"Barcelona no aceptar¨¢ dar un paso atr¨¢s"
Pasqual Maragall, alcalde de Barcelona desde hace casi 13 a?os y art¨ªfice del ¨¦xito de los Juegos Ol¨ªmpicos, promete ahora una segunda gran transformaci¨®n de la ciudad.Pregunta. En 1993 dij¨® usted que el ¨¦xito, habitualmente, hace perder la cabeza a las personas. ?A Barcelona se le ha subido a la cabeza el ¨¦xito de los Juegos Ol¨ªmpicos?
Respuesta. No, no, no. Barcelona ha pasado una experiencia dif¨ªcil, que era la etapa posol¨ªmpica. Ten¨ªamos delante el peligro de la falta de motivaci¨®n y la falta de recursos. Esto ha coincidido ademas con una recesi¨®n econ¨®mica. Y lo hemos superado.
P. Y a usted, ?se le ha subido a la cabeza?
R. No. Todo aquello est¨¢ ya muy pasado.
P. Pues sus adversarios le acusan precisamente de lo contrario: de permanercer instalado en el sue?o ol¨ªmpico y de no querer ver la realidad.
R. No creo que la realidad de Barcelona, que es muy compleja y est¨¢ hecha de claroscuros, se nos escape. Al contrario. Pienso que la experiencia da una especial sensibilidad para saber escuchar.
P. H¨¢game una radiograf¨ªa r¨¢pida de la ciudad. De lo bueno y de lo malo.
R. Lo bueno ha sido justamente la capacidad de no dormirse despu¨¦s de un gran ¨¦xito como el que tuvimos. Lo malo... Es dif¨ªcil encontrar muchas cosas malas en la Barcelona de hoy. Quiz¨¢ la lentitud para modificar comportamientos en civismo.
P. ?En qu¨¦ debe basarse esta segunda transformaci¨®n que promete?
R. En la cultura y el civismo, por una parte, y en tres prioridades muy concretas: empleo, vivienda y transporte p¨²blico. El objetivo de Barcelona es sintetizar el mundo mediterr¨¢neo e iberoamericano, y desde esta base dar el salto hacia el coraz¨®n de Europa.
P. Los ¨²ltimos sondeos atribuyen la mayor¨ªa absoluta a la derecha.
R. No me reo las encuestas. Creo que tenemos m¨¢s ventaja de la que nos atribuyen. Esta campa?a ha llegado al coraz¨®n de la gente. Todo el mundo tiene presente lo que ¨¦ramos y lo que somos, y empieza a tener una idea clara de lo que podemos llegar a ser. La gente no aceptar¨¢ un paso atr¨¢s. No aceptar¨¢ que el tr¨¢nsito del pasado al futuro se malogre.
P. Alg¨²n riesgo ha de ver usted cuando alerta contra un pacto CiU-PP.
R. Los sondeos est¨¢n hechos. Puedo creer en ellos o no, pero est¨¢n sobre la mesa. Una alianza Roca-Aznar no har¨ªa feliz a Barcelona. La ciudad saldr¨ªa perdiendo.
P. No hace tanto tiempo, Miquel Roca aparec¨ªa como el principal aliado potencial para su idea de reunir un espacio pol¨ªtico de centroizquierda que incorporase a un determinado sector del nacionalismo moderado. ?Qu¨¦ sensaci¨®n le produce tenerlo ahora como rival?
R. Me produce una cierta tristeza. Porque su candidatura es la constataci¨®n de su fracaso.
P. ?Maragall y Roca son lo mismo?
R. En alg¨²n momento se pudo llegar a pensar, por mi parte, ingenuamente, que pod¨ªamos llegar al serlo. Pero no ha sido as¨ª. Al contrario. La evoluci¨®n de Roca hacia la derecha es muy evidente. Ya no es el Roca que era.
P. El futuro consistorio podr¨ªa tener dificultades para articular una mayor¨ªa, ?descartar¨ªa usted un acuerdo con CiU?
R. En este momento s¨ª. No veo ning¨²n escenario en que esto pudiera convertirse en determinante.
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