Clinton est¨¢ dispuesto a enviar tropas terrestres a Bosnia para ayudar a los 'cascos azules'

El presidente norteamericano, Bill Clinton, prometi¨® ayer que no dejar¨¢ a la OTAN en la estacada y permiti¨® por primera vez "el uso temporal de fuerzas de tierra" en Bosnia para ayudar a los cascos azules. Su misi¨®n ser¨ªa la de proteger a las tropas de las Naciones Unidas en su anunciada reubicaci¨®n en zonas m¨¢s seguras, pero varios funcionarios norteamericanos han mencionado tambi¨¦n la posibilidad de que los soldados de Estados Unidos participasen en una fuerza de reacci¨®n r¨¢pida junto a otros pa¨ªses de la OTAN o fueran utilizados para el rescate de los rehenes.

"Si es necesario, y despu¨¦s de consultas con el Congreso, deber¨ªamos estar preparados para ayudar a la OTAN si decide aceptar una solicitud de Unprofor (Fuerza de Protecci¨®n de las Naciones Unidas) para una retirada, una reconfiguraci¨®n o un fortalecimiento de sus fuerzas", dijo Clinton en un discurso en la Academia del Ej¨¦rcito del Aire.El presidente no preciso si esa disposici¨®n incluye la posibilidad de que las tropas norteamericanas colaboren en una operaci¨®n de comando para liberar a los cerca de 400 rehenes en manos de los serbios, pero manifest¨®: "Revisaremos cuidadosamente cualquier solicitud para una operaci¨®n que suponga el uso temporal de nuestras fuerzas de tierra".

Clinton justific¨® su nueva pol¨ªtica que modifica dos a?os y medio de resistencia a contribuir a las fuerzas de tierra de la ONU, con el argumento de que "una Unprofor fortalecida es la mejor garant¨ªa contra un desastre humanitario peor". El presidente, que tendr¨¢ seguramente que hacer frente a una fuerte resistencia de la oposici¨®n republicana para autorizar el env¨ªo de tropas, record¨® ayer que "Estados Unidos tiene obligaciones con sus aliados de la OTAN". "No creo que podamos dejarles ahora en la estacada", dijo.

Clinton ha cre¨ªdo necesario reforzar la credibilidad exterior de Estados Unidos, aunque para ello ha tenido que violar su palabra anterior y asumir un altoriesgo Pol¨ªtico. Los republicanos, que son mayor¨ªa en el Congreso, proponen el levantamiento del embargo de armas a los bosnios musulmanes para que ellos puedan defenderse por s¨ª mismos, pero no aceptan la involucraci¨®n de tropas norteamericanos en un conflicto lleno de incertidumbres.

Aunque el presidente anunci¨® ayer que consultar¨¢ al Congreso cualquier pr¨®ximo movimiento en Bosnia, no necesita una autorizaci¨®n espec¨ªfica del Parlamento para el tipo de operaci¨®n militar que se prev¨¦ actualmente. Otro de los riesgos que asume Clinton es el de que su pol¨ªtica exterior se vea una vez m¨¢s como contradictoria e insegura. Hasta ahora, el presidente norteamericano s¨®lo hab¨ªa previsto el uso de sus propios soldados para garantizar una paz firmada por todas las partes o para ayudar a la retirada de las fuerzas de la ONU. Su declaraci¨®n de ayer deja, sin embargo, la puerta abierta a una amplia gama de escenarios de intervenci¨®n, aunque no como cascos azules sino bajo el mando de oficiales norteamericanos y como tropas de apoyo.

Poco antes del discurso de Clinton, el secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, hab¨ªa presentado a los 15 miembros del Consejo de Seguridad una gama de cuatro opciones en Bosnia, aunque apost¨® claramente por una de ellas: la reducci¨®n del n¨²mero de cascos azules y de sus misiones, a fin de que cumplan ¨²nicamente con aquellas tareas que sean realistas y posibles. Las otras tres opciones son:

La retirada de los 22.000 hombres de Unprofor.

El mantenimiento de la situaci¨®n actual.

El uso de acciones ofensivas por parte de los pa¨ªses miembros de la ONU, pero no bajo el mando y la bandera de esa organizaci¨®n.

El secretario general se manifest¨® en contra de las dos primeras opciones y dej¨® a criterio de los pa¨ªses la tercera. Los miembros del Consejo de Seguridad pueden pronunciarse por una de estas cuatro opciones o por una combinaci¨®n de varias de ellas.

El presidente norteamericano dijo que todav¨ªa no ha recibido ninguna petici¨®n concreta de parte de los pa¨ªses con tropas en Bosnia y que, por tanto, no ha tomado todav¨ªa ninguna decisi¨®n precisa sobre el uso de las fuerzas norteamericanas.