Anguita propone sustituir las campa?as por largos debates entre los l¨ªderes en las televisiones
Estas campa?as son un matahombres. Sirven para convencer a los ya convencidos y no llegan a quienes tienen que llegar. Por eso, Julio Anguita, el coordinador general de Izquierda Unida (IU), habr¨ªa deseado un acuerdo nacional para sustituir el gasto y sinsentido que son ahora los procesos electorales. ?l propone cambiarlo todo por debates "de tres, de cuatro horas", en las televisiones para que la gente "sepa lo que ofrece cada partido".
Anguita descans¨® ayer. Termin¨® la primera fase en Logro?o y esa misma noche, lloviendo a mares, cogi¨® el coche y se fue a Madrid. Un poco de ejercicio para fortalecer su coraz¨®n y una jornada de reflexi¨®n sobre c¨®mo continuar una campa?a electoral que se empe?a en mantener, en la medida de lo posible, al margen de la que sus adversarios est¨¢n llevando a cabo.Y no es que le falten asistentes en sus m¨ªtines. El millar de personas no ha faltado en ninguno de sus actos p¨²blicos. En alg¨²n sitio, m¨¢s; en alg¨²n sitio, menos. Pero, bien mirado, tal como est¨¢n las cosas, casi se puede considerar un triunfo, sobre todo si se tiene en cuenta que ha toreado en plazas que no se distinguen precisamente por su apasionado amor hacia la opci¨®n que representa: Toledo, Valladolid, Santander...
Pero Anguita sabe que est¨¢ hablando para convencidos y que sus palabras no llegan a quienes ¨¦l desear¨ªa: los indecisos, los que se encuentran en la duda, los que est¨¢n tan desencantados que ya ni asisten a los m¨ªtines. A veces, seguro que tiene la tentaci¨®n de, como en el Evangelio, echarse a los caminos e invitar al banquete a los mendigos, a los desahuciados, a los pobres.
Pero no son s¨®lo sus convocatorias las que tienen dificultades. En esta campa?a, en una escalada que se ha ido acentuando en anteriores procesos electorales, los m¨ªtines son casi de bolsillo. Y la verdad es que resulta desolador contemplar m¨¢s de medio pabell¨®n vac¨ªo, observar a viejos militantes que se rompen las manos en aplausos mientras por la calle la gente pasa ajena a todo. Desolador, escuchar esa especie de canto eucar¨ªstico nacional que es himno de IU resonando por las paredes. Ese grito de "lU, ?mu¨¦rete?", ; "no, no: IU, mu¨¦vete", aclara alguien de la organizaci¨®n.
Anguita ha estado reflexionando sobre ello. En Logro?o lo expres¨® de la forma m¨¢s clara. El est¨¢ dispuesto a llegar a un acuerdo nacional para eliminar este sistema de campa?as, in¨²til, costoso y, hasta cierto punto, absurdo. El l¨ªder de IU no es partidario de ir cazando el voto a lazo. No quiere ir besando ni?os y abrazando viejecitos por las calles, sonriendo aunque le duela la ¨²lcera, intentando ser simp¨¢tico, repitiendo las ideas, los mensajes que no van a llegar a quien ¨¦l desea que lleguen.
La lucecita roja
"No s¨¦ cu¨¢ndo os volver¨¦ a ver", dec¨ªa Anguita en uno de sus m¨ªtines; "por eso quiero que me oig¨¢is por lo que yo os digo, no por lo que dicen que yo he dicho". Y es que hay una cierta desconfianza de Anguita hacia la forma en que los medios recogen lo que ¨¦l expresa. "No es por culpa de los periodistas que me siguen
[los periodistas que le siguen le escuchan impert¨¦rritos en primera fila] Ellos recogen lo que pueden Pero, miren ustedes, ahora se me encender¨¢ una lucecita roja para que yo sepa que entro en directo en televisi¨®n y diga mi mensaje. ?Qu¨¦ se puede decir en 15 segundos? Nada. Muy poco. Los m¨ªtines valen para muy poco y la cobertura que me dan los medios no sirve para nada" Los periodistas toman notas apresuradamente, como si no le hubieran o¨ªdo. Mandar¨¢n su resumen y volver¨¢n a escuchar lo mismo en otros lugares.
?Cu¨¢l ser¨ªa la soluci¨®n? Anguita dice que ¨¦l estar¨ªa dispuesto a suprimir las campa?as electorales y, en su lugar, establecer largos debates en televisiones p¨²blicas o privadas para que cada cual explique su programa, sus ofertas, sus ideas: "Debates de tres o cuatro horas
[cara de susto en quienes le escuchan]". "Con descansos
[suspiro de alivio]", matiza.
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