Torrelodones compra un club arruinado del que es accionista el alcalde

El Ayuntamiento de Torrelodones (9.300 habitantes) acord¨® en noviembre comprar por 130 millones de pesetas el club de campo privado de la localidad, unas viejas instalaciones que perd¨ªan socios y dinero. El alcalde, Mario Mingo, del PP, anunci¨® en aquel momento: "Ha sido una compra bastante ventajosa para los vecinos. Hemos conseguido un polideportivo por poco dinero". Sin embargo, al regidor se le olvid¨® decir que ¨¦l hab¨ªa sido presidente del club, miembro del consejo de administraci¨®n y accionista. Mingo, obvi¨® comentar adem¨¢s que su hermano es el tesorero.

La sociedad Club de Campo de Torrelodones SA, Torrelodones propietaria de las instalaciones, fue creada en 1962. "La formaron unos se?orones de la ¨¦poca. Para construir el club usaron exce lentes materiales. Era un sin sentido. Por ejemplo, los salones son de madera de Guinea" relata el actual presidente, el periodista Carlos D¨¢vila. "Al poco tiempo, el club fracas¨® porque el municipio se llen¨® de piscinas particulares y campos de tenis. Los socios no estaban dispuestos a pagar por algo que ten¨ªan en casa, La situaci¨®n econ¨®mica se convirti¨® en ruinosa".Cost¨® 130 millones

En 1987, Mingo fue nombrado presidente. "Fue la mejor etapa. Sane¨® el club, pero segu¨ªamos perdiendo dinero", confirma. En 1993, los accionistas intentaron la venta. Se encarg¨® a la empresa Valtenic, SA, una valoraci¨®n de los activos del club. Las instalaciones (un edificio de 2.000 metros cuadrados, piscina,. restaurante, gimnasio, pistas de tenis y campos de f¨²tbol) val¨ªan 138 millones de pesetas. En noviembre, el pleno aprob¨® su adquisici¨®n por 130 millones. Mingo lo apoy¨®.

Con esa cantidad, el Ayuntamiento pagar¨¢ las deudas del club con organismos p¨²blicos y de las que se hace cargo. El club debe 21 millones de pesetas a Hacienda, la Seguridad Social y al propio Ayuntamiento. Adem¨¢s, debe abonar a sus cuatro trabajadores 29 millones de indemnizaci¨®n de despido y otros 35 millones a diversos proveedores y al notario de turno.

Por ¨²ltimo, el Consistorio abonar¨¢ 43 millones a los 1.000 accionistas (entre ellos el alcalde, su hermano y el concejal de Hacienda). "Es verdad que soy accionista, pero mi participaci¨®n es m¨ªnima. Tengo cuatro acciones que valen unas 20.000 pesetas. Como mucho, voy a sacar mil duros. El concejal de Hacienda posee una cantidad parecida", replica Mingo. El regidor no considera importante que su hermano sea el tesorero de la sociedad: "No hay nada raro", argumenta.

Seg¨²n el art¨ªculo 76 de la Ley B¨¢sica Reguladora de Bases de R¨¦gimen Local, "los miembros de las corporaciones locales deber¨¢n abstenerse de participar en la deliberaci¨®n, votaci¨®n, decisi¨®n y ejecuci¨®n de todo asunto, cuando concurra alguna de las causas a que se refiere la legislaci¨®n de, procedimiento administrativo y contratos de las administraciones p¨²blicas".

En esa legislaci¨®n se indica que los alcaldes no pueden votar cuando exista "parentesco de consanguinidad dentro de cuarto grado o afinidad dentro del segundo con cualquiera de los interesados, con los administradores de las sociedades interesadas y tambi¨¦n con los asesores, representantes legales o mandatarios que intervengan en el procedimiento". Y remacha: "La no abstenci¨®n en los casos que proceda dar¨¢ lugar a responsabilidad". Mario Mingo desconoc¨ªa el mi¨¦rcoles si legalmente deb¨ªa haberse ausentado del pleno.