Felipe Gonz¨¢lez el empecinado
Felipe jugaba en casa. A s¨®lo 200 metros del Congreso de los Diputados y con 180 minutos por delante para hablar de su dise?o europeo sin el machacante fardo del auto judicial, la cinta comprometedora y la cascada de esc¨¢ndalos nacionales, t¨¢citamente excluidos del encuentro. El lugar: la Asociaci¨®n de Periodistas Europeos, ayer, horas antes del inicio oficial de la campa?a electoral. Gonz¨¢lez acaba de regresar de un viaje de los que m¨¢s aprecia. 48 horas roz¨¢ndose en Mosc¨² con Yeltsin y Clinton y una escala-ba?o de cuatro horas con "lo mejor de la juventud espa?ola" entre las ruinas de Mostar.Muestra el jefe del Gobierno un cierto desapego por la batalla cotidiana, como si le dieran una infinita pereza los cinco mitines de campa?a que le "han pedido los compa?eros" Combina sin embargo Gonz¨¢lez esa distancia con claros signos de que todav¨ªa no ha arrojado la toalla, pero al mismo tiempo deja escapar se?ales de que su tiempo pol¨ªtico est¨¢ a punto de concluir. Argumenta Gonz¨¢lez con el optimismo de los ¨²ltimos datos econ¨®micos aunque confiesa entender cada vez menos estas duchas fr¨ªas que nos llevan del borde del desastre de la peseta y de la Bolsa a la recuperaci¨®n. "Sufrimos gratuita e in¨²tilmente estos fen¨®menos".
No cita a Aznar por su nombre y s¨®lo lo hace con malicia al hablar de que la cuesti¨®n militar y el tratamiento de la misma por sus Gobiernos le ha apasionado. "Yo que he jurado bandera y no como otros", afirma.
"Si continuamos con el actual proceso autodestructivo nos va a costar trabajo recuperar el respeto perdido, porque tenemos pocas rentas hist¨®ricas", admite Felipe Gonz¨¢lez. Pero atribuye la "menor respetabilidad" que produce Espa?a en el mundo a "la indiferenciaci¨®n de los medios de comunicaci¨®n" en su relato de un pa¨ªs plagadop de esc¨¢ndalos. El presidente muestra su preocupaci¨®n por el claro renacimiento de un discurso "iiacionalista-imperial", que por otra parte reconoce que ha sido una constante hist¨®rica en nuestro pa¨ªs. "Hay una corriente profunda que emerge ahora, cuando se le jaleaque sigue pensando que los males de Espa?a vienen de fuera".
Cuando se le reprocha a Gonz¨¢lez su escaso entusiasmo para fajarse con las cuestiones internas en contraste con su declarada "pasion y empecinamiento" pedag¨®gica con las internacionales, lo ad te con la boca peque?a. "No s¨¦ hacer de Pujol o Bono, esa pol¨ªtica sobre el terreno. Creo que ya nunca lo podr¨¦ hacer".
A pesar de lo que le est¨¢ lloviendo, Gonz¨¢lez explica que si hoy tuviera optar por la presidencia de la Comisi¨®n Europea, har¨ªa lo mismo: dir¨ªa que no. "No apasiona el puesto, fue una idea del canciller Kohl, me lo dijo en Lanzarote. No tiene explicaci¨®n muy racional pero dir¨ªa no". Dice que al actual presidente, Jacq Santer, le va a costar llenar el hueco otro Jacques" (Delors).
Ha vuelto Gonz¨¢lez impresionado de ¨²ltimo encuentro con Mitterrand por habla ya desde m¨¢s all¨¢ de la vida. Recuerda con iron¨ªa la capacidad del todav¨ªa prudente, al que califica de "patriota franc¨¦s gaullista", para crucificar a sus adversarios personales nunca ideol¨®gicos. "Algo que nunca alcanzar¨¦ aunque viva 30 a?os mi precisa. "Tiene un gran sentido de la historia y se divierte con la historia. Yo soy romo, mucho m¨¢s basto intelectuaImente confiesa el presidente en quiz¨¢s su ¨²nico rasgo de humildad de toda la reuni¨®n.
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