Vuelve al colegio la ni?a leuc¨¦mica brit¨¢nica que fue desahuciada por la sanidad p¨²blica hace cuatro meses
"Es maravilloso estar de vuelta al colegio", dijo una ni?a de 12 a?os, el pasado martes, al abrir de nuevo la puerta de su antigua aula. La peque?a, que protege su identidad con la inicial B, es la misma a la que hace cuatro me ses las autoridades sanitarias de Cambridge (Inglaterra) desahuciaron por estar aquejada de un caso de leucemia aguda. El primer trasplante de m¨¦dula ¨®sea practicado no hab¨ªa surtido efecto, la enfermedad avanzaba y la paciente ten¨ªa pocas semanas de vida. No val¨ªa la pena, por tanto, someterla a costosos tratamientos adicionales.Su nuevo m¨¦dico, un hemat¨®logo privado, reconoce que no est¨¢ curada. Es m¨¢s, tiene a¨²n un 90% de posibilidades de recaer. Ella lo sabe, pero se prepara ya para su pr¨®xima cita, un excitante viaje a Francia con sus compa?eras de clase.Cuando en enero pasado los m¨¦dicos decidieron que todo era in¨²til, su padre, de 31 a?os, acudi¨® al Tribunal Supremo. Aunque perdi¨® la batalla legal, la familia se hizo famosa. Un benefactor an¨®nimo le vio en televisi¨®n, hablando tembloroso de espaldas a la c¨¢mara, y don¨® los 15 millones de pesetas necesarios para intentar un tratamiento experimental.
En Londres, Peter Gravett, hemat¨®logo responsable del Portland Hospital, un centro privado, se toma las cosas con m¨¢s calma. Al aceptar su caso, ratific¨® una de las conclusiones de sus colegas de Cambridge. No val¨ªa la pena efectuar un segundo trasplante de m¨¦dula ¨®sea. Cuando el primero falla, y ante una leucemia mieloide, el rechazo est¨¢ pr¨¢cticamente asegurado. As¨ª que opt¨® por un tratamiento experimental. La someti¨® a una cura. intensiva de quimioterapia Una infecci¨®n hizo temer por los resultados, pero pudo resolverse sin mayores da?os. Luego, extrajo linfocitos sanos de su hermana y los trat¨® en el laboratorio para que pudieran serle inyectados a la enferma. La remisi¨®n actual se debe a que ¨¦stos han sido capaces de contener la leucemia. Gravett reconoce que no puede darle el alta definitiva.
Las c¨¦lulas cancer¨ªgenas han desaparecido, por ahora, de su sangre, pero recibir¨¢ linfocitos todas las semanas durante varios meses. "De todos modos, si no hubiera cre¨ªdo que exist¨ªa una posibilidad de ¨¦xito, habr¨ªa rechazado el caso", repite sin cesar.
Esta semana los rostros de padre e hija han seguido ocultos para el p¨²blico. No as¨ª sus palabras, que estaban llenas de orgullo. Al rotativo Daily Mirror, que le acompa?¨® hasta la puerta del centro educativo, le dijo que sab¨ªa que hab¨ªa acertado al contradecir al hospital. "Nos aseguraron que ten¨ªa menos de dos meses de vida. Volver aqu¨ª es important¨ªsimo para ella". Vestida con una falda oscura, calcetines cortos y una blusa blanca, a la peque?a B. le preocupaba algo mucho m¨¢s pr¨¢ctico. Esperaba no sentirse una extra?a al atravesar los pasillos de su propio colegio.
La duda se desvel¨® nada m¨¢s traspasar el umbral. El pupitre segu¨ªa en su sitio, lo mismo que sus amigas. Pod¨ªa seguir adelante sin temores. Un ¨²nico detalle revelaba su estado. La quimioterapia la ha dejado calva, pero no quiere ni o¨ªr hablar de gorros o pelucas. Atravesar el Canal de la Mancha tiene muchos m¨¢s alicientes ahora que ocultar su calvicie. Los postizos, adem¨¢s, no la dejar¨ªan moverse con tranquilidad. Y desea sentirse otra vez una ni?a como las otras.
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