Un caballo con trote desigual
Las grandes obras del Bilbao del 2000 contrastan con las necesidades de las zonas m¨¢s deprimidas
Bilbao se vende en los mercados de Bruselas, en la City londinense y hasta en el municipio comunitario por excelencia, Bruselas. La capital econ¨®mica de Euskadi cabalga hacia el siglo XXI con un erario relativamente saneado, pero con un trote desigual: el que marcan los grandes proyectos de revitalizaci¨®n urbana made in Gehry Foster o Calatrava y las protestas vecinales por el "deterioro" de los barrios m¨¢s empobrecidos. Algunos de ellos, como Bilbao la Vieja, con las tasas de paro m¨¢s altas de Europa (35%).No hay lugar para la sorpresa en esta contienda electoral. El alcalde Josu Ortuondo (PNV) pasea su flamante bigote tricolor por los ocho distritos del municipio sin estridencias, sin circos. Pero a la vez calculador y mirando de reojo, al igual que sus socios de Gobierno (PSE-EE), A Jos¨¦ Mar¨ªa Gorordo, por si el verbo populista del ex alcalde juega a los partidos tradicionales una poco previsible mala pasada.
"Hemos hecho un Bilbao de calidad, el del a?o 2000, y le estamos poniendo el mejor envoltorio, porque en nuestros proyectos est¨¢n las r¨²bricas de las principales figuras de la arquitectura y de la ingenier¨ªa. Tenemos tres objetivos: vender lo que producimos, atraer inversiones y nuevas actividades econ¨®micas y enganchar turismo de ocio y de negocio. Convertirnos en el centro de todo nuestro hinterland, en la capital no de Euskadi, sino de mucho m¨¢s". Habla el alcalde.
"Los programas para nuestro barrio no despuntan ni con el dinero de Europa -500 millones de pesetas en el Programa Puerta Abierta- El deterioro es tan visible como las papelinas que pasan de mano en mano entre los yonquis terminales. La rehabilitaci¨®n de algunas viviendas es un punto en el mar de especulaci¨®n inmobiliaria desencadenada en los ¨²ltimos a?os. Un 35% de paro y, sin lugar a dudas, un tanto por ciento m¨¢s elevado de olvido". Habla una vecina de Bilbao la Vieja, una de las vagonetas desvencijadas que arrastra el Bilbao del futuro.
Los grandes n¨²meros, ya menos rojos tras la refinanciaci¨®n de una deuda que amenazaba con hipotecar el futuro del municipio (32.062 millones de deuda viva) apuntan una inversi¨®n p¨²blica comprometida superior a los 140.000 millones de pesetas. M¨¢s de la mitad de lo aprobado en mayo de 1992 en el Plan General de Ordenaci¨®n Urbana. Pero Bilbao no est¨¢ en la Europa de Maastricht, donde se acord¨® que el endeudamiento no sobrepasar¨ªa el 60%, y aqu¨ª sube al 75%.
M¨¢s all¨¢ de los grandes proyectos destacan los 100 kil¨®metros de conducciones de gas y d9 telecomunicaciones que ya recorren la dermis de Bilbao. El plan de ordenaci¨®n prev¨¦ la construcci¨®n de 14.000 viviendas en un municipio que pasa por ser el primero de toda Espa?a en n¨²mero de inmuebles municipales en r¨¦gimen de alquiler: 7.000. Aunque a rengl¨®n seguido encontremos 14.000 viviendas desocupadas en sus barrios. Es sin duda, la capital vasca de los contrastes. La llegada del metro para el 10 de noviembre, la pol¨ªtica de aparcamientos y la construcci¨®n del cintur¨®n perif¨¦rico pretenden paliar los atascos: dos tercios de los 300.000 veh¨ªculos que recorren la capital salen y entran por sus cuatro esquinas.
Ese concepto de capitalidad que recae en Bilbao le cuesta mucho dinero a sus 381.000 habitantes. Un estudio revela que el 51% de las personas que utilizan los servicios que ofrece la ciudad reside en otro municipio. Y eso, como antes la deuda, lo pagan los contribuyentes. Seg¨²n la revista Eroski, los bilba¨ªnos soportan los impuestos m¨¢s altos frente a vitorianos y donostiarras, indicador que Ortuondo, uno de los alcaldes mejor pagados de Espa?a, con m¨¢s de 10 millones de pesetas, cuestiona. Las cifras, con todo, no empa?an las lentes de una oposici¨®n que ha criticado la gesti¨®n de nacionalistas y socialistas. Como las asociaciones vecinales, acusa a ambas formaciones de cerrar las puertas del Ayuntamiento a las demandas de la poblaci¨®n e incluso de m¨¦todos "antidemocr¨¢ticos". Esta legislatura tambi¨¦n ha sido la de los conflictos, los plenos suspendidos (dos) y la de la valoraci¨®n de los puestos de trabajo. El cap¨ªtulo de personal -un tercio del presupuesto del gasto ordinario- ha obligado a afrontar un tema que dorm¨ªa en el, regazo de Morfeo desde 1985. Potenciar la informatizaci¨®n, definir las funciones de cada puesto, adecuar las plantillas y aplicarles la retribuci¨®n. Y todo eso ha hecho chirriar a los representantes de los 2.238 funcionarios.
Con todo, la batalla pol¨ªtica no es tal. El hecho de que m¨¢s de 144.000 personas (el 46,3% del censo) se abstuvieran en las elecciones de mayo de 1991 abre la incertidumbre del apoyo electoral al ex alcalde que ahora va por libre. Gorordo ya se present¨® el pasado a?o a la presidencia del Athl¨¦tic de Bilbao, sumando 2.468 votos frente a los 8.516 del triunfador. Pero ni siquiera la sorpresa de Gorordo cuestionar¨ªa la alcald¨ªa, ya que la extensi¨®n del tripartito (PNV, PSE-EE y EA) asegura a Ortuondo un holgado respaldo. Las encuestas coinciden en la subida del PP de cuatro a un m¨ªnimo de seis ediles, la entrada de IU, la bajada de HB, el bajonazo socialista y el mantenimiento de PNV y EA.
Bilbao, Bilbao, un espect¨¢culo estrenado en agosto de 1984 en un teatro que luego pas¨¦ a ser cine y ahora es un gimnasio, dej¨® su particular pincelada art¨ªstica para la capital. "Bilbao capital de vicio, humo, navajas, dinero, aqu¨ª todo el mundo es bueno si despu¨¦s paga el servicio". Flota la duda de si entonces era para tanto y si ahora s¨¦ brilla tanto en el firmamento.
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