Menos luz y m¨¢s estrellas

La noche madrile?a hace tiempo que no obsequia a sus ciudadanos con una estrella. Barcelona, Granada y otras grandes ciudades espa?olas tampoco se qudean atr¨¢s. Y, parad¨®jicamente, es el exceso de luz el que impide la observaci¨®n de estos astros. El cielo de las ciudades, contaminado de luz, est¨¢ perdiendo su raz¨®n de ser: la oscuridad, sobre la que centellean millones de puntos luminosos. Cuando de la tierra llega al espacio se dispersa y el fondo del cielo pierde su oscuridad.La contaminaci¨®n luminosa es uno de los principales dolores de cabeza del colectivo de astr¨®nomos espa?oles. La Sociedad Espa?ola de Astronom¨ªa, el Instituto de Astrof¨ªsica de Canarias, el Instituto Astrof¨ªsico de Andaluc¨ªa y Greenpeace -bajo el impulso de la peque?a Sociedad Astron¨®mica de Figueres (Girona)- han aunado esfuerzos con un ¨²nico objetivo: conseguir que el anteproyecto de ley de Protecci¨®n de Medio Ambiente Atmosf¨¦rico, actualmente en proceso de elaboraci¨®n, defina el concepto de contaminaci¨®n luminosa y establezca las medidas para combatirla. Llevan ya mucho tiempo diciendo que la soluci¨®n es sencilla y favorecer¨¢ a mucha gente: poner un poco de sentido com¨²n a la hora de planificar la iluminaci¨®n en las ciudades. Ellos no tendr¨¢n que desplazarse a 50 kil¨®metros de la ciudad para poder ver una estrella y administraciones y particulares reducir¨¢n, con creces, la factura de los recibos de luz. Las soluciones que proponen son muy concretas: sustituir las l¨¢mparas de vapor de mercurio por l¨¢mparas de vapor de sodio, evitar todos los sistemas de iluminaci¨®n que proyecten la luz hacia el cielo y planificar la iluminaci¨®n de fachadas siempre de arriba hacia abajo, nunca al rev¨¦s.

Pero el primer paso para poner en pr¨¢ctica todos estos principios te¨®ricos es un marco legislativo apropiado sobre el que trabajar. "Hemos constatado que hay una falta de voluntad pol¨ªtica", afirm¨® el presidente de la Sociedad Astron¨®mica de Figueres y art¨ªfice de la campa?a, Pere Horts. La plataforma conf¨ªa en que el Gobierno apruebe la ley antes del fin de la legislatura.

Canarias ha sido la primera comunidad espa?ola que ha puesto en marcha un plan para proteger su cielo y, de paso, ahorrar energ¨ªa. El cambio de l¨¢mparas de vapor de mercurio por vapor de sodio, un dise?o apropiado de las luminarias -que no proyectan su flujo hacia el espacio- y apagar la luz que ilumina los grandes monumentos a partir de las 12 de la noche se encuentran entre las medidas puestas en pr¨¢ctica. "Hemos conseguido un ahorro energ¨¦tico del 55% y los municipios han ahorrado cerca de 20 millones anuales", explic¨® Javier D¨ªaz, miembro del Instituto Astron¨®mico de Canarias.

Pere Horts explic¨® que en el municipio de Figures ya "han cambiado el chip". Un estudio del Ayuntamiento revela que adecuar los 4.000 puntos de luz de la poblaci¨®n constar¨ªa 40 millones de pesetas, amortizables en tres a?os, con un ahorro. anual de 15 millones de pesetas.