Rostrop¨®vich reclama 3.600 millones por unas grabaciones realizadas por el KGB
Un juez norteamericano retira del mercado los discos pirata
La larga guerra que desde hace a?os libraba el c¨¦lebre violonchelista Mstislav Rostrop¨®vich contra la Uni¨®n Sovi¨¦tica no ha terminado ni con la desaparici¨®n de la URSS. El m¨²sico (Azerbaiy¨¢n, 1927) ha conseguido que un juez norteamericano retire del mercado estadounidense 10 grabaciones realizadas en la d¨¦cada de los sesenta por agentes del KGB. Rostrop¨®vich reclama un indemnizaci¨®n de 30 millones de d¨®lares (unos 3.700 millones de pesetas) a la discogr¨¢fica estadounidense Russian Disc, editora de las grabaciones, que se encuentran, en el mercado espa?ol importadas por la distribuidora Diverdi.
JAVIER P?REZ SENZ Las grabaciones que persigue con furia el m¨²sico de Azerbaiy¨¢n son conciertos realizados entre 1964 y 1973, una ¨¦poca en la que las actividades de Mstislav Rostrop¨®vich y su esposa, la soprano Galina Vischneiskaia, estaban sometidas a una estrecha vigilancia. Todas sus actuaciones eran grabadas utilizando la red de emisoras estatales de radio y televisi¨®n. Rostrop¨®vich fue expulsado de su pa¨ªs en 1974 y en 1978 le fue retirada la ciudadan¨ªa sovi¨¦tica por "actos que llevan sistem¨¢ticamente perjuicio al prestigio de la Uni¨®n Sovi¨¦tica".Los centenares de conciertos grabados durante esos a?os permanec¨ªan en los archivos de las distintas emisoras y su aparici¨®n a la luz p¨²blica es un perfecto ejemplo de s¨ªntesis entre liquidaci¨®n por derribo y olfato comercial de algunos sellos discogr¨¢ficos occidentales.
La colaboraci¨®n comercial entre el sello estadounidense Russian Disc y su hom¨®nimo moscovita que dirige Constantin Orbplian, director musical de la Orquesta de C¨¢mara de Mosc¨², se ha centrado, precisamente, en los conciertos interpretados por los solistas y directores de orquesta de mayor popularidad en Occidente, como los directores Yevgueni Mravinski y Gennadi Rozdestvenski, el violinista David Oistrack, el pianista Sviatoslav Ricliter y Rostrop¨®vich.
Entre los discos publicados aparece una grabaci¨®n del estreno en Mosc¨² de la Sinfon¨ªa para violonchelo y orquesta de Benjamin Britten, con el propio compositor en el podio, as¨ª como los dos conciertos para violonchelo de Shostak¨®vich dedicados por el compositor a Rostrop¨®vich.
Concierto, aborrecible
El genial violonchelista denuncia que las obras, editadas sin su permiso y por las que no percibe ning¨²n derecho de venta, lesionan sus intereses, ya que la mayor¨ªa de las obras que interpreta las ha grabado comercialmente en mejores condiciones t¨¦cnicas. Pero lo que ha provocado la ira de Rostrop¨®vich es la aparici¨®n de un concierto especialmente aborrecible que fue obligado a realizar por las autoridades sovi¨¦ticas: el Concierto para violonchelo de Tikhon Khrennikov, compositor oficial, estalinista de pro y enemigo declarado de Shostak¨®vich.Rostrop¨®vich supo de la comercializaci¨®n de estas grabaciones al verlas en una tienda de discos en Estados Unidos. Los 10 discos se han comercializado en media Europa sin que el m¨²sico haya interpuesto por ahora ninguna denuncia. La aparici¨®n de estas grabaciones ha obligado al m¨²sico a posponer el acuerdo al que hab¨ªa llegado con una discogr¨¢fica de su confianza para sacar al mercado una antolog¨ªa completa de sus grabaciones para anticipar la celebraci¨®n de su 700 aniversario.
Los discos documentan una ¨¦poca particularmente triste en la vida de Rostrop¨®vich. En 1970 escribi¨® una carta a la prensa sovi¨¦tica en defensa del escritor Alexandr Solzhenitsin, que motiv¨® una dura respuesta oficial y empez¨® un periodo de aut¨¦nticas humillaciones profesionales que le obligaron a abandonar su pa¨ªs; posteriormente le fue retirada la ciudadan¨ªa sovi¨¦tica.
Con su batalla legal, Mstislav Rostrop¨®vich intenta que la descomunal maquinaria represiva del antiguo r¨¦gimen sovi¨¦tico no acabe convertida en una lucrativa industria discogr¨¢fica.
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