De la Rosa fracasa en su intento de que el 'caso KIO' pase en exclusiva a Moreiras
La sentencia de la Corte de Apelaci¨®n de Londres, en la que se confirma que la justicia brit¨¢nica es competente para tramitar y juzgar sobre la demanda presentada por el grupo Torras-KIO contra sus anteriores gestores, encabezados por Javier de la Rosa, ha supuesto un nuevo y duro golpe para el financiero espa?ol. De la Rosa pretend¨ªa que el caso quedara exclusivamente en manos del juez de la Audiencia Nacional, Miguel Moreiras, ante quien Torras-KIO present¨® una querella que est¨¢ pr¨¢cticamente paralizada desde 1993. De la Rosa tendr¨¢ que explicar en Londres qu¨¦ hizo con los 500 millones de d¨®lares que le reclama Torras.
La demanda civil de Londres -en la que KIO acusa adem¨¢s de a Javier de la Rosa, al ex presidente de KIO, Faliad Al Sabah, al ex director general de KIO, Fouad Jaffar, al ex abogado del grupo, Juan Jos¨¦ Folchi, y a otros socios del financiero, como Narciso de Mir y Miguel Soler, de "conspiraci¨®n fraudulenta" para apropiarse de 500 millones de d¨®lares (65.000 millones de pesetas)- es hoy la principal preocupaci¨®n del financiero, junto con el caso Tibidabo.La Corte de Londres ya ha dictado una orden de embargo preventivo de todos los bienes de De la Rosa, por 500 millones de d¨®lares, y ahora debe hacer frente a las demandas de informaci¨®n, formuladas por el juez Mance, que instruye el caso, para conocer el destino final del dinero desaparecido.
A la espera del juicio definitivo, la sentencia de la Corte de apelaci¨®n, rechazando el recurso de De la Rosa y sus supuestos c¨®mplices, revela que la justicia brit¨¢nica ya tiene una clara opini¨®n sobre lo ocurrido con el dinero desparecido de las arcas del Grupo Torras, en contraste con la inactividad que rodea al cas¨® en el juzgado de Moreiras.
La resoluci¨®n de la Corte de apelaci¨®n, coincide con la del juez instructor: considera probado que a trav¨¦s de cinco complejas operaciones, "black holes" (agujeros negros) seg¨²n el juez, se encubri¨® la desaparici¨®n de los mencionados 500 millones de d¨®lares hacia cuentas privadas de los ex gestores del grupo: 17,5 millones de d¨®lares para Jaffar en Zurich; 22,5 millones de d¨®lares para Fahad, en este caso en Londres y, la parte del le¨®n, 105 millones de d¨®lares para Javier de la Rosa, tambi¨¦n en Suiza. Seg¨²n la resoluci¨®n judicial, ese dinero sirvi¨® para que los demandados mantuvieran un lujoso tren de vida y financiaran sus negocios privados.
Los jueces de Londres han criticado tambi¨¦n en su resoluci¨®n los intentos de los abogados de De la Rosa y sus socios para aplazar indefinidamente la sentencia del tribunal. En esencia, la argumentaci¨®n de los apelantes era que la investigaci¨®n sobre lo ocurrido en el Grupo Torras correspond¨ªa en exclusiva a la justicia espa?ola, ya qu¨¦ Torras hab¨ªa presentado una querella ante el juez Moreiras. A su juicio, ning¨²n otro tribunal deber¨ªa pronunciarse mientras el juez espa?ol no termine su instrucci¨®n, lo que parece bastante improbable. Para justificar su posici¨®n, los demandados presentaron sendos dict¨¢menes de los letrados Jordi Carreras, defensor de la esposa de De la Rosa en el caso Grand Tibidabo, y del, profesor Josep Mar¨ªa Rif¨¢. La exposici¨®n oral de esos dict¨¢menes ocup¨® cinco d¨ªas de sesiones.
La Corte de apelaci¨®n, en cambio, considera que ambos casos, civil el de Londres, penal el de Madrid, pueden instruirse separadamente, m¨¢xime si se tiene en cuenta.
Tampoco ha valido el manido argumento de que todas las operaciones fueron autorizadas por, el presidente de KIO, Al Sabah, puesto que el mismo era un miembro de la "conspiraci¨®n", como demuestra la abundante documentaci¨®n aportada por los demandantes, siempre seg¨²n la sentencia.
Los pr¨®ximos movimientos legales de De la Rosa deben interpretarse a la luz de todos estos datos. El financiero solicit¨® hace pocas semanas al juez Joaqu¨ªn Aguirre, instructor del caso Grand Tibidabo, permiso para viajar a Londres, que le fue denegado. La petici¨®n era extra?a ya que su presencia en la capital brit¨¢nica no era imprescindible. Seg¨²n algunas fuentes, De la Rosa podr¨ªa querer utilizar la negativa del juez para aparecer como indefenso ante las decisiones d¨¦ la Corte de Londres.
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