Fabiola esper¨® una hora y Dehaene fue increpado por los "sin techo"
No hubo ninguna tragedia e incluso luci¨® intermitentemente el sol, pero el primer ministro, Jean Luc Dehaene, tuvo que enfrentarse en la circunscripci¨®n de Vilvoorde a la protesta -civilizada- de unas docenas de ciudadanos sin domicilio fijo (los llamados SDF o los sin techo), molestos por no poder ejercer su derecho a voto, precisamente por carecer de domicilio.Alg¨²n otro incidente se produjo en el municipio bruselense de Saint-Gilles, donde un elector encontr¨® que su nombre figuraba en las listas del ultraderechista Frente Nacional -franc¨®fono y hermanado con el partido franc¨¦s del mismo nombre que encabeza Jean Marie Le Pen-, demostraci¨®n de que el fraude cometido por esta formaci¨®n no se limit¨® a las listas del Senado, C¨¢mara a la que se le prohibi¨® concurrir precisamente por haber falsificado las imprescindibles firmas de apoyo.
La participaci¨®n fue alta, superior al 90%, aunque eso no tiene secreto, puesto que el voto es obligatorio para los mayores de 18 a?os. Pero votar result¨® complicad¨ªsimo. En distintos colegios, sobre todo de Bruselas-capital, se formaron colas de una hora de duraci¨®n que irritaron a unos cuantos ciudadanos e incluso bloquearon a personalidades como la reina Fabiola, que tuvo que guadar cola durante m¨¢s de una hora, y la princesa Astrid.
Y es que las horas h¨¢biles de voto eran escasas, de ocho de la ma?ana a tres de la tarde. A eso se le a?ad¨ªa que el sistema no funciona como en Espa?a, en que cada elector elige la papeleta del partido al que otorga su confianza, sino que una s¨®la papeleta inclu¨ªa todas las listas de las distintas convocatorias, por lo que hab¨ªa que rellenar a bol¨ªgrafo la preferida.
Voto manual y electr¨®nico
Luego, hab¨ªa que doblar la papeleta para poder introducirla en la urna, operaci¨®n harto dificultosa, porque en algunas circunscripciones el n¨²mero y la extensi¨®n de las listas provocaba que fuera de hasta un metro cuadrado de extensi¨®n. Y que se complicaba mas porque el precavido y ahorrativo esp¨ªritu belga llev¨® a algunos presidentes de mesa a atar los bol¨ªgrafos con cadenas, que en ciertos casos resultaron demasiado cortas para alcanzar el desemsurado tama?o de la papeleta.
Aparte del voto manual, con papeleta, se utiliz¨® el voto electr¨®nico, por segunda vez en la historia. El elector pulsaba en una pantalla el partido de su preferencia, sal¨ªa una tarjeta y la introduc¨ªa en la urna. El sistema funcion¨® "bastante bien", seg¨²n evalu¨® el ministro del Interior, Johan Van Delanotte, aunque registr¨® una aver¨ªa de una hora en Amberes y de algo menos en Lieja.
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