Gobierno estudia aprovechar las centrales t¨¦rmicas las costas para producir agua potable
Las disponibilidades de agua contin¨²an disminuyendo a medida que se acerca el verano que las condiciones meteorol¨®gicas den giro a un periodo de sequ¨ªa que amenaza prolongarse por quinto a?o consecutivo. El abastecimiento de m¨¢s de ocho millones de personas s¨®lo est¨¢ garantizado hasta el oto?o, de manera que 1996 promete ser un a?o a¨²n m¨¢s cr¨ªtico. El Gobierno estudia aprovechar las centrales t¨¦rmicas de la costa para cogenerar agua potable en el marco de un nuevo plan de emergencia llamado Metasequ¨ªa, que se prepara para su aprobaci¨®n por el Consejo de Ministros a mediados de junio.
Para Arag¨®n, Valencia, Murcia, Castilla-La Mancha, Extremadura, Andaluc¨ªa y Canarias la falta de agua es una cuesti¨®n de supervivencia de sus recursos agr¨ªcolas y una amenaza para el abastecimiento de sus habitantes.Ya en febrero un informe del Ministerio de Obras P¨²blicas anunciaba que, si las lluvias de primavera no mitigaban la sequ¨ªa, m¨¢s de ocho millones de espa?oles se quedar¨ªan sin agua para beber en el oto?o.La primavera anuncia su despedida sin agua apreciable donde m¨¢s falta hace. A¨²n m¨¢s, la ausencia de lluvias extiende el mapa seco, que avanza desde el sur y ocupa ya parte de Arag¨®n, en la margen derecha del Ebro. Cabe la posibilidad de que este periodo se prolongue un a?o m¨¢s. En ese caso, la poblaci¨®n con riesgo de restricciones o carencia absoluta de agua potable superar¨ªa los ocho millones. Para evitarlo hace falta adoptar ya "medidas extraordinarias", de elevado coste y compleja ejecuci¨®n, que entraran en servicio en 1996, seg¨²n Adri¨¢n Baltan¨¢s, el director general de Obras Hidr¨¢ulicas.
El primer paquete de medidas ser¨¢ la declaraci¨®n de obras de inter¨¦s general en las autonom¨ªas afectadas para que sea el Estado el que asuma el coste de su ejecuci¨®n. La mayor¨ªa se refiere a la construcci¨®n de embalses en r¨ªos cuyo caudal no est¨¢ regulado -Jal¨®n, Matarra?a, Mart¨ªn, Huerva o Guadalope- y que repercutir¨ªa en el abastecimiento de 130.000 habitantes, en Arag¨®n sobre todo. Tambi¨¦n se trata de forzar el aprovechamiento de las aguas subterr¨¢neas con nuevos pozos, la modernizaci¨®n de los canales de regad¨ªos y la reutilizaci¨®n de aguas residuales.
En la costa, donde se concentran las mayores necesidades, el punto de mira se dirige hacia las centrales t¨¦rmicas que producen energ¨ªa el¨¦ctrica y utilizan agua de mar como refrigerante. Este agua pierde parte de su salinidad, de modo que, a poco que se eleve su temperatura, es convertible en agua potable mediante la cogeneraci¨®n, generaci¨®n dual o desalaci¨®n por multiefecto. Sevillana de Electricidad, que opera en Andaluc¨ªa, ya ha ofrecido sus centrales de Almer¨ªa, M¨¢laga y C¨¢diz para ello.
El precio del agua potable obtenido por este sistema ser¨ªa de 55 pesetas el metro c¨²bico de coste fijo m¨¢s 30 el de coste variable, seg¨²n Antonio de Lara, subdirector general de Investigaci¨®n y Desarrollo de esa compa?¨ªa. Tambi¨¦n habr¨ªa que contar con el coste de su transporte y tratamiento, que podr¨ªa elevarse 100 el metro c¨²bico.
Una comisi¨®n de Obras P¨²blicas e Industria y Energ¨ªa ha celebrado ya varias reuniones para perfilar la viabilidad de este otros modos similares de fabricar agua potable desde centrales el¨¦ctricas ya en funcionamiento.
Hasta ahora las conversaciones han llegado a definir dos criterios que condicionan este aprochamiento. Uno, que en ning¨²n caso las tarifas el¨¦ctricas deben soportar el coste de la desalaci¨®n, lo que los expertos llaman subvenciones cruzadas. Otro, que se efect¨²e en centrales t¨¦rmicas en servicio.
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