Pocas leyes 'verdes'

La estrategia verde del Gobierno auton¨®mico -en manos del socialista Joaqu¨ªn Leguina- se ha caracterizado por una oposici¨®n frontal a la incineradora de Valdeming¨®mez, construida por el Ayuntamiento de Madrid en los confines del municipio. S¨®lo el Partido Polpular est¨¢ a favor de la instalaci¨®n. El PSOE regional -a pesar de qu¨¦ la oposici¨®n socialista en el Ayuntamiento vot¨® a favor de la planta en 1990- argumenta que el horno desincentiva el inter¨¦s de los ciudadanos por reciclar sus residuos, pues quema el mismo tipo de desechos. Adem¨¢s, al igual que muchos cient¨ªficos y ecologistas, opinan que el horno fabricar¨¢, en una complicada alquimia, unas mol¨¦culas cancer¨ªgenas: las temidas dioxinas. Izquierda Unida comparte estos dos argumentos.Pero Leguina est¨¢ m¨¢s preocupado porque la regi¨®n no pase sed. "Con gran avaricia por el agua", como dicen los ecologistas, ha perseguido, sin ¨¦xito, la construcci¨®n de tres nuevos embalses: el de Matallana y el del Pozo de los Ramos, en Guadalajara, y el del Alberche, en ?vila. Pero una gran infraestructura del Canal de Isabel II, el trasvase de Picadas-Valmayor, ha salido adelante a costa de 30.000 encinas del suroeste de la regi¨®n.

El debate se centra en si va a seguir creciendo la demanda (Espa?a es el segundo pa¨ªs del mundo en gasto de agua) o, por contra, el ahorro y una mejor distribuci¨®n mantendr¨¢n el consumo en los 500 hect¨®metros c¨²bicos anuales. Los ecologistas opinan que la pol¨¦mica est¨¢ fuera de lugar, porque los r¨ªos de la regi¨®n ya est¨¢n suficientemente exprimidos y Madrid no conseguir¨¢ m¨¢s agua por muchas cantimploras que se construyan.

La Comunidad ha colaborado en el aumento de la demanda h¨ªdrica: los planes provinciales de urbanismo han dado v¨ªa libre a multitud de urbanizaciones de chal¨¦s y viviendas adosadas. Las praderas inglesas invaden la regi¨®n en detrimento de los montes aut¨®ctonos. Y el c¨¦sped tiene mucha sed.

Otras dos pol¨¦micas infraestructuras han afectado a la naturaleza madrile?a: los ca?ones de nieve de Guadarrama (han llenado de cicatrices las fr¨¢giles laderas de Navacerrada) y el cierre norte de la M-40 a trav¨¦s del monte de El Pardo (un nuevo mordisco, consentido por todos los grupos pol¨ªticos, a la joya biol¨®gica de Madrid).

La legislatura no ha dictado muchas normas verdes. En 1992 se aprob¨® la Ley de Vertidos L¨ªquidos Industriales, pero s¨®lo ahora, tres a?os despu¨¦s, un decreto, que permite aplicar la ley, conseguir¨¢ que las industrias m¨¢s sucias paguen m¨¢s por depurar su vertidos. En 1994 sali¨® adelante la ley de creaci¨®n del segundo parque regional, el del Sureste, con 31.550 hect¨¢reas.

Pero el mayor logro ha sido la Ley Forestal. Elaborada por los ecologistas de Aedenat, asumida por el PSOE e IU, y aprobada el ¨²ltimo d¨ªa h¨¢bil de la Asamblea, inmuniza de los ladrillos a 70.000 hect¨¢reas de encinares amenazadas por la especulaci¨®n. Por el camino se han ca¨ªdo tres parques: el de la Sierra Norte, el del r¨ªo Guadarrama y el del r¨ªo Lozoya. Y el mayor fracaso: la Asamblea no ha podido convertir El Pardo en un parque nacional.

La pol¨ªtica verde de Leguina, algo difusa los primeros a?os de la legislatura, se ha definido mejor en un sesudo documento: Madrid 21. Emanado de la Cumbre de R¨ªo de 1992, consiste en un an¨¢lisis de la dif¨ªcil situaci¨®n del medio ambiente en Madrid. Tambi¨¦n marca los pasos a seguir para que quien gobierne a los cinco millones de madrile?os consiga que la regi¨®n sea sostenible.