"Antonio pidi¨® que nos qued¨¢ramos con ¨¦l porque se encontraba mal", dicen las hermanas Chamorro
Irene y Chelo V¨¢zquez relatan las ¨²ltimas horas del hijo de Lola Flores
Irene y Chelo V¨¢zquez, de 23 y 22 a?os -las hermanas Chamorro, como se las conoce art¨ªsticamente-, fueron las ¨²ltimas personas que vieron vivo al cantante Antonio Flores. Ninguna sospech¨® que la reuni¨®n del pasado 29 de mayo en la casa El Lerele acabar¨ªa en tragedia. "Antonio se encontraba mal. Dijo que estaba muy cansado, pero ninguno pensamos, ni siquiera ¨¦l mismo, que fuera nada importante. Hab¨ªa dormido poco y no hab¨ªa comido pr¨¢cticamente nada", recuerda Irene, la mayor de las hermanas. Las dos j¨®venes mantienen una estrecha relaci¨®n con la familia Flores.
A Antonio le llamaban cari?osamente el t¨ªo Ant¨®n porque "eso era para nosotras. Ten¨ªamos una amistad de familia", afirman.En la reuni¨®n de aquella tarde estuvieron tambi¨¦n El Pescailla; la hermana de Antonio, Rosario; Antonio Carmona, cantante de Ketama; Antonio Villa, y El chirla, representante del cantante. "Todo transcurri¨® con normalidad, como cualquier otro d¨ªa en las reuniones que se hac¨ªan en la casa. Nosotras no le vimos tomar coca¨ªna, nunca lo hubiera hecho delante nuestro porque somos gitanas y hab¨ªa un respeto. Beb¨ªa bastante y tomaba tranquilizantes que le hab¨ªa recetado el m¨¦dico desde la muerte de su madre".
Cuando la reuni¨®n se disolvi¨®, Antonio pidi¨® a Irene y a Chelo que se quedaran con ¨¦l en la caba?a -la casa que su madre hab¨ªa construido para su hijo en el jard¨ªn de su casa del barrio madrile?o de La Moraleja- porque no. quer¨ªa estar solo. La petici¨®n no sorprendi¨® a nadie. Las Chamorro hab¨ªan pasado otras noches en la casa dada la amistad que les un¨ªa con la familia y, desde a muerte de Lola, todos viv¨ªan pendientes del hijo de La Faraona, un muchacho demasiado sensible: " ?Ay, a ver si Antonio come algo! ?ay, a ver si Antonio duerme!", se les escuchaba decir a todos.
Las dos hermanas reconocen que el, m¨²sico se encontraba muy deprimido y que "no ten¨ªa ¨¢nimos m¨¢s que para estar con su padre, al que quer¨ªa convencer para que grabara un disco, y con su hija Alba, a la que adoraba", dice Irene.
Cuando se quedaron solos los tres -Rosario y su padre estaban en la casa-, Antonio se puso el ba?ador y se acerc¨® a la piscina. "Se tumb¨® en el suelo con la cabeza colgando sobre la piscina y al principio se salpic¨® agua en la cara. No pens¨¦ que tuviera intenci¨®n de ba?arse, me pareci¨® que se iba resbalando hacia el agua, que no era un acto voluntario". Despu¨¦s de sumergirse en la piscina, pudo salir sin ayuda de nadie, seg¨²n las testigos, y se sec¨® tranquilamente. Al poco tiempo, les dijo que se iba a acostar. Se meti¨® en la cama como estaba vestido, con un calz¨®n, y, al poco rato, Chelo e Irene le oyeron "roncar".
Por la ma?ana, las dos hermanas entraron en el cuarto del m¨²sico para ver c¨®mo estaba: "Vi que no se le mov¨ªa la barriga y aquello me pareci¨® muy extra?o. Le toqu¨¦, le mov¨ª... No me respondi¨®. Estaba en la misma postura en la que se acost¨®. Nos asustamos mucho y fuimos a buscar a Rosario". A partir de ese momento, s¨®lo hay confusi¨®n en la mente de las dos hermanas: se hicieron muchas llamadas de tel¨¦fono y todos andaban como locos. Una hora m¨¢s tarde -a las 9.30 horas del pasado d¨ªa 30-, un m¨¦dico de un centro sanitario de Alcobendas certificaba la muerte del cantante y la juez del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 4 ordenaba el levantamiento del cad¨¢ver, que fue trasladado al Instituto Anat¨®mico Forense para que le fuera practicada la autopsia.Accidente
El dolor por la muerte del amigo y la expectaci¨®n creada tras la muerte del compositor oblig¨® a las dos hermanas a marcharse unos d¨ªas a la playa a descansar. Ayer aceptaron hablar porque desean que se aclare de una vez por todas que lo que le pas¨® a Antonio es un accidente, que no se quit¨® la vida. "No hemos hablado antes porque no queremos que se ensucie nuestra amistad".
A lo largo de la conversaci¨®n, el inal¨¢mbrico de las chicas son¨® un par de veces. Era Alba, la hija de Antonio, la que llamaba para hablar con ellas. Y en el bolso de Chelo, guardadas en su cartera, estaban algunas de las polaroid que Antonio -un apasionado de estas m¨¢quinas- les hizo en la casa del cantante: en una se ve a Rosario sentada en la puerta de la casa, en otra est¨¢ Alba sonriendo o el propio Antonio bailando con las hermanas Chamarro.
Irene y Chelo conocieron a Lola Flores antes que a sus hijos. Su relaci¨®n se inici¨® en Marbella, donde veranean los Flores y donde viven los padres de las chicas. "Ella siempre nos trat¨® como si fu¨¦ramos de la familia", aseguraba ayer Irene. Cada vez que Irene y Chelo ven¨ªan a Madrid Lola insist¨ªa para que se quedaran en su casa. La amistad con el hijo de la Faraona naci¨® despu¨¦s. ?l era compositor y ellas empiezan a buscarse la vida en el mundo del espect¨¢culo. "Nos sent¨¢bamos con ¨¦l y le dec¨ªamos 'mira: ?te gusta esto?'. ?l escuchaba nuestras canciones y nos dec¨ªa lo que ten¨ªamos que cambiar". Fue el propio Antonio quien las anim¨® a elegir como nombre art¨ªstico el apellido Chamorro.
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