"Se acab¨® la tensi¨®n y el miedo" dicen los familiares de los militares liberados

"Se ha acabado la tensi¨®n y el miedo de estos d¨ªas". Con esta frase resum¨ªan su satisfacci¨®n las familias de los dos militares espa?oles liberados tras pasar m¨¢s de una semana retenidos por los serbios de Bosnia. Ambos oficiales comunicaron ayer por tel¨¦fono a sus esposas que hab¨ªan sido puestos en libertad. El comandante Manuel Cort¨¦s M¨¦ndez llam¨® a su mujer, Rosario Sierra, a las seis de la ma?ana de ayer desde un hotel en Serbia para informarle que se encontraba bien de salud y que iba a regresar a Espa?a desde Belgrado v¨ªa Split. Elena Orta, la mujer del capit¨¢n Jos¨¦ Antonio Romero Huelin, tuvo que esperar hasta las 17.30 para oir la voz de su marido. "Me dijo que se encontraba bien y que hab¨ªa estado incomunicado, por lo que no sab¨ªa la transcendencia que hab¨ªa tenido su retenci¨®n. Ahora est¨¢ con el comandante Cort¨¦s y va para Zagreb". El militar inform¨® a su mujer de que a¨²n deber¨ªa pasar unos d¨ªas en la antigua Yugoslavia y que luego, con toda probabilidad, viajar¨ªa a Madrid. Elena Orta a?adi¨®; "Ha sido horroroso y lo peor han sido las falsas alarmas de su liberaci¨®n. Al final no pon¨ªa ni la radio ni la televisi¨®n".Seg¨²n las familias de ambos, los dos cascos azules se encuentran en el mismo contingente de liberados, que se unieron ayer tras cruzar la frontera de Serbia para encaminarse posteriormente hacia Belgrado. "S¨®lo sabemos que se encuentra bien, que no pod¨ªa separarse m¨¢s de 100 metros de la zona en la que se encontraba retenido, donde se pasaba 14 horas al d¨ªa y que intentar¨ªa llamarnos de nuevo", asegur¨® Juan Pedro Cort¨¦s, hermano del comandante. "Fue una alegr¨ªa despu¨¦s de una noche de nervios. Rosario y sus hijos no hab¨ªan dormido y cuando recibi¨® la llamada no pod¨ªa articular palabra", agreg¨®.

El comandante se puso incluso en contacto con la familia del capit¨¢n Romero para darle ¨¢nimos tras el nuevo chasco que se llevaron por el anuncio de que el joven oficial no estaba entre los liberados. Esta frustraci¨®n se convirti¨® por la tarde en algarab¨ªa cuando el retenido llam¨® a las 17.30 a casa de sus suegros en Sevilla. En ese momento, su mujer no estaba all¨ª porque han ido a dormir a casa de una amiga.

"Nos dijo que no le dij¨¦ramos nada a Elena porque ¨¦l prefer¨ªa llamarla para darle la alegr¨ªa. Fue una conversaci¨®n muy breve, apenas tres minutos, en la que nos dijo que estaba bien y que se encontraba con otros 100 liberados a unos 70 kil¨®metros de Belgrado, justo despu¨¦s de cruzar la frontera", asegur¨® su suegro.