La eutanasia activa seguir¨¢ castigada con penas de hasta seis a?os de c¨¢rcel

Ram¨®n Sampedro, tetrapl¨¦jico desde hace 25 a?os que reclama, su derecho a morir dignamente, tendr¨¢ que esperar. La petici¨®n, realizada por el fiscal que intervino en su caso para que se regule: la eutanasia activa en el C¨®digo Penal fue rechazada ayer por la Comisi¨®n de Justicia e Interior del Congreso, que mantuvo para, tales conductas penas de hasta, seis a?os de c¨¢rcel.La comisi¨®n aprob¨® ayer 21 nuevos art¨ªculos, entre ellos la supresi¨®n de la agravante de premeditaci¨®n en el asesinato, y confirm¨® la supresi¨®n del parricidio y el infanticidio.

El diputado del PP, Federico Trillo, pidi¨® que se aumente hasta 25 a?os la condena por asesinato y se mantenga como delito espec¨ªfico el parricidio [matar al ascendiente, descendiente o c¨®nyuge], por tratarse del "m¨¢s execrable crimen".

En cambio, propuso rebajar a de dos a cuatro a?os la pena para la mujer que mate a su hijo "bajo la influencia del estado puerperal o de tensiones emocionales" como consecuencia del parto.

Por el PSOE, Carmen del Campo, se opuso a la filosof¨ªa del PP de elevar las penas, que puso en contraste con su propuesta de atenuar el castigo del infanticidio. Compar¨® esta postura con la posici¨®n del PP respecto al aborto consentido por la mujer, para el que pide seis a?os de c¨¢rcel. "?Es que el PP protege m¨¢s la viabilidad del feto que del reci¨¦n nacido?", se pregunt¨®.

Se aprob¨® que el homicidio se castigue con prisi¨®n de 10 a 15 a?os. Tal pena se elevar¨¢ hasta 20 a?os cuando el homicidio, que entonces se llamar¨¢ asesinato, se perpetre con alevos¨ªa; por precio, recompensa o promesa; o con ensa?amiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido. Desapareci¨®, en cambio, la agravante de "premeditaci¨®n conocida".

El otro gran debate de ayer el de la eutanasia, que seguir¨¢ castigada con penas de c¨¢rcel, de seis meses a seis anos. Muy inferiores, sin embargo, a las del C¨®digo Penal vigente, que al no regular la eutanasia permite equipararla con la inducci¨®n o cooperaci¨®n al suicidio, castigados con hasta 20 a?os de prisi¨®n.

El PP propuso que se mantenga la misma pena para la inducci¨®n y la cooperaci¨®n al suicidio, si bien rebajando ambas a entre cuatro y ocho a?os de c¨¢rcel. La socialista Del Campo defendi¨® la distinci¨®n entre inducci¨®n y cooperaci¨®n. "Es m¨¢s grave empujar a alguien a quitarse la vida que colaborar con quien ya tiene decidido quit¨¢rsela".

Se aprob¨® imponer una pena de prisi¨®n de dos a cinco a?os al que coopere con actos necesarios al suicidio de una persona y castigarle con entre seis y 10 a?os "si la cooperaci¨®n llegare hasta el punto de ejecutar la muerte".

En cuanto a la eutanasia activa, Trillo, por el PP, acept¨® suavizar las penas propuestas por el c¨®digo, pero fue Diego L¨®pez Garrido, de IU, quien mantuvo una posici¨®n m¨¢s radical: despenalizarla absolutamente.

Propuso que "quedar¨¢ exento de pena quien, mediante actos necesarios o de cooperaci¨®n activa, permitiere, propiciare o facilitare la muerte digna y sin dolor de otra persona, a petici¨®n expresa y debidamente acreditada de ¨¦sta, en caso de que sufriera una enfermedad grave que hubiera conducido necesariamente a su muerte o que produjera graves padecimientos permanentes y dif¨ªciles de soportar". La enmienda fue rechazada.

Frente a la afirmaci¨®n de L¨®pez Garrido de que existe consenso social y margen constitucional en favor de la despenalizaci¨®n de la eutanasia activa, Emilio Olabarr¨ªa, del PNV, expres¨® sus dudas sobre ambas aseveraciones. Del Campo se opuso a la exenci¨®n de pena para estas conductas y defendi¨® la posici¨®n intermedia de su grupo.