Anguita reclama el voto para que se produzca el cambio de una ¨¦poca
Enterremos al hombre viejo y abramos los ojos a una nueva ¨¦poca. ?ste es el cambio total. Julio Anguita reclam¨® ayer en Madrid el paso hacia una nueva democracia en el ¨²ltimo mitin de una campa?a que ha querido diferenciar de la de los dem¨¢s l¨ªderes. El dirigente de IU prefiere que se vote en blanco, "y nos restrieguen el voto de castigo a los pol¨ªticos por la cara", antes que la abstenci¨®n. Lanz¨® adem¨¢s una advertencia a socialistas y socialdem¨®cratas del PSOE: "Vosotros ser¨¦is los responsables de lo que ocurra al partido de Pablo Iglesias. La historia os exige una decisi¨®n".
En la plaza Mayor de Madrid las terrazas rodean el corralito del mitin. Entre seguidores entusiastas -?cu¨¢ntos? La plaza hasta arriba-, banderitas de IU y turistas que toman la paella y la sangr¨ªa, como si estuviera incluido en el men¨², Anguita cierra la campa?a reclamando el voto para el cambio. Es el cambio, dice, de una ¨¦poca. Todo empieza ahora y todo ya ser¨¢ distinto. Pide un nuevo cambio democr¨¢tico, un cambio nunca culminado, "un nuevo ladrillo en la construcci¨®n de la democracia, en el desarrollo constitucional desde la izquierda".No hay m¨¢s izquierda que IU. Y Anguita en estos 15 d¨ªas ha sido su m¨¢s ferviente profeta. Entre par¨¢bolas, im¨¢genes, referencias culturales mediterr¨¢neas, con un lenguaje entre sacro y revolucionario, entre did¨¢ctico y demag¨®gico, ha ido desgranando su teor¨ªa de las dos orillas a lo largo y ancho del pa¨ªs. Hasta llegar aqu¨ª. Habla del r¨ªo de la Constituci¨®n en cuya orilla izquierda est¨¢ en "terrible soledad", Izquierda Unida. A la otra orilla, los otros. Todos lo dem¨¢s.
Movilizaci¨®n general
El mensaje de Anguita suena a veces con la contundencia de una p¨¢gina del Apocalipsis. Y sabe llegar a la gente. Explica pacientemente conceptos, poniendo ejemplos sencillos, cercanos a los que le escucha. Habla de "este pa¨ªs que no aguanta ni un empuj¨®n m¨¢s" y para el que reclama "la movilizaci¨®n general de todos, de los hombres y las mujeres de izquierdas, de los socialdem¨®cratas y de los socialistas, de los que se creen de la derecha y no lo son". Habla de los hijos y de sus problemas. De ahorrar y del paro.
Sube el tono de su voz, se crispan sus manos cuando lanza a "socialistas y socialdem¨®cratas" una advertencia: "?Vosotros ser¨¦is los ¨²nicos responsables de lo que ocurra al partido de Pablo Iglesias! No os pongo yo en esa tesitura. Es la historia quien os pone". Salta la plaza Mayor en un rugido.
Luego recomienda leer m¨¢s. Leer las p¨¢ginas de econom¨ªa donde el ministro, Solbes habla de profundizar en la moderaci¨®n salarial. "?Y sab¨¦is lo que es eso? Pues eso es que van a seguir recortando salarios, rebajando las n¨®minas.Y los empresarios ganando cada vez m¨¢s. Eso", advierte, "se llama transferencia de rentas". Hay que leer las p¨¢ginas de econom¨ªa donde se habla de privatizaciones, de vender las empresas m¨¢s rentables, de moderaci¨®n salarial, de flexibilizar el mercado de trabajo, de nuevas restricciones a la producci¨®n espa?ola en los mercados europeos.
Ahora Anguita, en este ¨²ltimo mitin, reclama el voto de todos, de los que quieren el "despegue de un pueblo, el nuestro". Nueva llamada al voto, "al voto en libertad". Nuevas advertencias contra el voto del miedo y el de la venganza. Advertencias que suenan a reconvenciones casi m¨ªsticas: "No vot¨¦is por venganza", clama desde la tribuna, "porque por un segundo de placer tendr¨¦is a?os de arrepentimiento".
Voto del miedo, voto de la venganza. Si uno es malo, el otro es est¨²pido, dice. "No castigu¨¦is al PSOE votando al PP, porque, al d¨ªa siguiente, llorar¨¦is". Reconviene Anguita en tono paciente: "Luego ven¨ªs a IU a reclamar lo que no podemos hacer porque no tenemos diputados, no tenemos concejales. No nos los hab¨¦is dado. Prefer¨ªsteis votar al PSOE".
Pero tan mortal o m¨¢s es el, pecado de la abstenci¨®n. Julio Anguita en un ejercicio de sinceridad, de asunci¨®n de las culpas, dice a la gente que abarrota la plaza que "hay que acudir a las urnas. Si est¨¢is hartos, tambi¨¦n. Si est¨¢is hartos, votad en blanco, restregadnos por la cara vuestra amargura, vuestro desenga?o. ?Protestad, protestad, por lo menos!".
La noche amarga
Para luego reclamar "las armas que ten¨¦is en vuestras manos, ese arma que es el voto, que nos permitir¨¢ a IU cambiar esta sociedad". Y avisar de que el felipismo "no es Felipe Gonz¨¢lez, son quienes le han sostenido, quienes le han coreado y ensalzado. Y esos, aunque se vaya, seguir¨¢n ah¨ª. Y Aznar ser¨¢ a¨²n peor.
Cuando Anguita habla del d¨ªa 29 de mayo apela a la memoria de los presentes para recordar juntos la "noche amarga del 12 de junio de 1993
[¨²ltimas elecciones generales]. Entonces no gan¨® Gonz¨¢lez, gan¨® Pujol. Pero, ?qui¨¦n perdi¨®?", pregunta. Y se contesta se?alando con un dedo acusador hacia la gente: "?Vosotros. Perd¨ªsteis vosotros, que vot¨¢steis al PSOE!". Aplausos ensordecedores.
Son los mismos aplausos con que se recibe su reivindicaci¨®n de la "cultura de Plat¨®n, de S¨¦neca, de Maim¨®nides, de Averroes, del ¨¢gora griega y de la plaza romana, la cultura mediterr¨¢nea", para enfrentarla a la cultura de "Tor y Od¨ªn, de un Maastricht que ya no vale". Igual que se recibe ese mensaje de austeridad, de dignidad en la pobreza, esa advertencia que firmar¨ªa el mismo Francisco de Asis: "Vivir bien no es poseer cosas que lo poseen a uno". Una mujer suspira: "Un santo, es un santo".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.