que conmocion¨® a televidentes de toda Europa en abril de 1993, cuando cascos azules brit¨¢nicos descubrieron la fosa com¨²n donde fueron arrojados los cad¨¢veres.
En el id¨ªlico paisaje de Jasenovac rezaba ayer un peque?o grupo, escoltado por tropas croatas, del que formaban parte un sacerdote cat¨®lico, una monja y la m¨¢xima autoridad de la testimonial iglesia ortodoxa en Croacia, un cura joven de nombre Milenico Popovic. Ha venido en representaci¨®n de los serbios y porque quiere compartir en esta zona desgraciada "el destino de los cat¨®licos de aqu¨ª, que hasta su iglesia tienen destruida". Pero los serbios ya no est¨¢n aqu¨ª.
En este campo de concentraci¨®n, a poco m¨¢s de 100 kil¨®metros al sureste de Zagreb, los nazis croatas, los ustashi de Ante Pavelic, exterminaron al menos a 200.000 personas a partir de 1941: serbios, jud¨ªos y gitanos, sobre todo. Hasta el lunes pasado y desde 1991, Jasenovac ha estado en manos de los serbios rebeldes de la Krajina. Ahora es territorio reconquistado por el ej¨¦rcito croata.
Tres helic¨®pteros artillados buscan a muy baja altura a los ¨²ltimos soldados serbios emboscados en la llanura arbolada por la que discurren los r¨ªos Una y Sava. Especialistas del ej¨¦rcito vencedor intentan detectar minas en los alrededores del monumento. Se escuchan algunos disparos cercanos, en el territorio serbobosnio al otro lado del Sava. "Hay que tener cuidado, porque quedan francotiradores enfrente, en Ustica". Para evitarlos se recorre el camino al memorial tras el talud de una v¨ªa f¨¦rrea abandonada. En ella est¨¢ parado desde hace casi 40 a?os uno de los trenes en los que se acarreaba a Jasenovac a quienes iban a ser aniquilados. En el talud han excavado los croatas trincheras y refugios. El enemigo est¨¢ a 200 metros.
En Jasenovac no hab¨ªa medios de exterminio masivo, de manera que miles de los aqu¨ª asesinados lo fueron a cuchilladas, hachazos o golpes, La barbarie de los nazis croatas ha dejado una huella profunda en los serbios secesionistas. El peque?o museo que recuerda el genocidio est¨¢ ahora vac¨ªo y parcialmente destruido en su interior por el asalto croata de la semana pasada para recuperar Eslavonia occidental. Los serbios pusieron tiempo atr¨¢s a buen recaudo el contenido del museo de los horrores, parte sagrada de su itinerario hist¨®rico. Ayer, entre paredes calcinadas y habitaciones vac¨ªas, s¨®lo unas grandes fotograf¨ªas murales recordaban el holocausto. "Nuestro ataque artillero comenz¨® a las seis de la ma?ana del lunes, y a las once ya estaban aqu¨ª los blindados y la infanter¨ªa. En el museo se hicieron fuertes unos veinte chetniks, la mayor¨ªa logr¨® huir al norte de Bosnia cruzando el r¨ªo".
El relato es de uno de los soldados que particip¨® en la reconquista del pueblo, de 2.000 habitantes hasta 1991, cuando los insurrectos serbios expulsaron a la mayor¨ªa croata y dinamitaron sus casas y la ¨²nica iglesia cat¨®lica de Jasenovac. Sigue reventada, a diferencia del templo ortodoxo de San Juan Bautista, intacto a pesar de los combates. En su interior, los libros de rezo y los objetos de culto est¨¢n desplegados como en una exposici¨®n. Alfombras, ropa ceremonial, im¨¢genes sagradas, todo est¨¢ en su sitio. S¨®lo algunos de los fusiles de asalto de la polic¨ªa croata que custodia el templo, colocados en un sitial, rompen la armon¨ªa del lugar. Una mirada m¨¢s atenta descubre proyectiles artilleros sin utilizar, abandonados en la sacrist¨ªa por los soldados serbios en su apresurada fuga.
Alrededor de un centenar de civiles serbios han vivido en Jasenovac hasta la semana pasada. Cuando los vencedores entraron el lunes, s¨®lo quedaban tres ancianas. Hoy no hay vecinos. Una pareja de cig¨¹e?as y dos grandes cerdos parecen los ¨²nicos habitantes estables del lugar. Los soldados y los trabajadores tra¨ªdos de otras partes de Croacia van y vienen. Como en otras zonas de la reconquistada Eslavonia occidental, los croatas trabajan muy deprisa para establecer alg¨²n signo de vida civil. Una oficina de Correos, un tel¨¦fono que funciona con tarjetas, incluso un banco. "Hoy ha habido tres clientes", explica con humor su responsable y ¨²nico empleado, Mirko Jadanic, aludiendo a quienes han ido a pedir cambio de sus kunas. El bar frente a Correos fue destruido el s¨¢bado por un morterazo serbobosnio desde el otro lado del r¨ªo.
A pesar de la presencia formal del presidente Franjo Tudj¨ªnan en los actos conmemorativos europeos, es evidente la falta de entusiasmo en Croacia por recordar el significado de la efem¨¦ride de ayer. Jasenovac est¨¢ lejos y es todav¨ªa una zona peligrosa. Pero en Zagreb, la capital, viven casi un mill¨®n de personas. Poco m¨¢s de un millar, como cada 9 de mayo, se manifestaron a las seis de la tarde en una plaza c¨¦ntrica de la ciudad para pedir que se le devuelva su nombre original. Se llamaba hasta 1991. plaza de las V¨ªctimas del Fascismo, pero Tudjman, un antiguo general comunista, la rebautiz¨® entonces como plaza de los Croatas Ilustres. Y as¨ª sigue.
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