?Qu¨¦ nos espera tras su marcha?
El Madrid, la Liga ACB y el baloncesto europeo pierden m¨¢s que un jugador con la marcha de Sabonis. Al equipo madridista le espera una tarea complicada: formar un equipo nuevo.La Liga espa?ola pierde un punto de referencia fundamental, su mejor jugador en esta d¨¦cada y un reclamo publicitario de primer orden. Por ¨²ltimo, el baloncesto europeo confirma su incapacidad para mantener bajo su manto a sus mejores hombres.
Lejos han quedado ¨¦pocas en las que fue capaz de arrebatar a la NBA algunas de sus joyas. Eran tiempos de bonanza, los d¨®lares corr¨ªan sin parar y equipos italianos y espa?oles sobre todo lograron ganar alg¨²n que otro pulso a la todopoderosa NBA. Llegaron Joe Barry Carroll, Brian Shaw, Danny Ferry, Larry Spriggs, Antoine Carr y algunos m¨¢s.
No pas¨® de ser un espejismo. La NBA se expandi¨® la tripleta Magic-Bird-Jordan viv¨ªa su ¨¦poca dorada y los sueldos se dispararon. Europa sufr¨ªa una crisis generalizada y la competencia desapareci¨®. No s¨®lo eso, sino que los trasvases cambiaron de signo. Fernando Mart¨ªn, Petrovic, Schrempf, el holand¨¦s Smits, Paspalj, Vrankovic, Radja, Volkov, Kukoc, Muresan y Marchoulenis han probado ya fortuna. Este n¨²mero de emigrantes se multiplica en la liga universitaria.
El fichaje de Sabonis es el ¨²ltimo caso hasta la fecha. Pero no por mucho tiempo. La NBA tiene el carisma, la fuerza y el dinero suficiente no s¨®lo para dejar Europa hu¨¦rfana de estrellas, sino que su atracci¨®n est¨¢ provocando que las mejores promesas prefieran curtirse en la escuela universitaria, el camino m¨¢s coherente para intentar el asalto al sue?o de cualquier jugador de baloncesto.
Mientras esto ocurre, Europa deber¨¢ conformarse con ser m¨¢s que nunca un vivero y al menos disfrutar con los ¨¦xitos, cada d¨ªa m¨¢s importantes, de sus representantes. Como dice el refr¨¢n, quien no se consuela, es porque no puede.
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